La seguridad personal o ciudadana es uno de los componentes en el que el país ha mostrado un retroceso en el Índice de Progreso Social (IPS), por el aumento de los homicidios en la última década, según señala la Fundación Poma en el informe sobre el comportamiento del país en este indicador para 2020.
En el indicador de la seguridad personal El Salvador tiene este año 48.8 puntos, por debajo de los 50.7 que tuvo en 2013, por ejemplo.
La deserción escolar y el acceso a conocimientos básicos son otras de las áreas en la que se ha retrocedido, ya que el país muestra una preocupante caída en las tasas de matrícula en la escuela primaria y secundaria, según plasma el informe.
En cuanto a acceso a la educación el país bajó un punto, pasando del 39.6 que tuvo en 2019 al 38.9 este año mientras que en acceso al conocimiento tuvo este año 68.3 puntos.
En el sector de educación privada este año el país resiente la deserción de 44,000 estudiantes, según datos brindados por la Asociación de Colegios Privados de El Salvador (ACPES).
En el indicador de empleo vulnerable también se cayó de 34.3 a 34.1 este año también.
El IPS es la medida más completa del desempeño social y ambiental de los países y es impulsado por el Social Progress Imperative, del cual el Centro de Progreso Social de la Fundación Poma y ESEN es el socio local.
La metodología con la que se realiza la medición complementa las medidas de desarrollo económico tradicionales como el PIB y captura resultados asociados a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El impacto económico generado por el COVID-19 también ha afectado el desempeño del IPS y debería ser un llamado para hacer más eficiente el gasto social, dice Manuel Sánchez Masferrer, coordinador del Centro de Progreso Social.
“Este año, los modestos logros alcanzados por el país en la última década se ven severamente amenazados por la crisis económica y de salud causada por el COVID-19. En un contexto de caída de los ingresos de los hogares y de dificultades fiscales para el gobierno, es más importante que nunca proteger y volver más eficiente el gasto social, invirtiendo en el bienestar de las personas. Si no es así, podemos experimentar un retroceso muy grave”, afirmó Sánchez Masferrer.
Según el IPS 2020, que contempla datos de 2019 para 163 países, los ODS no serán alcanzados a nivel global hasta 2082, muy lejos de la meta de 2030 que se fijaron los países.
La pandemia de COVID-19 tiene el potencial de hacer retroceder a los países una década o más en términos de sus niveles de bienestar, recalca el escrito de la Fundación Poma.
El Salvador también ha mostrado mejoras a un ritmo significativamente más lento en el IPS, subiendo nada más 1.76 puntos entre el informe presentado en 2014.
En el ranking global el país retrocedió en su posición, pasando del puesto 87, en 2014, al 94 en la edición 2020.
“Eso significa que otros países han mejorado sus niveles de bienestar y han sobrepasado a El Salvador”, señala la Fundación Poma.
El Salvador se ubica en el tercer lugar en la región centroamericana, a mucha distancia del segundo lugar que es Panamá, pero por encima de Nicaragua, Honduras y Guatemala, que se encuentran en última posición.
Entre 2011 y 2020, el país mostró el mayor progreso en el componente de vivienda, pasando del 90.5 en puntaje que tuvo en 2019 al 91.8 este año. Esto también refleja mejoras significativas en acceso a electricidad y combustibles limpios para cocinar.
También, al igual que muchos países, ha mejorado considerablemente el acceso a información y comunicaciones, gracias al aumento de la cobertura de telefonía celular e internet, aunque esta última sigue siendo muy baja en comparación a otros países latinoamericano.