Romero, Osorio y Pérez, ¿qué dicen tras la victoria?

La Selección de El Salvador consiguió una victoria que no solo representa tres puntos en la eliminatoria, sino un golpe de autoridad que fortalece la ilusión de clasificar a la Copa del Mundo. El triunfo frente a Guatemala en condición de visitante no solo sorprendió a propios y extraños, sino que también evidenció un cambio de mentalidad en el equipo dirigido por Bolillo Gómez, quien ha logrado impregnar disciplina, orden y confianza en un grupo que ahora cree en sí mismo.

Una noche de carácter

Desde el pitazo inicial, El Salvador mostró un temple distinto. El conjunto azul y blanco fue paciente, supo esperar a su rival y eligió los momentos adecuados para atacar. Esa frialdad y madurez fueron reconocidas por Henry Romero, uno de los protagonistas de la noche, quien destacó la importancia de mantener la calma en un ambiente hostil y de no caer en provocaciones.

“Jugamos con la cabeza fría. Sabemos que con el tiempo debemos madurar. Hoy destaco el sacrificio de mis compañeros y el trabajo que venimos realizando. Faltan cinco finales más y tenemos que estar a la altura de lo que viene”, señaló el defensor con evidente orgullo.

Henry Romero

El Salvador no se desesperó y aprovechó los espacios que Guatemala dejó en su intento de imponer condiciones en casa. Esa paciencia, que en otras ocasiones brillaba por su ausencia, fue clave para lograr un resultado que pocos esperaban.

El factor Bolillo Gómez

La llegada del técnico colombiano Hernán Darío “Bolillo” Gómez significó un punto de inflexión para la escuadra salvadoreña. Su experiencia y carácter han ayudado a transformar la mentalidad de un grupo que, durante años, parecía atrapado en la desconfianza y la irregularidad.

El propio Henry lo reconoció tras el pitazo final: “Bolillo vino a cambiarnos la mentalidad. Ahora trabajamos con el corazón, respetamos al rival, pero creemos en lo que podemos hacer dentro de la cancha. Gracias a Dios, hoy El Salvador está de pie”.

La filosofía de Gómez, basada en el orden táctico y el sacrificio colectivo, quedó en evidencia en este encuentro. El equipo no se volcó al ataque de manera desordenada, sino que apostó por la inteligencia, la disciplina y la solidaridad entre sus líneas.

Harold Osorio: paciencia y unión

El mediocampista Harold Osorio también destacó la paciencia como virtud esencial en la victoria.

“Muy bien, creo que todo el equipo hizo un gran partido. Felicito a todos porque estuvimos muy pacientes, supimos esperar al rival y saber cuándo atacar, y ese fue el premio”, afirmó con satisfacción.

Para Osorio, el triunfo fue el resultado de un trabajo colectivo y de la claridad con la que el cuerpo técnico planteó el encuentro:

“A todo, a todo el grupo, al técnico que supo plantear el juego, a los jugadores que pudimos ejecutar lo que pedía el profesor. Contento por la victoria y por cómo respondimos en un partido que para Guatemala fue inesperado”.

El volante subrayó además que la motivación siempre estuvo presente en el grupo: “Ya veníamos muy motivados desde el principio. El sueño de todos es acercarse al Mundial, pero vamos paso a paso, partido a partido. Estamos felices con el resultado y lograr tres puntos afuera, en un ambiente muy bueno y contra un gran equipo, es muy importante para nosotros”.

Joshua Pérez: corazón y fe

Por su parte, Joshua Pérez resaltó la transformación anímica que ha traído el entrenador colombiano.

“El Bolillo Gómez vino a cambiar la mentalidad y con eso también sacamos tres puntos importantes aquí”, aseguró.

El atacante insistió en la importancia de poner el corazón en cada acción dentro del campo:

“Lo fundamental es trabajar con corazón, trabajar en lo que podamos hacer en la cancha y gracias a Dios se nos presentó la oportunidad. Este triunfo nos da fe y nos impulsa a seguir luchando en lo que viene”.

Un regreso paciente

Para Henry Romero, la noche fue aún más especial. El defensor recordó que estuvo varios años fuera de la selección, pero nunca perdió la disciplina ni la ilusión de volver.

“Me tocó estar fuera como unos seis o siete años, pero no dejé de trabajar en mi equipo. Gracias a Dios siempre estuve ahí, dando lo mejor, y los profes se fijaron en mí. Ahora eso ya es pasado, lo importante es pensar en lo que viene y estar compenetrados para sacar resultados positivos”, comentó.

Su historia personal refleja el mensaje del grupo: perseverancia, paciencia y confianza en que el trabajo duro siempre rinde frutos.

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Una victoria inesperada

El Salvador logró lo que muchos consideraban improbable: doblegar a Guatemala en su propio estadio. El rival llegaba con buenas credenciales, pero se topó con un equipo que no solo defendió con solidez, sino que supo golpear en el momento justo.

“Todo se lo atribuyo al grupo. El entrenador supo plantear el partido y los jugadores hicimos el trabajo que nos pidió. Este triunfo es de todos”, resumió Henry.

El ambiente en el estadio fue exigente, con una afición guatemalteca que apoyó de principio a fin. Sin embargo, El Salvador supo transformar esa presión en motivación, consolidando una victoria que no solo aporta en lo deportivo, sino también en lo anímico.

La mirada hacia adelante

Pese a la euforia del triunfo, el vestuario salvadoreño mantiene los pies en la tierra. Los jugadores insisten en que aún no se ha ganado nada y que el camino hacia la clasificación mundialista es largo y complejo.

“Dios nos ha premiado con este resultado, pero no podemos desperdiciar la bendición. Tenemos que recuperarnos rápido y pensar en lo que viene, porque el lunes enfrentamos a un rival exigente. Será clave seguir sacrificándonos en la cancha”, advirtió Romero.

Ese mensaje refleja la madurez que empieza a caracterizar a un grupo que ha aprendido a no dejarse llevar por la emoción del momento.

El sueño mundialista

Clasificar a un Mundial ha sido, históricamente, el gran sueño de los salvadoreños. Desde España 1982, la afición espera volver a ver a su selección en la máxima cita del fútbol. Hoy, con un plantel renovado y un técnico que ha inyectado confianza, la ilusión vuelve a crecer.

“Desde el inicio estábamos motivados. Todos soñamos con el Mundial, pero vamos paso a paso, partido a partido. Sacar tres puntos de visita contra un gran equipo nos da confianza y una motivación extra”, concluyó Osorio, en sintonía con lo expresado por Pérez y Romero.

El Salvador ha dado un golpe sobre la mesa. La victoria frente a Guatemala no asegura la clasificación, pero sí demuestra que este equipo tiene con qué soñar. El desafío ahora será mantener la constancia, el orden y la fe en lo que resta de la eliminatoria.