La pasarela Jardín de Colores brilló en SOHO Cascadas

La pasarela Jardín de Colores en SOHO Cascadas se convirtió en un homenaje vibrante al talento salvadoreño, fusionando el estilo refinado de House of Serena con el legado artístico de Fernando Llort, símbolo cultural del país y creador de El Árbol de Dios, la reconocida galería y tienda de artesanías que resguarda su obra. Esta colección colaborativa propuso un recorrido sensorial donde moda, identidad y arte se encontraron para celebrar la creatividad nacional en movimiento .

“Vestir es también una obra de arte”, afirmó la diseñadora Natalia Guerra, fundadora de House of Serena, al presentar esta colección que transforma la pasarela en un lienzo vivo lleno de color y simbolismo.

House of Serena y El Árbol de Dios: dos visiones que se encuentran

House of Serena es la marca de diseño de moda creada por Natalia Guerra, una diseñadora salvadoreña formada en París y Londres, conocida por su estética atemporal y elegante. Su sello personal combina sobriedad, movimiento y un enfoque natural, siempre con una profunda conexión emocional con el entorno.

Por su parte, El Árbol de Dios es la galería y tienda de artesanías fundada por el artista Fernando Llort, máximo exponente del arte popular salvadoreño. Aunque el maestro Llort falleció, su legado continúa vivo a través de su familia y de esta institución cultural, donde su obra sigue inspirando a nuevas generaciones.

La colección Jardín de Colores nace precisamente de esa unión. “Su obra, llena de vida y significado, se convirtió en el punto de partida de una colección que honra nuestras raíces salvadoreñas”, explicó Natalia Guerra. La diseñadora agregó: “Desde los primeros trazos en papel quisimos fusionar su arte con mi propia esencia como diseñadora: esa búsqueda de piezas atemporales, clásicas y elegantes, es un diálogo entre su universo y el mío”.

Una propuesta llena de símbolos, naturaleza y energía creativa

Inspirada en el lenguaje visual del maestro Llort, la colección integra símbolos recurrentes en su obra: aves que representan libertad, mariposas como metáfora de transformación y elementos gráficos que evocan comunidad. Estos motivos aparecen como estampados, bordados o detalles artesanales, funcionando como un puente entre tradición y modernidad.

La actividad dio inicio a una pasarela inspirada en el legado artístico de Fernando Llort, donde el diseño, los símbolos tradicionales y los colores que representan nuestra identidad se unieron para dar vida a propuestas creativas llenas de energía y autenticidad. En palabras de Natalia: “Tomamos los tonos azules, rojos y naranjas y los dejamos florecer en movimiento”.

La naturaleza también fue clave. “La mejor inspiración siempre será la naturaleza pues no hay obra más perfecta que la de Dios”, afirmó la diseñadora, reafirmando su visión estética.

Telas que fluyen como pinceladas

La colección, clasificada como prêt-à-porter (listo para usar), está compuesta por 16 prendas: vestidos de gala y coctel, piezas casuales y camisas masculinas. Los materiales seleccionados —peau de soie, lino, chifón y algodón puro— aportan suavidad, estructura y una caída que recuerda al trazo artístico del maestro Llort.

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Los nombres de los artes del Maestro Llort utilizados —Grecario, Universo de Color, Escuela de Pájaros, El vuelo de la mariposa, Mi pueblo escogido— refuerzan la intención de rendir homenaje al artista y mantener viva su narrativa visual.

La pasarela como una galería viviente

Uno de los elementos más distintivos de la noche fueron los jarrones intervenidos a mano que acompañaron el recorrido. Cada jarrón fue diseñado tomando como referencia un look, replicando colores y formas presentes en la prenda. Esta curaduría transformó la pasarela en una experiencia inmersiva donde moda, escultura y artesanía dialogaron entre sí.

Este detalle reforzó el espíritu colaborativo de la colección, convirtiendo la propuesta en un acto de celebración artística.

Una celebración de identidad y visión creativa

Jardín de Colores es una colección que trasciende la moda: es una invitación a reconocerse en los colores, formas y símbolos que definen a El Salvador. “Dos visiones, un mismo mensaje: la moda y el arte se unen para contar nuestra historia y proyectar al mundo un país que sueña, crea y transforma su identidad en belleza”, expresó Natalia Guerra.

Las piezas están disponibles en los showrooms de House of Serena y El Árbol de Dios en SOHO Cascadas. Una oportunidad para vestir identidad, apoyar talento nacional y llevar el arte salvadoreño al movimiento cotidiano.