No se puede negar. El acero inoxidable aporta elegancia y sofisticación a cualquier espacio, pero además su capacidad para resistir el óxido y la corrosión, lo vuelven una opción popular en accesorios y electrodomésticos de cocina y de baño.
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Sin embargo, mantener el acabado de dicho material puede ser un verdadero desafío para cualquiera, por ello hoy te compartimos los errores que con frecuencia se cometen y que desde luego debes de evitar.
Usar limpiadores abrasivos. El acero inoxidable se raya con facilidad, es por ello que debes evitar el uso de ese tipo de productos. Es verdad que pueden eliminar la suciedad, es muy probable que dañen la superficie.
No limpiar en la dirección de la veta. El portal cleanteamusa.com recomienda limpiar este material siempre en la dirección de la veta, ya que esto permite limpiar las ranuras microscópicas donde la suciedad y la mugre quedan atrapadas.
Usar mascones de alambre o de otro material abrasivo. Nunca uses mascones metálicos en tus electrodomésticos o superficies de acero inoxidable, ya que los agentes abrasivos rayarán la veta del acero y harán luzcan opacos.
Dejar ollas y sartenes sucios en el lavatrastos. Esto podría dejar manchas y rayas en el lavatrastos que son difíciles de quitar. Además mientras más tiempo permanezca el desorden será peor.
Usar lejía. Sin duda el cloro o lejía es excelente para limpiar algunas cosas, pero no está hecho para superficies de acero inoxidable, pues con el tiempo le quitará el acabado.
Dejar que la suciedad se pegue. En la cocina es casi imposible evitar los derrames o salìcaduras, pero si los limpias de inmediato en lugar de dejarlos reposar será de gran ayuda para tus electrodomésticos se vean como nuevos. Si los dejas secar, podrías dejarle rayones al intentar limpiarlos.
No secar el agua. El agua del grifo puede ser dura y dejar manchas. Esto se reduce si es agua filtrada y si la secas de inmediato.