¿Por qué Argentina puede lograr un acuerdo con el FMI antes que El Salvador?

Argentina negocia desde el año pasado con el FMI refinanciar deudas por alrededor de $43,300 millones; El Salvador ha estado en negociación de un crédito por $1,300 millones

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Fachada del FMI en Washington.

Por Katlen Urquilla/ Agencias

2021-12-03 8:00:57

Pese a que la economía de Argentina está más complicada que la de El Salvador y que el riesgo país de la nación suramericana está por encima del riesgo país de acá, el gobierno argentino se encamina a lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes que el salvadoreño.

El Gobierno argentino busca sellar un acuerdo de refinanciación de deudas con el Fondo "en el marco del crecimiento económico" que pretende consolidar el país suramericano, señalaron este jueves fuentes oficiales.

"Tenemos que crecer. Cualquier acuerdo tiene que ser en el marco del crecimiento de la Argentina y esa es la postura de todo el Gobierno", manifestó la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, en una rueda de prensa.

Un equipo técnico del Ministerio de Economía y del Banco Central argentino viajará el próximo sábado a Washington para reunirse con el staff del FMI, con el objetivo de avanzar en los detalles técnicos de un posible acuerdo.

La delegación argentina será recibida por "un equipo de funcionarios del FMI dirigido por Julie Kozack y Luis Cubeddú en Washington DC a partir de este fin de semana para profundizar las discusiones técnicas hacia un programa respaldado por el FMI", indicó a la AFP un portavoz del organismo multilateral.

Respecto a este viaje, Cerruti afirmó que se trata de reuniones "que se siguen manteniendo en el marco de una negociación".
"Estas reuniones se mantuvieron en Roma y se siguen manteniendo para llegar y seguir trabajando en la búsqueda de un acuerdo que todos esperamos que suceda próximamente", apuntó la vocera.

Argentina negocia desde el año pasado con el FMI refinanciar deudas por alrededor de $43,300 millones derivadas de un acuerdo de auxilio financiero firmado en 2018 entre el organismo y el entonces Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).

De acuerdo a lo pactado en 2018, Argentina debería pagar al FMI, entre capital e intereses, $19,020 millones el próximo año, $19,270 millones en 2023 y $4,856 millones en 2024, compromisos que el presidente Alberto Fernández asegura que Argentina, con serios desequilibrios macroeconómicos, no está en condiciones de afrontar, y por tanto hay que renegociar.

Entre los compromisos para 2021, Argentina ya saldó un pago de intereses en agosto, por $334 millones; uno de capital en septiembre último, por $1,880 millones y otro vencimiento de intereses por $390 millones en noviembre. Además el gobierno dijo que tiene previsto pagar el próximo 18 de diciembre un vencimiento por $1,800 millones.

VER: Tras revisar finanzas de El Salvador, el FMI dice que deuda llegará al 85% del PIB

En cuanto al "programa económico plurianual", anunciado por el Ejecutivo para enviar al Congreso la primera semana de diciembre, Cerruti se limitó a señalar que el ministro de Economía, Martín Guzmán, está "en conversaciones con todos los sectores" para "terminar de delinearlo".

Según detalló el presidente Fernández tras su derrota en las elecciones legislativas de noviembre, ese programa plurianual contendrá "los mejores entendimientos" que su Gobierno haya alcanzado con el FMI.

De hecho, el mandatario argentino reportó este jueves avances en las negociaciones con el Fondo para refinanciar deuda y le reclamó una "evaluación" del préstamo stand-by de 2018, el mayor que haya otorgado el organismo, como paso previo al acuerdo.

"Estamos progresando en construir entendimientos con el FMI para que sobre esa base podamos llegar a un acuerdo", aseguró el presidente en un discurso ante industriales.

Y agregó: "Seguimos negociando con el FMI a paso seguro y con el pulso firme. Queremos lograr un acuerdo que nos permita refinanciar los abultadísimos vencimientos de deuda para los próximos tres años".

