Adiós, Pepe…
Hoy el mundo será un poco menos humano, sin Francisco, sin Pepe; pero quedan sus ideas y su ejemplo
Salí de Uruguay en 1983 rumbo a Venezuela, cuando la dictadura militar arreciaba. Regresé por primera vez en 1997, cuando ya estaba restituida la democracia, y luego un par de viajes más en 2010 y 2015. Durante este tiempo, Pepe Mujica pasó de ser guerrillero Tupamaro –junto a Raúl Sendic, Eleuterio Fernández Huidobro, Julio Marenales, Mauricio Rosencof, Henry Hengler, Jorge Manera, Lucía Topolanski, Diego Picardo y otros compañeros más- a diputado, senador, ministro y, por último, terminó siendo presidente de la República Oriental del Uruguay. Ganó bajo la bandera del Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Frente Amplio.
Una considerable cantidad de reportajes, videos de sus discursos, documentales en Netflix, presentan a Pepe Mujica como el “político” que llegó a servir y no a servirse; practicante de un discurso fascinante de talante humanista; un crítico de la sociedad consumista actual. Muchos creen que su estilo de vida es un mito o un montaje. En enero de 2019 aproveché una visita a Montevideo y me tomé el riesgo de entrevistarlo.
Mi encuentro con Mujica contó con la complicidad de mi buen amigo Alfredo Baceda, viejo compañero de la Escuela Martirené, quien me contactó con Luis Rosadilla, miembro del MPP y ministro de la Defensa en Uruguay. Por otro lado, el embajador de Uruguay en El Salvador, Fernando Arroyo, conectó otros puntos con María Minacapelli, asistente de Pepe Mujica. Luego de algunos correos me llegó el mensaje: “Pepe Mujica lo recibirá en la chacra de Rincón del Cerro el día 9 de enero a las 19:00 horas, firma María”. Y así, con mi esposa Ana Beatriz Deleón, artista y fotógrafa, nos encaminamos a la chacra de Pepe. Íbamos algo nerviosos, con muchas preguntas en la cabeza y sin el equipo apropiado o profesional para hacer una entrevista de altura.
La conversación fue fluida, Pepe es un maestro de la palabra y de las ideas, hablamos de educación, de política y de la vida misma. Desde su profunda experiencia de clandestinidad, lucha y encarcelamiento, hasta la sociedad actual fractal, consumista y depredadora.
Pepe será recordado como un político ejemplar, consistente y ético, aquí cuelgo tres de sus frases memorables, toda una escuela para los sátrapas que hoy ostentan el poder:
“Es bueno vivir como se piensa, de lo contrario pensarás como vives” (Entrevista con Jordi Évole, 2014)
“A los que les gusta la plata hay que correrlos de la política. Son un peligro” (Hufftington Post, 2017
“Cuando yo compro algo, o tú, no lo compras con dinero, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para conseguir ese dinero. Pero con una diferencia, la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta, y es miserable gastar la vida para perder la libertad” (Human, 2016)
Hoy el mundo será un poco menos humano, sin Francisco, sin Pepe; pero quedan sus ideas y su ejemplo, y sí, uno muere cuando lo olvidan, y será difícil olvidar a Pepe Mujica.

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