El color y el olor del semen dice mucho de la salud del hombre, pero poca atención tienen ambas señales entre la comunidad masculina y, curiosamente, estas pueden alertarte de una posible enfermedad.
Los científicos explican que los hombres no nacen con él, en realidad este líquido viscoso empieza a producirse durante la etapa de la pubertad y se fabrica “en unos pequeños vasos dentro de los testículos que se conocen como túbulos seminíferos”, de acuerdo con la BBC.
La alimentación y sus hábitos de salud pueden influir en la calidad del semen, pero cuando se habla de un color diferente al característico blanco grisáceo (con textura como clara de huevo), entonces la razón, con mucha seguridad, es una afección.
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El portal de salud Clínica Mayo señala que pueden existir tres colores diferentes al blanco grisáceo que deben alertar al hombre y son: amarillo, verde y rojo (o rosadoso).
Es muy frecuente que el color amarillo se deba a restos de orina o a la falta de eyaculación por semanas o meses, pues los espermatozoides mueres y “tiñen el conjunto”, según especialistas. Pero también indica una infección en el tracto urogenital. Y si está acompañado de dolores, pues con mucha más razón se deberá consultar con un especialista.
Este color también es señal de ictericia (incremento de la bilirrubina en el cuerpo), provocada por enfermedades como la hepatitis y pancreatitis o es debido a medicamentos.
El semen verde es claro indicio de presencia de hongos o bacterias, sobre todo provocadas por alguna enfermedad de trasmisión sexual, entre ellas la clamidia y la gonorrea. Los urólogos instan a los hombres a acudir de inmediato a un médico si presentan ese color.
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Y en el caso del tono rojo o rosáceo, en definitiva, es un llamado urgente para visitar de inmediato a un especialista. Este color es señal de problemas más serios, como alteraciones en la próstata, en los testículos o en la salud sexual.
El portal sumédico.com explica que el semen con sangre recibe el nombre de hemospermia y se trata de un problema que ocurre como consecuencia de prostatitis, vesiculitis y ureritis y de algunas enfermedades de trasmisión sexual.
Otra de las causas podría ser por algún fármaco o un proceso quirúrgico como biopsias de próstata, vasectomías y escletoterapia para hemorroides.
