Facturación Electrónica en El Salvador: Guía sencilla para que las empresas inicien sin complicaciones

Con el avance de la digitalización y los cambios impulsados desde la pandemia, el país comenzó a transitar hacia una nueva forma de emitir facturas: la electrónica. Pero, ¿qué implica realmente este cambio? ¿Es obligatorio? ¿Cómo afecta a los negocios grandes, pequeños o a quienes apenas están iniciando? 

Para responder estas dudas conversamos con Pedro Mira, Ingeniero en Sistemas y uno de los pioneros en impulsar esta tecnología en el país a través de su empresa SIETES,  que participó en el plan piloto junto a 60 grandes contribuyentes y desde entonces acompaña a empresas —desde pupuserías hasta clínicas— en su proceso de migración digital.

¿Qué es la facturación electrónica y por qué es importante?

La facturación electrónica es un sistema que permite enviar los documentos tributarios directamente al Ministerio de Hacienda en tiempo real. Es decir, cada factura emitida queda automáticamente registrada, sin necesidad de hacer declaraciones mensuales como antes.

Esta tecnología busca modernizar la administración tributaria, reducir costos operativos (como el uso de papel), y facilitar la trazabilidad de las operaciones. 

---

“Digitalizar los negocios no es sólo una exigencia legal, es también una oportunidad para ordenar y automatizar procesos.”

Pedro Mira

---

¿Quiénes deben de emitir facturación electrónica?

Esta es de carácter obligatorio para todas las personas naturales y jurídicas inscritas como contribuyentes de IVA, con registro ante el Ministerio de Hacienda y la Administración Tributaria. 

Te puede interesar: Las Minutas del Pelón: el sabor del esfuerzo hecho emprendimiento

Sin embargo, la obligación no entra en vigor de manera general e inmediata. El Ministerio de Hacienda notificará individualmente a cada contribuyente —ya sean empresas o personas naturales— sobre la fecha en la que deberán comenzar a emitir facturas electrónicas. Esta notificación se realiza con un plazo de al menos tres o cuatro meses de anticipación, para que los contribuyentes tengan tiempo de prepararse y cumplir con la normativa.

Ahora, no todo el mundo aplica igual. Hay dos formas principales de incorporarse al sistema: 

La primera es el sistema gratuito del Ministerio de Hacienda, que está pensado para contribuyentes pequeños —menos de 100 facturas al mes, ventas menores o iguales a $10,000— que se encuentre en categorías “otro” y que no necesitan personalizar sus facturas.

La segunda forma son los sistemas de pago ofrecidos por empresas proveedoras, cuyos precios oscilan desde los $100.00 anuales, aunque el costo definitivo está asociado al volumen de facturación.

Este sistema permite emitir facturas 24/7, almacenar documentos en la nube, recibir soporte técnico y personalizar el formato PDF de los comprobantes. Es un sistema para compañías o empresas que facturan con un volumen más alto descrito en el párrafo anterior.

En ambos casos, los clientes reciben dos documentos: un archivo json (es un formato ligero para el intercambio de datos entre sistemas), con validez fiscal firmado digitalmente, y un PDF legible. Ambos deben conservarse por parte de la empresa durante 15 años, por normativas fiscales y de prevención de lavado de dinero. 

Cómo iniciar el proceso: pasos clave para migrar a la facturación electrónica  sin estrés

Si ya sos contribuyente de IVA, tenés que adaptarte al nuevo sistema. Este requisito incluye tanto a grandes empresas como a negocios más pequeños inscritos formalmente (personas jurídicas, SAS -Sociedad por Acciones Simplificada- o individuales).

Pedro Mira explica que lo primero es entrar al portal factura.gob.sv , donde podés consultar si ya fuiste convocado y descargar todos los recursos necesarios: guías, manuales técnicos, instructivos y el calendario de implementación.

Estos son los pasos básicos que toda empresa debe seguir:

1. Verificación: Revisar si aplicás para el sistema gratuito o necesitás buscar una solución con proveedores. Determinación de la plataforma a implementar (sistema de transmisión o sistema de facturación). 
2. Solicitar ingreso al ambiente de pruebas: Esta solicitud está disponible en el sitio de facturación electrónica factura.gob.sv . Si es usuario del Sistema de Transmisión tendrá 2 meses para concluirlas, pero si es usuario del Sistema de Facturación tendrá 15 días para concluirlas.
3. Certificado de firma electrónica: Toda empresa necesita un certificado que permite firmar electrónicamente sus facturas. Es como una firma oficial en el entorno digital.
4. Ejecutar las pruebas: El usuario debe realizar una serie de pruebas con el fin de practicar la correcta emisión de DTE (Documento Tributario Electrónico), por lo que estas pruebas son un aprendizaje.
5. Autorización final: Hacienda valida el sistema y autoriza su uso tras pasar las pruebas.
6. Obtener el certificado de firma electrónica de parte de la  DGII (Dirección General de Impuestos Internos), que proporciona el acceso al ambiente productivo, es decir, ya en relación comercian con clientes. 
7. Iniciar operaciones como emisor de DTE (Documento Tributario Electrónico).

El especialista señala que “la firma electrónica no es complicada, pero requiere acompañamiento técnico para garantizar que todo esté bien configurado”. Por eso, empresas como SIETES brindan capacitación semanal, soporte constante y un enfoque pedagógico dirigido a MYPES y emprendedores.

¿Y después qué? Seguridad, almacenamiento y futuro del sistema

Una de las dudas más comunes es: ¿dónde se almacenan todas estas facturas electrónicas? La ley exige resguardar los documentos por 15 años, y no todos los negocios tienen cómo hacerlo por su cuenta.

En el sistema gratuito que ofrece Hacienda, esta responsabilidad recae directamente sobre el contribuyente. Pero los proveedores de pago ofrecen almacenamiento en la nube, con acceso permanente y seguro. Esto puede representar una gran ventaja, especialmente para quienes manejan volúmenes grandes o necesitan respaldo constante.

En palabras de Mira, “la clave está en entender que la facturación electrónica no es un castigo, es una evolución. Y como toda evolución, requiere tiempo, herramientas y orientación”.