Acuerdo con El Salvador sigue empantanado

Mientras tanto, el gobierno salvadoreño comenzó las negociaciones con el Fondo en marzo de este año para lograr un acuerdo de financiamiento por $1,300 millones, pero desde abril las pláticas se empezaron a estancar y hubo acontecimientos políticos y económicos que abonaron a ese congelamiento, sobre todo desde mayo cuando asumió la nueva Asamblea Legislativa dominada por el partido oficialista Nuevas Ideas.

De hecho, el pasado 4 de noviembre el portavoz del FMI, Gerry Rice, indicó en rueda de prensa que hay "acontecimientos" que se han producido en estos meses que obligan a El Salvador a “volver a evaluar algunas de las medidas necesarias para asegurar crecimiento inclusivo, sostenibilidad fiscal y estabilidad financiera”.

Además, el organismo dirigido por Kristalina Georgieva ha advertido en varias ocasiones a El Salvador que adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal puede implicar “significativos riesgos” en los ámbitos macroeconómico y financiero.

VER: FMI pide a El Salvador orden en finanzas y transparencia

También el pasado 17 de noviembre, Rice salió al paso de declaraciones de funcionarios salvadoreños que daban a entender que pronto anunciarían un "acuerdo" con el FMI, por lo que el vocero del organismo aclaró que las conversaciones que estaban en marcha en ese momento con El Salvador no eran acerca de un programa de asistencia financiera de la institución.

“Para que quede claro, es una discusión sobre el artículo IV y el diálogo girará en torno a políticas que podrían, potencialmente, apuntalar un programa del Fondo con El Salvador”, dijo Rice, en alusión a la revisión anual de las finanzas de los países socios del FMI.

Todas esas declaraciones desde el Fondo Monetario han encendido las alarmas de firmas internacionales, calificadoras de riesgo y economistas salvadoreños que han vaticinado que el país no logrará, por ahora, un acuerdo con el organismo y señalan que más bien el gobierno ha tratado de confundir a la ciudadanía.

“El gobierno ha querido confundir el sebo con la manteca; las conversaciones sobre el Artículo IV se llevan anualmente con todos los países que son miembros del Fondo Monetario, el año pasado no hubo por la pandemia y este año se ha retrasado; luego está el Acuerdo Ampliado, son cosas que tienen relación pero que son diferentes”, explicó días atrás Carlos Acevedo, economista y expresidente del Banco Central de Reserva.

Poco después de la aclaración del Fondo sobre la naturaleza de las conversaciones, divulgó el reporte sobre el estado de las finanzas salvadoreñas y concluyó, entre otros puntos, que si bien la economía de El Salvador se ha recuperado, el déficit fiscal y el pago de deuda están provocando que el país necesite de un alto financiamiento. Además reiteró que se debe hacer un ajuste fiscal del 4% del PIB.

“Los déficits fiscales persistentes y el servicio de la deuda pública elevado están ocasionando necesidades de financiamiento altas y crecientes”, dice en el informe del organismo divulgado el 22 de noviembre.

Además: Conoce las 6 las principales observaciones del FMI a El Salvador

Además, el Fondo proyecta que la deuda pública puede alcanzar el 85% del PIB este año, es decir de lo que se produce en el país. “Se estima que la deuda pública (incluidas las pensiones) se incrementó un 14 por ciento del PIB durante la pandemia, hasta alcanzar aproximadamente un 85 por ciento del PIB para finales de 2021”, añade en el documento.

A eso se suma otra advertencia que plasmó el Fondo en su evaluación: el gobierno debe eliminar el fideicomiso de $150 millones que fue creado para convertir Bitcoin a dólares y viceversa, o quitar el subsidio de $30 que entrega, a través de la Chivo Wallet.

“Deberían evaluarse con prontitud medidas para limitar los pasivos contingentes fiscales, como eliminar el fideicomiso o retirar los subsidios presupuestarios a Chivo”, apunta.

Y si esas luces rojas no bastaban, el gobierno anunció el 20 de noviembre que emitirá $1,000 millones en bonos con Bitcoin para la construcción de la "Bitcoin City", lo cual ha sido un detonante para que analistas económicos nacionales e internacionales puedan reafirmar que un acuerdo con el FMI se ve cada vez más lejano.