Hay una frase popular que dice: “si quieres ser buena suegra y por tu nuera alabada, ten la bolsa abierta y la boca bien cerrada”. ¿Qué tan ciertas serán esas palabras?
Según la sicóloga Guadalupe Pacas, el verdadero problema no radica en la madre del novio o de la novia, del esposo o la esposa, sino más bien en los hijos, quienes no saben cómo ponerle una alto a la intromisión.
“El problema no se origina cuando la suegra o el suegro tira el primer zarpazo, sino cuando el hijo o la hija no defiende a su pareja”, manifiesta la licenciada Pacas.
La especialista manifiesta que ante este tipo de casos lo más recomendable es hablar de manera clara, pero sin ofuscarse y sin dañar.
“Si desde la primera intromisión se le dice con amabilidad y respeto a los suegros que no se entrometa en asuntos que no le incumben, hay más posibilidades de que ese tipo de situación se detenga”, refiere la sicóloga.