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VIDEO: Funcionario ataca a patadas y puñetazos a pasajeros en aeropuerto de Colombia
En los videos se ve al empleado asestando patadas a un viajero, identificado como Juan Ramón Camarillo, procedente de Brasil, en una fila e intentado agredir a otra pasajera que lo filmaba, mientras otra funcionaria pide calma al público, pero no trata de frenar a su compañero que luego se va de la escena. El agredido afirmó también recibió un puñetazo en el rostro.
Las redes sociales de Colombia estallaron de indignación la viralización del video de un funcionario migratorio del aeropuerto internacional El Dorado que ataca a patadas y puñetazos a un pasajero e intenta golpear a otra que lo filmaba.
El hecho se registró este jueves por la mañana cuando el funcionario, identificado como Jaime Adolfo Sánchez, reaccionó con violencia a cuestionamientos de pasajeros por problemas con la máquina de identificación biométrica, utilizada para corroborar los datos de los viajeros que pretenden ingresar a ese territorio.
En los videos se ve al empleado asestando patadas a un viajero, identificado como Juan Ramón Camarillo, procedente de Brasil, en una fila e intentado agredir a otra pasajera que lo filmaba, mientras otra funcionaria pide calma al público, pero no trata de frenar a su compañero que luego se va de la escena. El agredido afirmó también recibió un puñetazo en el rostro.
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Por su parte, Migración de Colombia anunció que abrió un proceso de investigación en contra de este funcionario. “Migración Colombia rechaza el comportamiento del funcionario que no le es permitido bajo ninguna circunstancia. Se inicia la investigación de conformidad con la Ley disciplinaria”, dijo la entidad en un comunicado.
El viajero que fue agredido fue llevado a otra zona en la terminal aérea.
Fernando García Manosalva, director de Migración Colombia, le pidió disculpas a Camarillo, quien calificó el hecho como un acto de “racismo” y declaró que “esperemos que la justicia actúe. Uno viene a su país a tratar de descansar y pasar tiempo con su familia y desde la entrada se encuentra con funcionarios displicentes y el taxista que le nota acento costeño a uno y le quiere cobrar de más”.
Grupos sindicales, aunque rechazaron la violencia, arguyeron que los empleados están sometidos a estrés y “recarga laboral”.
