Chef Robert Franco lleva el sabor salvadoreño a las calles de París
El chef Robert Franco fusiona raíces salvadoreñas con el street food francés en París, llevando café y pupusas a un público internacional.
Por
Betty Carranza
Publicado el 09 de septiembre de 2025
Robert Franco, chef salvadoreño originario de Santo Tomás, San Salvador, emigró a Francia en 2006 buscando nuevas oportunidades. Tras años en la construcción, descubrió su pasión por la cocina y en 2013 inició estudios gastronómicos, llegando a ser chef en un restaurante francés. En 2021 fundó Cantina Street, que evolucionó a Cantina Origen Café en 2025, un espacio donde fusiona pupusas, brunch y café 100% salvadoreño adaptado al paladar europeo. Inspirado por su padre y chefs franceses, Franco busca tender puentes culturales a través de la comida, mientras sueña con regresar a El Salvador para compartir lo aprendido.
El chef Robert Franco lleva el sabor salvadoreño a las calles de París con su proyecto Cantina Origen Café. Desde este espacio versátil, combina café 100% salvadoreño, pupusas y platos adaptados al paladar europeo, demostrando que la gastronomía puede ser un puente entre culturas.
"Ser salvadoreño en Francia significa llevar conmigo una parte de mi tierra en todo lo que hago", asegura Franco, quien desde 2025 dirige su propio coffee shop llamado Cantina Origen Café. Con una historia marcada por la resiliencia, este chef nació en Santo Tomás, San Salvador, y en 2006 decidió emigrar, motivado por la situación del país y con el sueño de estudiar Mecánica Industrial. Sin embargo, la vida tenía otros planes.
"Llegando a Francia las cosas no salieron como esperaba, así que me tocó trabajar", recuerda. Durante siete años estuvo en el rubro de la construcción, hasta que en 2012 obtuvo su estatus legal en el país europeo. Desde pequeño sentía afinidad por la cocina, y fue precisamente en un restaurante donde comenzó su nueva historia. Entró como ayudante, se enamoró del oficio, y en 2013 inició estudios formales de gastronomía. Para 2017, ya era chef en un restaurante francés.

Conexión gastronomía y cultura
Con esa experiencia a cuestas, Franco comenzó a darle forma a un sueño más personal: promover la gastronomía salvadoreña en un entorno tan competitivo como lo es Francia. Así nació Cantina Street en 2021, un concepto de street food con raíces latinas, que jugaba con la cercanía que evoca la palabra "cantine" en francés. "Quise un concepto que conectara a la gente a través de sabores auténticos y un ambiente cercano con muchas culturas diferentes", explica.
El proyecto creció y evolucionó. En 2025 se concretó la apertura de su local propio, momento en el que también decidió cambiar el nombre a Cantina Origen Café, reflejando una etapa más madura y consolidada. En ese espacio, Robert sirve desde brunch hasta especialidades salvadoreñas reinterpretadas, pero siempre con un ingrediente infaltable: el café.
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Su incursión en el mundo del café no fue casual. "Entré al mundo del café por mi papá; de él fue la idea de trabajar un producto que es parte de la gastronomía que nos identifica como salvadoreños". Su padre, Roberto Franco, ha sido una figura clave en su vida: "Es una persona con mucho carácter, para él la disciplina va por delante de todo".
Esa influencia, combinada con su admiración por chefs como Philippe Etchebest —reconocido en Francia por su carácter exigente y su deseo de transmitir experiencia—, moldearon la forma en la que Robert se mueve en la cocina.
Hoy, Cantina Origen Café es un coffee shop versátil. "Actualmente tengo el café que es 100% salvadoreño. Con la comida es un viaje: puedo hacer una tostada vegetariana o unas pupusas. Pero generalmente me he adaptado mucho al público francés, ya que el 95% de mis clientes son franceses e ingleses".
Esa capacidad de adaptación le ha permitido tender un puente entre su origen y la cultura europea, ofreciendo una experiencia que sorprende y conecta.

Fiel a las raíces salvadoreñas
Más allá del negocio, su motor es la familia. Aunque tiene parientes en Francia, su verdadero núcleo lo forman su esposa y sus tres hijos. "Ellos son mi familia en el día a día, mi motivación constante". Para Franco, la vida en París cobra sentido porque cuenta con ese soporte cercano, mientras mantiene el corazón anclado en El Salvador.
El café, como los sabores de su infancia, es una forma de mantener vivo su vínculo con el país. "El maíz, el frijol, el café, y sobre todo la comida hecha en casa con cariño" son, para él, pilares emocionales y creativos que inspiran su cocina día a día. Entre sus recuerdos más poderosos está el mango verde con sal y limón, un sabor que lo transporta directo a la niñez. Y aunque ahora vive entre baguettes y croissants, su corazón sigue prefiriendo una semita alta con dulce de atado.
Uno de sus mayores sueños es regresar a El Salvador para abrir un local y compartir todo lo aprendido. "Sería uno de mis grandes éxitos. Regresar con lo aprendido y compartirlo en mi país, para motivar a más jóvenes a creer en la gastronomía como motor de cambio". Por ahora, sus proyectos más inmediatos incluyen expandir el coffee shop, fortalecer el servicio de catering y crear un espacio más amplio donde la experiencia salvadoreña se viva con intensidad.
Tiro al plato
- ¿Pupusas o croissant? Pupusas.
- ¿Un café salvadoreño que siempre recomiendas? Pacamara.
- ¿Lo que más extrañas de El Salvador? La comida.
- ¿Una palabra que defina tu vida en Francia? Resiliencia.
- ¿Quién es tu mayor inspiración en la cocina? Mi abuela.
- Un sabor que te transporte directo a tu infancia? Mango verde con sal y limón.
- ¿Qué sueñas llevar de El Salvador al mundo? El orgullo de nuestra gastronomía y el reconocimiento del café salvadoreño como uno de los mejores.
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