Cuidá tu Flor de Pascua y hacé que su magia dure más
En El Salvador, las Pascuas son sinónimo de Navidad. Aprendé a cuidarlas para mantener su belleza durante toda la temporada y más allá.
Por
Betty Carranza
Publicado el 25 de noviembre de 2025
En El Salvador, las Pascuas son un símbolo emotivo de la Navidad. Su color vibrante y forma característica las convierte en las protagonistas de la decoración navideña. Según el arquitecto Luis Martínez, de Vivero Santa María, estas plantas pueden vivir más allá de la temporada si se cuidan correctamente. Requieren luz indirecta, riego moderado y estar protegidas del viento y del sol fuerte. También es importante evitar el uso de agua con cloro. Aunque muchos las descartan en febrero, con una poda adecuada y fertilización, pueden florecer nuevamente cada año, conservando así el espíritu navideño por más tiempo.
En El Salvador, la llegada de las flores de Pascua marca el inicio visual y emocional de la Navidad. Estas plantas, con sus brácteas rojas intensas que muchos confunden con flores, no solo decoran los hogares, también despiertan recuerdos y emociones.
“Las Pascuas son muy populares en esta temporada porque históricamente ya se tiene una remembranza, y obviamente, ellas son evocación de Navidad”, explica el arquitecto Luis Martínez, de Vivero Santa María.
A medida que se acercan las fiestas, estas plantas comienzan a aparecer en los mercados desde principios de noviembre, listas para llenar los espacios de color y alegría. Y aunque muchos las compran como un adorno temporal, lo cierto es que con los cuidados adecuados pueden durar mucho más allá de diciembre, incluso todo el año.
Variedades para cada espacio
Las Pascuas vienen en tres tamaños que se ajustan a distintos espacios y necesidades. “Está la Pascua secretarial, que es la más pequeña; luego la ejecutiva, que es más grande, y por último la Pascua jumbo, que tiene mayor volumen porque lleva más estacas”, detalla Martínez. Cada una ofrece una presencia distinta: desde un toque sutil en una oficina, hasta un centro de atención en la sala del hogar.
Más allá del tamaño, lo esencial es su cuidado. Aunque originalmente son plantas de sol, las Pascuas que encontramos en esta época están aclimatadas para interiores. Por eso, deben colocarse en lugares con buena iluminación pero sin sol directo, protegidas del viento y de flujos de aire que puedan deshidratarlas.

Luz, agua y temperatura: el trío clave
Una de las claves para mantener viva y vibrante una Pascua durante toda la temporada es entender su relación con la luz y el agua. “La intensidad de luz que necesita es una luz indirecta. Si la colocamos en un lugar muy oscuro se va a deshojar, y si le da el sol directo, se va a quemar”, señala Martínez.
El riego también requiere atención. La mejor forma de saber cuándo regar es con un truco sencillo: introducir un dedo en la tierra para evaluar la humedad. No debe estar ni encharcada ni seca. Además, es importante usar agua sin cloro ni sales. “Se recomienda dejar un recipiente con agua a temperatura ambiente para que el cloro se evapore y no dañe la planta”, añade.
Errores comunes y cómo evitarlos
Entre los errores más frecuentes que dañan estas plantas están colocarlas en lugares con poca luz, demasiado sol o en pasillos con corrientes de aire. Otro fallo común es el riego excesivo o escaso. “Cuando le aplicamos mucha agua, la Pascua se pone café; si no tiene suficiente, empieza a dormirse y a botar las hojas”, advierte Martínez.
¿Y qué pasa cuando una hoja ya se ha secado por completo? “Todo tejido necrótico, o sea, tejido que ya se murió, ya no se puede recuperar. Es un indicativo de que debemos tener más cuidado, porque la planta ya perdió parte de su atractivo visual”.
¿Se puede conservar una Pascua todo el año?
Aunque muchos creen que la Pascua es una planta de temporada, en realidad es perenne. Si se trasplanta a una maceta más grande o directamente al suelo y se cuida adecuadamente, puede florecer cada año. “Después de la temporada, se poda y se fertiliza con abonos ricos en nitrógeno y fósforo para estimular raíces y follaje. Luego, entre agosto y septiembre, se hace otra poda para estimular la nueva floración”, explica el experto.
Durante el año, es fundamental protegerla de plagas como la mosca blanca, aplicar insecticidas cuando sea necesario y seguir un plan de fertilización adecuado. En febrero, al terminar la floración, es el momento ideal para podarla y prepararla para el nuevo ciclo.
Compañeras navideñas en tu hogar
Además de las Pascuas, hay otras plantas que complementan perfectamente la decoración navideña. “En esta época también se da bastante el calanchoe, que la gente acá le dice Navidad. También está el cactus navideño, que florece un poco más tarde, y la pascuita, con flor blanca, que también se acompaña mucho”, menciona Martínez.
Estas plantas no solo aportan belleza, sino que contribuyen a crear un ambiente cálido y festivo. Incluso pueden colocarse cerca de luces navideñas, siempre que estas sean LED y no emitan calor excesivo que dañe las hojas.
Un símbolo que merece cuidado
Las Pascuas, más que un adorno, son un símbolo de la temporada. Representan unión, tradición y esperanza. “No hay un truco para que la Pascua dure todo el año, más que estar al pendiente de sus cuidados: evitar que se deshidrate, que le den los vientos, y estar atentos a las plagas”, concluye Luis Martínez.
Con una atención constante y un poco de dedicación, es posible hacer que esa planta que compraste para diciembre se convierta en un acompañante permanente, año tras año, reviviendo la magia navideña en cada floración.
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