Un impuesto del 5% a las remesas ha sido propuesto en Estados Unidos por el Partido Republicano, al que pertenece el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como parte del proyecto de presupuesto para 2026, presentado ante el Congreso estadounidense.
"Se impone a cualquier transferencia de remesas un impuesto equivalente al 5 por ciento del importe de dicha transferencia", dice en el documento presentado el 12 de mayo por el presidente del Comité de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Jason Smith.
El extenso documento de casi 400 páginas contiene un capítulo específico titulado: "Crédito por impuesto especial sobre remesas", en el cual se plantea que "el impuesto establecido en esta sección con respecto a cualquier transferencia de remesas será pagado por el remitente", es decir el familiar que envía los fondos.
Esos fondos serán recaudados por las empresas que se dedican a las transferencias de remesas y luego lo deben remitir al Departamento del Tesoro de EE.UU.
"El proveedor de la transferencia de remesas, con respecto a cualquier transferencia de remesas, recaudará del remitente el importe del impuesto establecido en el inciso (a) y lo remitirá trimestralmente al Secretario, en el momento y de la manera que este disponga", dice en el documento.
Añade que cuando cualquier impuesto establecido no se pague al momento de la transferencia, en la medida en que dicho impuesto no se recaude, será pagado por el proveedor de la transferencia de remesas. Es decir que si las empresas no lo cobran a los clientes, lo tendrán que pagar ellas.
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Pero en el caso de los ciudadanos estadounidenses que envíen remesas, la propuesta indica que el impuesto no se aplicará si el remitente certifica al proveedor que el destinatario designado es un ciudadano o nacional de los EE.UU.
Asimismo, se permitirá un crédito fiscal reembolsable sobre la renta a los ciudadanos y nacionales de los Estados Unidos por el impuesto especial pagado sobre las transferencias de remesas.
"En el caso de cualquier persona, se permitirá como crédito contra el impuesto establecido por este subtítulo para cualquier año fiscal una cantidad igual al monto total de los impuestos pagados por dicha persona según la sección 4475 durante dicho año fiscal", establece la propuesta.
Debido a que la medida está incluida en el proyecto de presupuesto, al cual se le ha bautizado como "Ley de reconciliación" entre los republicanos, podría ser aprobada en los próximos meses, ya que el año fiscal en Estados Unidos inicia el 1 de octubre de 2025. Pero el impuesto especial entraría en vigor para las transferencias realizadas después del 31 de diciembre de este año, según el documento.
Impacto en El Salvador
La medida propuesta en Estados Unidos tiene implicaciones para todos los países que reciben remesas y El Salvador no es la excepción.
El país recibió en 2024 una cifra récord de remesas por $8,479.7 millones, que superó por $203.96 millones a los ingresos de 2023. Y en el primer trimestre de este año ya suman $2,269.74 millones enviados por los compatriotas, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
Las remesas son un importante motor de la economía salvadoreña, pues representa alrededor de un 25% del Producto Interno Bruto (PIB).
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Pero esos montos se podrían ver reducidos ante la iniciativa del partido gobernante en EE.UU., según expertos consultados por El Diario de Hoy.
Napoleón Campos, especialista en relaciones internacionales, explicó que el efecto para El Salvador es que disminuyan las remesas.
"Yo no puedo imaginar lo que va a pasar a partir del 1 de octubre en El Salvador, donde ya de por sí las cosas andan muy mal, y con hogares con menos dólares en producto de remesas, porque va a significar un sacrificio, más siendo perseguidos allá, siendo coaccionados en Estados Unidos"
Campos, quien vaticina que es inminente que se apruebe esa propuesta en Estados Unidos, donde el Partido Republicano tiene mayoría legislativa, opinó que "esta medida viene a significar un nuevo obstáculo, en un marco ya de por sí atormentado para las diásporas de todos los países en Estados Unidos".
El experto explica que, según datos oficiales, Estados Unidos registra alrededor de $80,000 millones en remesas hacia el extranjero a nivel global, por lo que el 5% del impuesto a dichas transferencias rondarían los $4,000 millones, lo cual es un importante ingreso para las arcas estadounidenses.
Esas cifras, a juicio de Campos, reflejan el aporte económico de los inmigrantes en Estados Unidos, pero contradictoriamente las autoridades impulsan una política antiinmigrante.
Por su parte, la economista Tatiana Marroquín, destacó que "las remesas son un impulso irreemplazable para la economía del país, no solo en términos agregados sino para la economía de las familias salvadoreñas".
La última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) indica que en El Salvador en 1 de cada 4 hogares reciben remesas, citó Marroquín.
Y también recordó que, según encuestas, más del 95% de las remesas son utilizadas para alimentación y sobrevivencia; o que cerca del 50% de los hogares consideran las remesas su principal ingreso.
Por lo tanto, la experta consideró que un impuesto del 5% a dichas transferencias golpeará el bolsillo de los salvadoreños.
"No sería cualquier ajuste: un 5% de alguna manera lo tendrá que absorver la persona que envía las remesas o la persona que la recibe en El Salvador. Es un costo que se va a absorver ya sea por los que viven en Estados Unidos o los que viven aquí", opinó.
Y enfatizó que será un impacto en la economía en general, en los niveles de consumo y en las ganancias de las empresas. "Es uno de los escenarios más temidos en términos macroeconómicos, que disminuyan las remesas", afirmó.
La economista indicó que en términos prácticos, la medida que está en manos del Congreso estadounidense "traería una disminución de las remesas y, por tanto, en el impulso que tienen en la economía y en el apoyo significativo que tiene, sobre todo, en la economía de las familias más vulnerables".
Las anteriores intenciones
Esta no es la primera vez que se busca imponer un gravamen a las remesas. Campos recordó que el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, ya había propuesto a finales de 2024 un impuesto del 10% a las transferencias de fondos al extranjero, por lo que no duda que más adelante aumenten el porcentaje del impuesto que ahora quieren aprobar.
También el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, planteó en marzo del año pasado la idea de gravar las remesas.
Durante el seminario “Cómo ampliar la cobertura en seguridad social a colectivos de difícil inclusión”, organizado por el Foro de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social (OISS), Ulloa expresó que habían tenido pláticas con organismos sobre cómo reorientar los ingresos que se reciben en concepto de remesas para que estos “sean más productivos”.
“Veíamos la necesidad de una reorientación de las remesas que reciben nuestros países, especialmente en el caso de El Salvador, que es el primer rubro de divisas que tiene nuestro país y que tradicionalmente han sido utilizadas para el consumo”, expuso Ulloa en aquel foro.
Y ante la actual propuesta en EE.UU., Campos matiza que lo deseable es que el gobierno salvadoreño salga a defender a los compatriotas. "Pero estoy seguro que dado el patrón recurrente del señor Bukele de no abogar por nuestros migrantes, y tomando en cuenta la prioridad personal que él tiene en preservar sus servicios penitenciarios con la administración Trump, no va a decir nada", concluye.
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