Existen más de 1,300 millones de fumadores en todo el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial para la Salud (OMS). Una cifra muy alarmante si se señala, también, que cada año mueren ocho millones de personas debido al tabaco. Especialistas en salud aseguran que para disminuir estos números es necesario educar para erradicar por completo este hábito; pero para aquellos que no están en la disposición de hacerlo la industria tabacalera ha iniciado la comercialización de alternativas libres de humo.
Estos nuevos productos han ido introduciéndose poco a poco en países de primer mundo, luego de investigaciones y profundos estudios que concluyen que la quema del tabaco durante el proceso de fumar es el principal factor de la liberación de sustancias nocivas, tóxicas y cancerígenas para el cuerpo.
De acuerdo con la doctora y especialista en farmacología de la empresa Philip Morris International, Andrea Costantini, hay una creencia popular que urge descartar y radica en que una gran mayoría de personas piensan que la nicotina es el auténtico villano de este hábito porque es “altamente adictiva y es la razón por la que el fumador quiere seguir fumando y busca otro cigarrillo”; sin embargo esta experta señaló que una de las terapias para renunciar al cigarro, justamente, son los parches de nicotina.
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Es la combustión antes mencionada lo realmente dañino cuando se fuma un cigarrillo convencional. Costantini expresó que está comprobado que ese humo que se libera –cuando el tabaco se somete a los 400° C y se quema- es cancerígeno. Frente a este dañino escenario, han surgido los cigarros electrónicos o los más recientes dispositivos que calientan el tabaco, con menos impacto negativo en la salud, según la médica.
“La clave es eliminar la combustión. Calentar el tabaco de manera electrónica consiste en un dispositivo que posee una batería, a través de una resistencia que es una hoja de calentamiento, calienta una unidad de tabaco de manera controlada, a una temperatura inferior de los 300° C para que el tabaco no entre en combustión. Ese calentamiento evapora la nicotina. La extracción del sabor del tabaco y la nicotina generan un aerosol que es completamente distinto al humo del cigarrillo, eso es lo que inhala el usuario de tabaco calentado”, describió Constantini sobre estos nuevos productos que tienen como fin desplazar los cigarros combustibles.
Las investigaciones de Philip Morris indican que existe un 95 % menos de sustancias tóxicas y cancerígenas en los productos de calentamiento del tabaco comparados con los tradicionales cigarros, sin embargo, Costantini hizo énfasis en que dichos elementos no se eliminan por completo y “no son libres de riesgo”. Pero lo consideran un mejor escenario para aquellos adultos que continuarán fumando.
Estudios, como la realizados por el doctor Reto Auer y publicados en la “Jama Internal Medicine”, revelaron que el humo de estos productos contienen hidrocarburos policíclicos aromáticos, o sustancias que podrían producir cáncer, como el formaldehído, acetaldehído o nitrosaminas. Es por ello que la más importante recomendación de Costantini es dejar de fumar o hacer una transición paulatina, pero constante, a los productos libres de combustión.
“Informarse, leer sobre la ciencia, reclamar por información fáctica y balanceada, basada en evidencia científica”, serán las mejores herramientas para conocer otras alternativas al cigarrillo convencional, de acuerdo con Costantini.
