Las cejas son parte de la expresión de la mirada; un elemento, a veces descuidado, que aporta armonía al rostro. Tienen una función expresiva y comunicativa esencial para la imagen de cada persona y, por tanto, para la autoestima y la confianza.
Sus diseños son tan variados como su densidad. Algunas son arqueadas, curvas, gruesas o muy finas. Su forma varía según la angulosidad del rostro.
Según el cirujano plástico español Mato Ansorena, no solemos notar que aportan una armonía facial perfecta hasta que, con cada depilación, se van perdiendo. Tampoco hay que dejar que crezcan al libre albedrío, pues pueden desdibujarse y dañar la armonía del rostro.
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Muchos creen que estas son meramente decorativas, pero tienen funciones orgánicas: protegen a los ojos del sudor, la suciedad y les proporcionan sombra.
A lo largo de los años, se han adaptado a las tendencias de belleza. Ya hubo tiempo para afinarlas demasiado, teñirlas, decorarlas y darles diversas formas. En alguna época, la moda fue cambiar su silueta y volumen, pero en otros años la tendencia fue simplemente dejarlas crecer. La gente ya apostó por un maquillaje sobrio, cuidarlas solo por salud y experimentar con ellas. Casi todo.
También hay que destacar que las cejas revelan ciertos aspectos de la personalidad. El fisionomista Moisés Acevedo explica uno a uno los tipos de cejas que existen y qué comunican.
Las cortas, como las de Britney Spears, caracterizan a personas que no saben manejar el estrés y se toman muy a pecho los problemas.
Las largas definen a individuos que aman la compañía, son muy llevaderos y tienen estrecha relación con su familia. Además, destacan por ser competitivos y trabajadores.
Aquellos que las tienen finas y poco pobladas pueden ser algo inseguros, les obsesiona el “qué dirán” y no toman muchos riesgos.
Las cejas gruesas, como las de Chloë Grace Moretz, se relacionan por lo general a personas fiesteras que aman las experiencias nuevas y tienen alto sentido de compromiso con sus responsabilidades. También aman estar en constante acción, son seguras de sí mismas y tienen una mente ágil para solucionar conflictos.
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Megan Fox ha hechizado a más de uno con sus cejas de arcos altos. Estas se asocian a la gente engreída o inalcanzable, pero en realidad identifican a los muy sensibles.
Las cejas redondas, como las de Beyoncé, están presentes en los individuos que tienen alto sentido de humanidad. Curiosamente, dice Acevedo, estos sujetos duran poco tiempo solteros.
Las que son casi rectas, al estilo de Jessica Alba, reflejan una personalidad muy lógica al momento de tomar decisiones. Estas personas suelen separar sus sentimientos de la razón.
Muchos recordarán las casi inexistentes cejas de Pamela Anderson, unas muy depiladas y sobre todo delineadas a lápiz. La gente que las usa así, asegura Acevedo, tiene problemas de confianza y poca capacidad de decisión.
Hay personas que sufren ciertos problemas estéticos como la falta de densidad. Detrás de esto hay numerosos factores que provocan la perdida de los vellos como enfermedades de la piel, traumatismos y tratamientos de radioterapia.
Es posible corregirlo y devolver un aspecto natural y hermoso a las cejas con técnicas básicas como un relleno con lápiz o microblanding.
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“La eliminación inadecuada de un solo pelo puede destruir la estructura de la ceja”, enfatiza la maquillista Charo Palomo, quien aconseja tener cuidado con el entrecejo, ya que si la distancia entre una y otra es grande, la nariz parecerá más ancha y los ojos más pequeños.
El reconocido estilista salvadoreño Eduardo Franco te enseña cómo darle vida, forma, estilo y un mejor aspecto a tus cejas, para dejar que ellas comuniquen por si solas todo sobre ti. Te lo cuenta paso a paso, sigue sus recomendaciones y lucirás radiante.
DEFÍNELAS DE FORMA FÁCIL Y PRÁCTICA EN 7 PASOS
1. En este tutorial aprenderás a depilarte con la pinza, la cual es útil si no tienes cera en casa. Para comenzar, identifica a dónde comenzarás a depilar y dónde terminarás.
2. Para hacer el cálculo perfecto, marca un ángulo vertical desde la aleta de la nariz hacia arriba, donde inicia la ceja. Marca y ahí debe comenzar el depilado. Para saber dónde debe terminar, haz un ángulo diagonal desde el arco de Cupido —la línea del labio superior que puede ser curvada, lisa o puntiaguda— pasando por la aleta de la nariz. Ahí termina tu ceja. Para identificar el arco más alto, mírate frente al espejo, coloca el lápiz al lado de la fosa nasal, pasando por el centro del ojo y hasta la ceja. Donde termina el iris será el punto más alto. Franco aconseja que si el rostro es redondo o muy estrecho no delinees tus cejas en forma redonda sino más angular. “Esto sirve para dar un efecto de que el rostro es más amplio. Si el rostro es largo hay que dibujar las cejas más horizontales para hacer un efecto que parezca más corto”, comenta.
3. Cuando hayas marcado los límites, depila cuidadosamente y si es necesario estira la piel para hallar los vellos. Con una brocha, sacude los vellos arrancados.
4. Concéntrate para que no te hagas daño o te lastimes la piel. Tienes que usar una pinza segura, que no genere dolor o heridas.
5. Después de limpiar la ceja de manera natural, aplica diferentes productos, como un rellenador con pigmento que pega al mismo tiempo. Obtendrás un efecto natural ideal para quienes no desean que la ceja se delinee con fuerza o no buscan tanta precisión en la forma. “El rellenador también sirve para peinar y dejar un efecto de moda del momento. Este ayuda a revelar la textura de la ceja”, dice Franco.
6. Para lograr un efecto más dramático, simula los vellos con un lápiz, dibujándolos en la misma dirección en la que crecen. “Es importante que levantes el rostro para que veas en la zona inferior de la ceja llamada arco que es donde se define la forma. Trata que el coloreo se vea natural, no como un estampado o sello”, sugiere.
7. Para difuminar el lápiz, el estilista te recomienda usar un pincel para cejas, preferiblemente el de forma angular, porque ayuda a definir la silueta y evita un efecto sólido que endurece las facciones. Eso servirá solo para rectificar la forma.
