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Aunque muchos aún planchan, cada vez más personas buscan alternativas prácticas para ahorrar tiempo y simplificar su rutina diaria.

La nueva tendencia en el hogar: vivir sin planchar

Evitar la plancha ya no es pereza, es una elección consciente. Cada vez más personas adoptan esta tendencia que combina estilo, practicidad y bienestar.

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Por Betty Carranza
Publicado el 20 de octubre de 2025

 

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Cada vez más personas deciden no planchar su ropa, no por descuido, sino como una elección consciente que combina comodidad, eficiencia y sostenibilidad. Esta tendencia crece especialmente entre jóvenes adultos, impulsada por cambios en la moda, el auge del teletrabajo, textiles antiarrugas y nuevas herramientas como vaporizadores o sprays. Además, priorizar el bienestar sobre la perfección ha llevado a redefinir qué significa verse bien. Planchar ya no es una obligación diaria, sino una opción ocasional. Esta transformación refleja un estilo de vida más práctico, relajado y alineado con valores contemporáneos como el autocuidado y el uso inteligente del tiempo.

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Planchar solía ser una de las tareas domésticas más habituales, casi obligatoria para quienes buscaban una apariencia pulida. Pero los tiempos cambian, y con ellos, también cambian nuestras prioridades en casa. Hoy, una creciente parte de la población está decidiendo conscientemente no planchar su ropa. Esta tendencia, lejos de ser un descuido, responde a nuevos valores: eficiencia, comodidad, sostenibilidad y un estilo de vida más relajado.

Según una encuesta realizada en el Reino Unido en 2025, apenas el 28% de los adultos plancha su ropa tras cada lavado. El 14% confesó que no plancha nunca, una cifra que se eleva al 25% entre los jóvenes de 18 a 24 años. Esta información fue compartida por el portal Pretty You London, que analizó los hábitos de planchado en distintos rangos de edad.

De hecho, en un estudio citado por la revista Newsweek, se concluyó que casi un tercio de los adultos menores de 34 años no tiene plancha en casa, y muchos nunca han usado una. Esto refleja un cambio generacional, en el que los códigos de vestimenta y las exigencias domésticas están siendo redefinidos.

Un nuevo estilo de vestir

Uno de los factores que impulsa esta tendencia es el cambio en la forma de vestir. Las rutinas laborales y sociales han evolucionado hacia una estética mucho más relajada. La necesidad de usar camisas formales o prendas estructuradas ha disminuido drásticamente, en gran parte gracias al teletrabajo y al auge de una moda más casual.

El portal Better Homes & Gardens, especializado en hogar y estilo de vida, destaca que muchas personas están optando por ropa cómoda y versátil que no requiere cuidados exigentes. Las telas suaves, elásticas y "antiarrugas" han desplazado a las fibras que antes necesitaban un repaso con la plancha tras cada lavado.

A esto se suma el cambio de perspectiva sobre la imagen personal: un look ligeramente arrugado ya no se percibe como descuido, sino como autenticidad. La aparición de nuevas prioridades ha desplazado la obsesión por el aspecto impoluto.

La tecnología textil también juega su parte

Hoy muchas prendas vienen con acabados especiales que reducen significativamente la aparición de arrugas. Fibras como el poliéster reciclado, el rayón y mezclas con elastano permiten que la ropa conserve una buena caída sin necesidad de calor. Además, las marcas de moda han incorporado esta característica como un valor agregado.

El sitio Gentleman's Gazette, dedicado a moda masculina, explica que incluso en el vestir formal se están popularizando las camisas "wrinkle-free", lo que ha llevado a muchos profesionales a dejar la plancha en un rincón. Este cambio también refleja una transformación en la industria textil: menos rituales, más funcionalidad.

Tiempo, energía y sostenibilidad

Planchar no solo requiere tiempo; también implica gasto energético y uso de espacio. En muchos hogares modernos, donde cada minuto cuenta y cada metro cuadrado es valioso, evitar esta tarea representa un alivio. Dejar de planchar se convierte en una decisión pragmática.

El portal Bustle, centrado en estilo de vida y cultura pop, plantea que las nuevas generaciones buscan minimizar tareas que no consideran esenciales. En esa lógica, prefieren usar el tiempo libre en actividades más significativas o de autocuidado. A esto se suma una preocupación por el consumo eléctrico y la huella ambiental de los electrodomésticos.

El vaporizador se vuelve popular como opción moderna para eliminar arrugas sin recurrir a la plancha tradicional.
El vaporizador se vuelve popular como opción moderna para eliminar arrugas sin recurrir a la plancha tradicional. /Foto Shuttertstock

El vaporizador portátil, por ejemplo, ha ganado terreno como sustituto de la plancha tradicional. Con un diseño más compacto y rápido, cumple una función suficiente para quienes solo quieren eliminar arrugas ligeras sin complicarse.

Trucos caseros y nuevas rutinas

En lugar de planchar, muchas personas han adoptado estrategias simples para mantener la ropa presentable. Colgar las prendas apenas salen de la lavadora, usar secadora con bolas de lana o hielo para alisar, o incluso colgar la ropa en el baño mientras uno se ducha para aprovechar el vapor, son solo algunos de los "hacks" más comunes.

Better Homes & Gardens también recomienda productos como los sprays antiarrugas, que permiten una solución rápida sin necesidad de calor. Este tipo de innovaciones ha hecho que planchar deje de ser indispensable.

Cambio de mentalidad: cómodo también puede ser elegante

Más allá del aspecto funcional, esta tendencia también refleja un cambio en los valores estéticos. La comodidad ha dejado de estar reñida con el estilo. Hoy se valora lo simple, lo auténtico y lo natural. El exceso de perfección se ve cada vez más como una imposición innecesaria.

En un artículo del sitio Katarina Etiquette, especializado en etiqueta moderna, se señala que las nuevas generaciones prefieren un estilo más realista. Mostrar una imagen pulida sin exageraciones ni rigidez es ahora la meta, y eso incluye aceptar que una arruga no define ni la elegancia ni el profesionalismo de una persona.

Planchar menos, vivir mejor

La plancha no está desapareciendo por completo, pero sí se está resignificando. En lugar de ser una obligación diaria, se ha convertido en una opción ocasional. Muchos la reservan para ocasiones especiales o para prendas específicas, como trajes o vestidos de gala.

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Como explica House Digest, un medio especializado en organización del hogar, dejar de planchar no significa descuidar la ropa. Se trata más bien de simplificar, elegir mejor las prendas y adaptarse a una rutina que favorezca el bienestar. Es una muestra de cómo evolucionan nuestras prioridades: menos presión, más libertad.

En definitiva, no planchar es una elección con sentido: ahorra tiempo, reduce el consumo de energía, promueve una estética más relajada y conecta con un estilo de vida más consciente. Y para muchos, eso es más que suficiente.

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