¿Sabías que el lago de Coatepeque no está en Coatepeque? Descubrí su historia geográfica

El Lago de Coatepeque, ubicado en el occidente de El Salvador, es uno de los destinos turísticos más llamativos del país, tanto por su belleza como por su historia geológica. Con 25.3 kilómetros cuadrados de superficie y una profundidad que alcanza los 115 metros, este espejo de agua se asienta sobre una caldera volcánica formada hace más de 70,000 años. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), este lago es uno de los sistemas hidrográficos más importantes del país debido a su origen volcánico y sus características hidrotermales .

Pese a su nombre, el Lago de Coatepeque no está ubicado en el distrito de Coatepeque, sino que se encuentra dentro del distrito de El Congo, en el departamento de Santa Ana. Esta contradicción geográfica tiene raíces históricas y legislativas que aún generan debate.

Un origen geológico excepcional

El lago ocupa una caldera de 7 por 10 kilómetros, producto del colapso de varios conos volcánicos que generaron una depresión cerrada. La erupción que formó esta caldera expulsó cerca de 40 kilómetros cúbicos de piedra pómez riolítica y flujos piroclásticos.

Posteriormente, ocurrieron nuevas erupciones que formaron domos de lava y conos de escoria, como el Cerro Pacho. Este último se estima que tiene menos de 10,000 años de antigüedad. El MARN destaca que el sistema volcánico del lago sigue siendo activo, lo que se evidencia por la presencia de fuentes termales a lo largo de sus márgenes .

Una de las formaciones más notorias del lago es la Isla Teopán (o Cerro Grande), un domo de lava que se eleva 90 metros sobre la superficie del lago. Además, existen formaciones sumergidas y peninsulares conocidas localmente como "Los Anteojos", que ofrecen pistas sobre los procesos geológicos posteriores a la formación de la caldera.

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Aunque se ubica a menos de 15 kilómetros del distrito de Coatepeque, el lago forma parte del distrito de El Congo. Originalmente, pertenecía al municipio de Coatepeque, pero en 1926 un decreto legislativo anexó la jurisdicción del lago a la ciudad de Santa Ana. La medida generó tensiones entre los distritos, pues aunque Santa Ana recibía el control administrativo, los impuestos recolectados seguían siendo remitidos a Coatepeque.

Más adelante, en 1933, El Congo fue declarado municipio independiente y absorbió los cantones aledaños al lago, consolidando su vínculo geográfico con el mismo. Sin embargo, según la Oficina de Límites Municipales del Instituto Geográfico y del Catastro Nacional del Centro Nacional de Registros (CNR), aún no se ha finalizado el ordenamiento territorial que defina con claridad la jurisdicción del lago.

Cómo visitar el Lago de Coatepeque

El Lago de Coatepeque es accesible por carretera desde Santa Ana (18 km) o desde San Salvador (aproximadamente 60 km, 1.5 horas en auto). La ruta más directa es a través de la carretera Panamericana (CA-1) hasta llegar al desvío de El Congo. Desde ahí, se toma una vía pavimentada que bordea el lago y conduce hacia distintos puntos de interés.

Entre las actividades que se pueden realizar se incluyen:

• Paseos en lancha por el lago o hasta la Isla Teopán.
• Practicar deportes acuáticos, como kayak o paddleboard.
• Hospedarse en ecohoteles, hostales o casas privadas con vista al lago.

Un ecosistema vivo y sensible

El lago forma parte del Sitio Ramsar Complejo Volcánico de Coatepeque, y según el MARN, su cuenca hidrográfica se encuentra bajo monitoreo por ser un ecosistema vulnerable a la actividad humana y al cambio climático. Se han identificado problemáticas asociadas a la deforestación en las zonas altas y al desarrollo urbano no regulado.

Por esta razón, el ministerio ha desarrollado planes de conservación y educación ambiental dirigidos a comunidades, visitantes y actores locales, para preservar la biodiversidad acuática y el equilibrio del sistema volcánico-hídrico .

Hoy en día, el Lago de Coatepeque es más que un destino turístico: es un emblema del patrimonio natural salvadoreño, un archivo geológico vivo y un reflejo de cómo la historia, la ciencia y la política territorial pueden entrelazarse. Aunque legalmente su pertenencia continúa sin resolución definitiva, su valor ecológico, cultural y turístico permanece indiscutible.

Visitar el Lago de Coatepeque es una oportunidad para conocer de cerca un entorno modelado por la actividad volcánica y marcado por una historia territorial única en El Salvador. Desde sus islas y domos de lava hasta sus aguas termales, este cuerpo de agua ofrece múltiples puntos de interés para quienes desean explorar la relación entre naturaleza, geología y paisaje. Su acceso desde Santa Ana o San Salvador lo convierte en un destino posible durante todo el año.