Entre rituales, altares y necroturismo, Izalco vive su VII Festival Místico
La celebración, que inició ayer y continúa hoy domingo, reúne a artesanos, danzantes y guías espirituales en torno a los altares, el fuego y la memoria de los ancestros.
Por
Leidy Puente
Publicado el 26 de octubre de 2025
El VII Festival Izalco Místico 2025 llenó de cultura, espiritualidad y tradición el parque Tomás Zaldaña. Durante el fin de semana, visitantes nacionales y extranjeros disfrutaron de danzas folclóricas, rituales ancestrales, recorridos culturales y gastronomía típica. El evento, impulsado por la Mesa de Desarrollo Artesanal con apoyo de CONAMYPE y la alcaldía, busca rescatar las raíces indígenas y fortalecer la identidad cultural. Ceremonias nahuapipiles, altares, exposiciones y música en vivo transformaron Izalco en el corazón místico de El Salvador, un espacio donde el arte y la fe mantienen viva la herencia ancestral.
Izalco vive un fin de semana lleno de magia, cultura y espiritualidad. El VII Festival Izalco Místico 2025 continúa desarrollándose hoy domingo en el parque Tomás Zaldaña, donde los visitantes disfrutan de actividades artísticas, recorridos culturales y experiencias únicas que conectan con la historia y las tradiciones del pueblo.
La actividad, organizada por la Mesa de Desarrollo Artesanal de Izalco, con el apoyo de CONAMYPE, FANTEL y la municipalidad, se ha convertido en una de las celebraciones culturales más esperadas del occidente del país.
Su propósito es rescatar las costumbres indígenas, fortalecer la identidad cultural y promover el turismo espiritual, que cada año atrae a más salvadoreños y extranjeros.

El festival comenzó el sábado con un acto protocolar y la presentación del coro infantil en náhuatl, un momento lleno de emoción que recordó la importancia de preservar la lengua originaria.
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Más tarde, la danza folclórica animó la mañana con trajes coloridos y música tradicional, mientras los visitantes recorrían los stands de artesanos y gastronomía local, donde se ofrecían pupusas cocidas en comales de barro, yuca salcochada, pan de tuza, ayote en miel y otros sabores típicos.
A mediodía, el ambiente se tornó festivo con música en vivo y un recorrido por los altares instalados en diferentes puntos del parque. A la 1:00 p.m., se inauguró la exposición fotográfica y el altar de muertos, donde se rendía homenaje a abuelos, niños y personajes emblemáticos del municipio.

A las 4:00 p.m., el público presenció uno de los momentos más esperados: la ceremonia ancestral, dirigida por Amílcar Ramírez, maestro de náhuatl y danzante tradicional de Panchimalco.
“El ritual que realizamos es un rito nahuapipil, propio de nuestra tradición indígena. Queremos visibilizar la cosmovisión y el gran legado que nuestros abuelos nos dejaron desde tiempos inmemoriales aquí en Izalco”, explicó Ramírez.
El rito incluyó una danza que simboliza el movimiento del universo y el encendido del fuego, representación del ciclo de la vida.
“El fuego nace pequeño, crece y al final se extingue, como el ser humano. Por eso lo veneramos: representa la energía que nos conecta con la naturaleza y el espíritu”, dijo el maestro mientras preparaba los elementos del altar.

Entre los materiales utilizados destacó el bálsamo, las semillas de cacao, el ciprés y el tabaco, todos con significados profundos.
“El tabaco crea un puente con los espíritus; el ciprés ayuda al alma a trascender; y la ceiba representa la conexión entre el cielo y la tierra”, detalló Ramírez.
El sábado cerró con un car show, presentaciones musicales y el tradicional recorrido de necroturismo por el cementerio municipal, donde los visitantes conocieron historias y leyendas bajo la luz de las velas. Fue una noche llena de simbolismo, misterio y respeto hacia la memoria de los antepasados.

Domingo
Este domingo, la jornada inicia con la alegre melodía de la marimba, seguida por presentaciones de danza moderna y folclórica, que mantienen vivo el espíritu del festival. Durante todo el día, los asistentes disfrutan de la gastronomía típica, los productos artesanales y las demostraciones culturales que exponen el talento local.
En la tarde, el ambiente se anima con bandas de paz y grupos musicales, que preparan el cierre de la celebración. Para las 6:00 p.m., está programado el segundo recorrido de necroturismo, una actividad guiada que permite descubrir las leyendas y personajes históricos de Izalco, y que cada año atrae a turistas nacionales y extranjeros.

Un legado que perdura
Este año, el festival reunió a comunidades indígenas de Panchimalco, Santiago Nonualco y Chalatenango, que compartieron sus saberes, danzas y expresiones artísticas. “Queremos mostrar que Izalco no es solo leyenda o superstición, sino una tierra llena de cultura y espiritualidad”, destacó Ramírez.
Con cada edición, el Festival Izalco Místico se consolida como un espacio de encuentro entre generaciones, donde el arte, la fe y la historia conviven para mantener viva la memoria de los pueblos originarios. Entre humo, cantos y fuego, Izalco reafirma su título de corazón místico de El Salvador, un lugar donde los ancestros siguen presentes y las tradiciones se renuevan con cada llama encendida.

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