La “maldición” del Balón de Oro: ¿Francia no ganará el Mundial 2026 por "culpa" de Dembélé?

Ousmane Dembélé ha hecho historia al convertirse en el sexto francés en ganar el Balón de Oro. Tras una temporada brillante con el PSG y la selección gala, el atacante fue reconocido con el máximo galardón individual del fútbol. Sin embargo, su premio ha reavivado un viejo mito del balompié: ninguna selección ha ganado el Mundial teniendo en sus filas al Balón de Oro vigente.

La alerta la encendió el estadístico español Mr. Chip, quien, fiel a su estilo provocador y lleno de datos, escribió en redes: “Dembélé llegará a la Copa del Mundo 2026 como Balón de Oro, lo que significa que Francia queda, desde hoy mismo, automáticamente descartada para lograr su tercera estrella el año que viene. Hay maldiciones que son sagradas en el mundo del fútbol y esta es una de ellas”.

¿Es simplemente una superstición con buen marketing, o hay datos duros que le dan sustento a esta teoría? La respuesta es más compleja de lo que parece.

Los otros franceses que antes ganaron el Balón de Oro son: Raymond Kopa, Michel Platini, Jean-Pierre Papin, Zinedine Zidane y Karim Benzema.

Balón en mano, Mundial esquivo

Para entender esta supuesta maldición, hay que aclarar el concepto: se trata de jugadores que han ganado el Balón de Oro antes de un Mundial, y que llegan a disputar ese torneo como vigentes ganadores del galardón. El dato es claro y contundente, pues ninguna selección ha sido campeona del mundo en esas condiciones.

Casos sobran. En 1994, Roberto Baggio llegó a la Copa del Mundo como el flamante Balón de Oro 1993. Italia llegó a la final, pero cayó ante Brasil en penales. En 1998, Ronaldo "el Fenómeno" Nazário se llevó el Balón de Oro previo al Mundial, pero Francia —liderada por Zidane— se impuso en casa.

En 2014, Cristiano Ronaldo era el actual Balón de Oro, y Portugal no pasó de la fase de grupos. En 2018, Luka Modrić brilló con Croacia y fue el mejor del torneo, pero solo recibió el Balón de Oro después, como premio a su gran Mundial. Aun así, su selección fue subcampeona.

Incluso Lionel Messi, que finalmente ganó el Mundial en 2022 con Argentina, no rompió esta regla: no era el vigente Balón de Oro en Qatar. Ese premio le fue entregado meses después de levantar la copa.

Una lista larga sin campeón

La estadística no falla: desde 1956, cuando se creó el Balón de Oro, ningún jugador que llegara al Mundial con ese trofeo bajo el brazo pudo ser campeón con su selección. El reconocimiento individual, al parecer, no ha sido un buen augurio colectivo.

Ni Cristiano ni Messi, ni Ronaldinho, ni Van Basten, ni George Weah (cuyo país, Liberia, ni siquiera clasificó), ni Baggio, ni Platini. Todos brillaron a nivel de clubes, todos fueron reconocidos como los mejores del planeta, pero ninguno logró combinar ese honor con la gloria mundialista en el mismo ciclo.

¿Será Dembélé el primero?

Francia, bicampeona del mundo, llegará al Mundial 2026 como una de las grandes favoritas. Cuenta con una generación dorada que mezcla juventud y experiencia, y con figuras consolidadas como Kylian Mbappé, Eduardo Camavinga, Aurélien Tchouaméni y el propio Dembélé.

Pero si la historia pesa, el hecho de tener a un Balón de Oro vigente puede ser una piedra en el zapato. El fútbol, caprichoso como es, ha negado sistemáticamente esa combinación.

La pregunta queda abierta: ¿será Dembélé quien rompa el hechizo? ¿O sumará su nombre a la lista de grandes figuras que se quedaron a las puertas de la gloria mundialista justo después de haber sido coronados como los mejores del mundo?

El fútbol, entre datos y destino

Como todas las "maldiciones" deportivas, esta tiene algo de mito, algo de estadística y mucho de narrativa. No hay una razón lógica para que el Balón de Oro sea un lastre en la Copa del Mundo. Pero lo cierto es que, por más de 60 años, ningún campeón individual logró ser campeón global justo después.

Para Francia, es un nuevo reto. Para Dembélé, una oportunidad histórica. Y para los aficionados, un nuevo capítulo que alimenta el romance eterno entre fútbol, destino y supersticiones.