Japón adopta las slippers valencianas inspiradas en Venecia

La reinterpretación contemporánea de un calzado tradicional europeo ha llevado a la marca valenciana Muné hasta el mercado japonés. Inspiradas en las babuchas que utilizan los gondoleros en Venecia, estas slippers incorporan una suela fabricada con neumático reciclado y una plantilla interior de gel, características que han permitido su comercialización fuera de España y la apertura de un punto de venta fijo en la ciudad japonesa de Aichi.

La fundadora de Muné, Laura Gallego, explicó a EFE que la idea surgió tras un viaje a Venecia, donde observó el calzado tradicional de los gondoleros, elaborado con suela de goma para evitar dañar la madera de las embarcaciones. En una zapatería antigua, encontró estas piezas colgadas y llamó su atención tanto el material como los colores y el terciopelo con el que estaban confeccionadas.

Del calzado veneciano al diseño urbano

Gallego adquirió varios pares durante ese viaje, pero al utilizarlos en España notó que la suela era demasiado fina y no amortiguaba la pisada. A partir de esa experiencia decidió adaptar el modelo original y desarrollar un calzado de uso doméstico con una suela de neumático reciclado, material que, según explicó, ofrece resistencia, efecto antideslizante y mayor amortiguación al caminar.

Antes de iniciar el proyecto, Gallego era licenciada en Derecho y se encontraba en situación de desempleo tras un reajuste laboral. A los 50 años, decidió emprender sin experiencia previa en la industria del calzado. Contó con el apoyo de un proveedor que aceptó fabricar pequeñas cantidades del producto, lo que permitió lanzar la marca y comenzar su crecimiento progresivo.

Muné se ha centrado desde sus inicios en la selección de telas exclusivas, principalmente de origen español, aunque en ocasiones también del extranjero. La empresa trabaja con producciones limitadas y mantiene una línea de diseño basada en la adaptación de un modelo tradicional a un contexto contemporáneo.

Colecciones y colaboraciones

La marca cuenta con una colección básica de slippers que se repone de forma regular. Dentro de esta línea se encuentra uno de sus modelos más demandados, que incorpora una ligera cuña, pensada para quienes no utilizan calzado completamente plano. Además, desarrolla colecciones limitadas por temporada, tanto de verano como de invierno, que se comercializan durante un periodo determinado.

Muné también presenta una colección anual diseñada en colaboración con el interiorista Lorenzo Castillo. Según explicó su fundadora, esta línea tiene una producción limitada y se agota en poco tiempo. A partir de la demanda generada en redes sociales, la empresa incorporó también una colección de calcetines diseñada para combinar con las slippers.

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Venta online y presencia internacional

El principal canal de venta de Muné es el comercio electrónico, con pedidos procedentes de distintos puntos de España y de países como Francia e Italia. La marca dispone, además, de puntos de venta físicos en ciudades españolas como Madrid, Santander, Sevilla, Durango, Bilbao y Getxo.

Fuera de España, Muné mantiene un punto de venta estable en Aichi, Japón. Según Gallego, el mercado japonés valora la calidad del producto y realiza compras de forma recurrente. En la tienda online de la marca se pueden encontrar slippers lisas o estampadas, modelos planos o con cuña, sandalias, la colección de Castillo, calcetines y algunos complementos.

El impulso de la aceleradora Lanzadera

En septiembre del año pasado, Muné se incorporó a la aceleradora valenciana Lanzadera, impulsada por Juan Roig. La fundadora señaló a EFE que esta etapa ha contribuido a profesionalizar la gestión de la empresa y a reforzar procesos internos.

Gallego explicó que la experiencia en Lanzadera permitió recibir una visión externa sobre el funcionamiento del negocio y aplicar mejoras en distintos ámbitos. También destacó la posibilidad de adaptar a su empresa el sistema de gestión de calidad desarrollado por Mercadona, en la medida de sus capacidades.

Próximos objetivos de la marca

De cara al futuro, Muné se ha fijado tres metas principales: avanzar en su internacionalización, alcanzar una facturación de un millón de euros y lograr presencia en grandes almacenes. La fundadora indicó que uno de estos objetivos podría concretarse en el corto plazo, mientras que los otros forman parte de una planificación a medio plazo.

Antes de incorporarse a Lanzadera, la empresa ya había detectado el interés del mercado internacional a partir de los pedidos recibidos desde el extranjero. Entre los planes planteados se encuentra la posibilidad de establecer puntos de venta físicos en centros comerciales de distintos países europeos.