Frizz bajo control, cómo entender y domar tu cabello desde adentro
El frizz es la señal de alerta de tu pelo: te cuenta qué le falta realmente. Aprendé a interpretarlo, adaptá tu rutina y recuperá brillo, suavidad y calma.
Por
Betty Carranza
Publicado el 10 de septiembre de 2025
El frizz no es solo un problema estético, es una señal de que tu cabello necesita atención. En El Salvador, factores como la humedad, el cloro en el agua y el uso excesivo de calor agravan la situación. Según el estilista Ricky Mina, el frizz es una alerta que indica falta de nutrición, descanso y protección. Con rutinas personalizadas y productos adecuados —como tratamientos de L’Oréal, Kérastase o Wella— es posible recuperar brillo, fuerza y suavidad. La clave está en observar tu cabello, ajustar hábitos y aplicar tratamientos que respondan a sus verdaderas necesidades, sin castigos ni excesos.
El frizz aparece como una señal de alerta: tu rutina necesita ajustes urgentes. Aprendé a interpretarlo y devolvele al cabello el brillo y la calma que merece, incluso en un clima tropical como el nuestro.
En El Salvador la humedad, el calor y los cambios bruscos de temperatura lo hacen parte de nuestra realidad. Pero, como explica el estilista Ricky Mina de Mina Express, “el frizz no es el enemigo: es una bandera roja que dice: ando frágil, necesito descanso, nutrición y vitaminas”. Atender ese aviso es el primer paso para recuperarlo y dejar de verlo como un castigo estético.
¿Qué lo provoca además del clima?
- Uso excesivo de planchas, tintes o decoloraciones.
- Champús agresivos o agua con cloro.
- Hábitos como lavar el cabello todos los días cuando no lo necesita. Ricky lo ejemplifica así: “A veces tratamos al pelo como si viniera sucio del campo, cuando solo pasó la noche en una almohada limpia y con sus aceites naturales cumpliendo su trabajo”.
Diagnóstico antes del castigo
Antes de enfrentarte al frizz, hacete estas preguntas:
- ¿Con qué frecuencia lavás el pelo?
- ¿Usás herramientas de calor sin protección?
- ¿Usás el champú adecuado o lo lavás con agua muy caliente?
Sumar lavadas innecesarias o calor sin protección es una receta para el desastre. Además, el agua con cloro, común en el país, reseca aún más el cabello, y si ya recibió procesos químicos, está más vulnerable. Como dice Ricky: “Menos virgen, más expuesto”.
Tratamientos según la necesidad del pelo

- Lety llegó con el cabello largo, ondulado y con puntas abiertas.
Se seleccionó una línea de L’Oréal pensada para renovar la longitud y engrosar puntas. Se inició con un champú renovador que limpia suavemente y prepara la fibra, seguido por un cóctel de Power Mix Force y la mascarilla reparadora Pro Longer. El resultado: una melena con mayor densidad, uniformidad, brillo y fortaleza desde adentro. El cambio fue evidente desde la primera aplicación y se potenció con el uso continuo.

- Karina presentaba un cabello maltratado con químicos y calor.
Se aplicó el tratamiento Premier de Kérastase. Primero un pre-champú que optimiza la fibra. Luego un champú sin sulfato que elimina la sobrecarga de minerales, especialmente calcio. Se continuó con un concentrado descalcificante que repara la estructura capilar desde lo más profundo. Una máscara reconstructora da consistencia y reduce el quiebre. Para finalizar, un sérum termo-protector que nutre, controla el frizz y cuida del calor. El cabello se ve más fuerte, brillante y saludable desde la primera aplicación. Con el paso de las semanas, la textura se volvió más suave y menos quebradiza.

- Katherine tiene un cabello virgen, pero opaco y reseco.
Se usó la línea profesional Wella Invigo Nutri-Enrich: champú profundo sin agredir y una mascarilla nutritiva de acción rápida. El cabello recuperó suavidad, brillo natural y manejabilidad gracias a ingredientes como Goji Berry, pantenol y vitamina E. Se cerró con Quartz Mist de Cadiveu Quartzo Shine sobre cabello húmedo para sellar cutículas, aportar luminosidad, suavidad y protección térmica. Este tratamiento fue clave para restaurar la hidratación y la elasticidad del cabello virgen expuesto al clima.
¿La clave del cambio? Un enfoque integral
Escuchar lo que tu cabello necesita y adaptar tu rutina con constancia. Como dice Ricky con gracia: “La vida no te da todo: no podés ir al gimnasio, usar plancha diario, lavarte el pelo a diario y esperar que esté largo, sano y brillante”.
Buenos hábitos para un cabello equilibrado:
- Lavalo cada tres días y usá un tratamiento nutritivo semanal.
- Secalo con una camiseta suave, sin frotar.
- Usá siempre protector térmico antes de herramientas de calor.
- Elegí productos adecuados a tus necesidades y al bolsillo. Lo importante es que te funcionen a vos.
También vale la pena agendar una evaluación profesional al menos una vez al año. Un diagnóstico hecho por un estilista puede ayudarte a conocer mejor tu tipo de fibra capilar y qué ingredientes necesita para brillar con salud. Invertir en conocimiento y prevención es tan importante como el producto más caro.
Ricky resume lo esencial: “Observar tu cabello es el primer paso. No es solo qué producto usás, sino cómo lo usás y qué hábitos lo acompañan. El frizz no se combate con castigo: se calma con comprensión.”
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