La pandemia del COVID-19 ha hecho que las empresas de seguros para viaje sumen entre las coberturas médicas la atención por este nuevo virus como medida preventiva y cuyos precios pueden ser desde los $4 diarios.
Beatriz Flamenco, propietaria de Tours Universales y ex presidenta de la Cámara Salvadoreña de Turismo (CASATUR), afirma que como asesores de viajes les recomiendan a los clientes adquirirlo.
“Realmente es un tema más de prevención que lo lleven. Hay varias categorías de seguros que le dan cobertura al tema del COVID-19, pero también le dan cobertura por hotel si tiene que aislarse, cambio de fecha de vuelo. Nuestra responsabilidad es asesorar al cliente de que lo más sensato es que lleve su seguro”, destaca la empresaria.
Juan Recinos, coordinador general para Centroamérica de Travel Ace, menciona que en el caso de los seguros de viajes que ellos comercializan todos cuentan con cobertura COVID-19.
Agrega que los pasajeros tienen la oportunidad de comprar una póliza por la cantidad de días que viaja o de manera anual, que consiste en una tarjeta de asistencia que contratan.
“La tarjeta sirve para todos los viajes que el pasajero realice por todo un año, también hay otras con coberturas de 30, 60, 90 días”, detalla Recinos.
En ambos productos el cliente tiene cobertura COVID-19 sin importar la cantidad de días que dure el viaje. Tienen coberturas de gastos de entre $100,000 y $300,000.
En el caso de Europa, que exige de forma obligatoria el seguro de viaje, tiene como requisito que este sea de un monto de por lo menos $30,000.
Si un turista va por 15 días a un país de la comunidad europea, un seguro que tiene una cobertura de hasta $30,000, tiene un precio de $83.
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¿Pero qué cubren?
Cubren asistencia médica no solo por COVID-19, sino por accidente o por otro tipo de enfermedad.
La cobertura va desde la prueba, en caso de pacientes que presenten síntomas, y una vez el cliente da positivo se cubre el internamiento, exámenes complementarios, medicamentos mientras esté internado, atención en cuidados intensivo.
Y cubre los gastos de hotel si el pasajero es dado de alta, pero debe reposar por prescripción médica, además de los gastos de penalidad por reprogramación de vuelo.
En el peor de los casos también cubre repatriación de cuerpos, solamente que se debe tomar en cuenta las restricciones legales y sanitarias de los Gobiernos, debido al protocolo por ser muerte COVID-19. “Se puede realizar una cremación, pero ese costo de cremación y traslado de restos también está cubierto”, dice Recinos.
Entre las coberturas complementarias están los servicios odontológicos por emergencia y medicamentos por enfermedad común que surge de manera repentina.
También incluye costo por extravió de maleta, es decir los gastos que se generen a raíz de ese inconveniente, como compra de ropa, calzado o artículos de aseo personal, dice Recinos.
La cobertura se extiende a enfermedades repentinas como una apendicitis o fracturas y cubre desde diagnóstico hasta la convalecencia, por ejemplo.
Según Flamenco, entre más es el precio, mayor es el margen de cobertura y el dinero que se reembolsa al cliente.
Un seguro básico puede andar en un reembolso de $10,000 y uno premium en $30,000 de reembolso, la variación va en función del tiempo de la cobertura.
Estos seguros cumplen hospitalización, estancia en hotel por aislamiento o convalecencia, agrega la experta. Por ejemplo, si una persona viaja por 15 días a Panamá pagaría entre $4 y $7 diarios por el precio del seguro.
Andrea Lone, de la Agencia de viajes Bernal, dice que se están ofreciendo los mismos seguros de viajes con la modalidad de cobertura COVID-19 como el Travel Ace, con el que, por ejmeplo, si va por 11 días a Europa pagará $63.25 adicionales al costo del boleto.
Este seguro le ofrece al paciente un monto máximo de asistencia de $30,000 con cobertura a servicios médicos por COVID-19.
Con la reactivación de las fronteras y los cielos abiertos muchos también viajan por negocios o diligencias empresariales.
“También las empresas, micro o pequeños empresarios deben considerar estar cubiertos con un seguro con una garantía”, dice Flamenco. Este segmento de clientes, por la frecuencia de viajes que realiza, opta por un seguro de viaje, incluso anual, añade.
Pocos compran seguros
Según Flamenco, entre los salvadoreños no existe una cultura del seguro en general y entre los viajeros no es la excepción.
“Muchas veces no lo ven necesario, pero creo que con el tema de la pandemia ha quedado demostrado que cualquier imprevisto puede suceder; ahora la gente está viendo con buenos ojos la asesoría de viajar con asistencia”, destaca.
Lone menciona que desde antes de la pandemia la adquisición de seguros era baja, únicamente lo compran aquellas personas que viajan a destinos donde es obligatorio llevar seguro de viaje, como en Europa, por ejemplo.
“Hacia los países donde no es obligación, de 10 boletos que se venden, unos 3 incluyen seguro de viaje”, detalla Lone.
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Flamenco agrega que es el turismo de ocio el que no tiene la cultura del seguro.
Recinos por su parte menciona que este tipo de seguros al parecer llegó para quedarse y el COVID-19 ha cobrado más conciencia entre los pasajeros cuando salen.
“Sabemos que tomará mucho mayor auge porque se ha fortalecido la cultura de previsión en todos los viajeros en función de evitar gastos que en el exterior son más altos comparados con los de acá”, agrega.
Recinos explica que con base en los datos de Travel Ace puede decir que de 10 boletos que se emiten para destinos donde no es un requisito de ingreso el seguro de viaje, por lo menos 7 incluyen seguro. Anterior a la pandemia apenas el 50% de los pasajeros tomaban un seguro de viaje, dice.
“Antes era el asistente de viaje quien le recomendaba al cliente adquirir un seguro, ahora son ellos mismos quienes solicitan incluir en su viaje una tarjeta de asistencia que pueda cubrir este tipo de servicios”, destaca Recinos.