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OPINIÓN: La Selecta Playera nunca se rinde y le queda una vida, ¿cómo puede clasificar a cuartos del Mundial?
"El Salvador tiene chance y mientras haya vida, habrá que confiar siempre en esta Selección que es una familia", afirma el periodista de CANCHA, Gustavo Flores.
Mientras la Comisión Normalizadora anunció que se quedará hasta el inicio de octubre -confirmando el adelanto de Cancha de que no finalizarían su mandato en estos meses tantas veces desmentido por sus miembros y hoy aceptado en un comunicado- la Selecta Playera sigue su camino de espinas en el Mundial de Seychelles, donde tuvo un partido digno ante el campeón Mundial Brasil pero decayó en su segundo juego ante Omán, en el que llevaba dos goles de distancia a falta de 6 minutos y le empataron en el final.
Los dirigidos por Rudis Gallo tienen hoy una chance más, ganarle a Italia, y que Omán no derrote a Brasil en tiempo regular. ¿Difícil? Sí, muy complicado. Pero para esta Selecta de Guerreros -la mejor selección nacional en la historia- no hay imposibles. Solo recordar que a Italia se le ganó en su casa en el Mundial de Rávena, allá por 2011 cuando El Salvador alcanzó las semifinales y este equipo se empezó a convertir en un mito del deporte cuscatleco. Aquella vez Tin Ruiz, Elmer Robles, Eliodoro Portillo y Frank Velásquez (autor de cuatro goles en el histórico 6-5) se metían definitivamente en el corazón de la afición salvadoreña como todos sus compañeros.
Quién iba a pensarlo en aquel entonces pero los cuatro jugadores mencionados están hoy, 14 años después, jugando en la arena de Seychelles, comandados por el mismo entrenador, el inoxidable y "cada vez más jóven" Rudis Gallo, secundado por uno de sus ex compañeros, Elías Ramírez, más conocido como Ronaldinho…. Familia.
El fútbol playa no se vive en otro país con la intensidad con la que se palpita en El Salvador. Hubo decenas de hechos que lo certifican. Por eso ayer, miles madrugaron a las 5:00 am de un domingo para estar a la distancia con una Selecta que sienten como propia. Y por eso mañana, seguramente estarán otra vez frente a las pantallas para dar su apoyo a miles de kilómetros a una Selección que puede ganar, empatar o perder, pero que no defrauda y deja hasta el último aliento por el amor a su camiseta. ¡Se puede!