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Gabriela Novoa y la fuerza feminista centroamericana en el MADC de Costa Rica
La exposición "Somos mares, ríos, flores, minerales, volcanes, montañas y compost" reúne a destacadas artistas de la región en una propuesta radical de resistencia y memoria colectiva, en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) de Costa Rica.
Una constelación de voces femeninas y disidentes toma el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) de Costa Rica con la exposición "Somos mares, ríos, flores, minerales, volcanes, montañas y compost". Entre las artistas que integran esta poderosa iniciativa centroamericana destaca la salvadoreña Gabriela Novoa, cuya obra plantea una respuesta política, poética y profundamente femenina a la realidad de la región.
Organizada por la Unión de Feministas Engendrando Nuevos Sistemas (UNFES), la exposición reúne más de 40 obras realizadas por artistas de Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Panamá y Costa Rica. El proyecto, que podrá visitarse gratuitamente hasta el 13 de octubre de 2025, se despliega en todos los espacios del MADC e incluye arte visual, archivo, performance, y un ambicioso programa curatorial, museográfico y pedagógico.
"Nos llena de alegría reunir en Costa Rica a estas artistas y curadoras centroamericanas, portadoras de las voces, pulsos de las colectividades y redes que habitan en sus territorios. Sentimos que es un momento urgente para entrelazar nuestras luchas, para tejer redes sensibles, firmes y así resistir juntas las olas de violencia que nos atraviesan, sosteniéndonos desde la creación y la ternura radical", expresó UNFES en comunicado.
VOZ SALVADOREÑA
Gabriela Novoa representa a El Salvador dentro de esta propuesta regional. Artista visual y cineasta, su obra explora el cuerpo de las mujeres en contextos marcados por la violencia, las estructuras de poder y el sometimiento. En su práctica artística, la especulación feminista no solo sirve para cuestionar el sistema, sino también para imaginar futuros posibles.
Novoa ha destacado por plantear en su trabajo una visión que fusiona el dolor con la esperanza, y que desafía las narrativas hegemónicas desde una perspectiva feminista interseccional. En esta muestra, su participación cobra especial relevancia en un momento en que Centroamérica atraviesa crisis humanitarias, migratorias y políticas derivadas de estructuras de opresión históricas.
Su obra dialoga con las piezas de otras expositoras, como la guatemalteca Maya Juracán, la nicaragüense Emilia Yang, la panameña Ana Laguna, la costarricense Mariela Richmond, la artista queer nara ila (Nicaragua), la maya-kaqchikel Marilyn Boror Bor (Guatemala) y la panameña Risseth Yangu ez Singh. Todas ellas comparten un enfoque político y territorial que reivindica la memoria, la identidad y la resistencia desde el arte.
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Pero la exposición no solo presenta obras finalizadas, sino también archivos de procesos, referencias, bibliografía crítica y una biblioteca compartida titulada Centraka de Arte Feminista. Este espacio de consulta y diálogo propone una revisión radical del conocimiento desde lo afectivo y comunitario, sumando así al carácter transformador de la muestra.
"Para el Museo, es un honor recibir a las artistas y curadoras centroamericanas que integran la colectiva UNFES. Hemos trabajado de manera comprometida en los ámbitos curatorial, museográfico y educativo para construir una exposición que dialogue con sus diversas visiones del contexto, identidades y sensibilidades materiales…", explicó Sofía Villena Araya, curadora jefa del MADC.
El nombre de la exposición —"Somos mares, ríos, flores, minerales, volcanes, montañas y compost"— no es casual. Alude a una visión ecofeminista que comprende a los cuerpos y los territorios como entidades vivas, en constante transformación, vulneradas pero también fértiles, capaces de regenerarse desde la colectividad. La metáfora del compost representa ese ciclo de descomposición y creación que atraviesan los pueblos del istmo.
UN ESPACIO PARA SANAR
Las piezas expuestas abordan temas como la migración forzada, el despojo territorial, el racismo, la impunidad estatal, las violencias de género y la memoria colectiva. Cada una de ellas responde a una urgencia distinta, pero todas están atravesadas por una misma pulsión: la de sanar.
La muestra también cuenta con la colaboración de distintas organizaciones y colectivos como AMA y No Olvida (Museo de la Memoria contra la Impunidad), la Asociación Madres de Abril, Las Hartas y Las Portaleras, que han sido esenciales en la construcción de esta narrativa de lucha y resistencia.
Novoa, al igual que sus compañeras, plantea con su obra una invitación a dialogar. A través del arte, estas creadoras centroamericanas reescriben las formas de habitar el mundo, ensayando nuevas maneras de vincularse desde la ternura, el cuidado, la rabia colectiva y la memoria.
(Artículo elaborado con asistencia de IA)