El economista Mauricio Choussy, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), afirma que el hecho de que el presidente Nayib Bukele anunciara que su gobierno le inyectará $1,000 millones a la economía es un reconocimiento de que está desaceleración. Buena parte de esos fondos servirán para cancelar cuentas por pagar con proveedores del Estado.
La cifra anunciada, que podría estar inflada según expertos consultados por El Diario de Hoy, proviene de préstamos que El Salvador recibirá de multilatelares como el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), como parte de su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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Esta desaceleración de la economía, iniciada en 2024, continuará con fuerza en el presente año debido al ajuste fiscal que el gobierno deberá realizar en el marco de ese pacto, alerta el economista. Dicho ajuste ha tenido como su más distintiva manifestación el recorte de plazas laborales del sector público, sobre todo en los ministerios de Salud y Educación.
Choussy destacó que buena parte de los recursos obtenidos desde el FMI y las otras multilaterales deben tener como destino robustecer las reservas internacionales del país, las mismas que fueron mermadas durante la pandemia de Covid 19, cuando el Estado tuvo que recurrir a la deuda de corto plazo con los bancos locales.
A diferencia del resto de Centroamérica, El Salvador no ha recuperado los niveles de reservas previos a 2020, sobre todo debido a que algunos préstamos de organismos multilaterales destinados para pagar las deudas con los bancos nacionales habrían servido para otros fines.
Un ejemplo de ello es uno del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que fue usado en gastos corrientes y del cual $200 millones fueron utilizados en la implementación del Bitcoin.
"Antes de la pandemia, las reservas de los bancos se mantenían alrededor del 22% de los depósitos totales que los bancos manejaban… a 2024, las reservas andaban cerca del 11%", explicó el economista José Luis Magaña en un contenido educativo del canal TVX.
De acuerdo con Choussy, el Gobierno puede darle el uso que considere pertinente a los recursos provenientes de las multilaterales, pues sostiene que esos recursos son "fungibles". Pero consideró que es una buena medida que se utilicen los recursos para pagarle a los proveedores con la intención de darle liquidez a esa economía desacelerada.
"Es más rápido, por ejemplo, que darlo para aumentar las reservas de liquidez de los bancos, porque ese dinero solo volverá a circular en la economía en la medida de que estos brinden préstamos, y para eso es necesario que se presenten proyectos", indicó.
Sin embargo, aclaró que tampoco pagar a los proveedores dará liquidez a la economía, como si se tratara de una varita mágica. Según el FMI, el gobierno de Nayib Bukele tenía compromisos superiores a los $700 millones con los proveedores al cierre de 2024.
"El presidente hizo una exhortación a que caigamos en la cuenta a que el gobierno tiene más posibilidades de hacer que la economía funcione mejor que lo que ocurría cuando tenía déficits constantes de caja. Se piensa poner al día con los proveedores y que hay suficiente liquidez como para evitar esos arrancones y frenones que eran producto de la falta de un acuerdo", matizó.
El dudoso crecimiento
Choussy opinó, en diciembre del año pasado, que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2024 sería del 2% o menos y expresó que la economía salvadoreña estaba perdiendo dinámica.
En una ponencia dada este martes en un evento del Banco Promérica, Choussy fue consultado sobre el crecimiento del 3.4% en el último trimestre de 2024, lo que posibilitó que el año cerrará en 2.6%, un valor superior a su previsión.
Otros expertos han señalado que el el hecho de que último trimestre de 2024 haya contado con mejores números que los dos precedentes (1.86% y 1.18%) es, cuando menos, dudoso. En primer lugar, porque en vísperas de lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno de El Salvador comenzó con una operación de supresión de plazas importante.
En segundo lugar, porque el ajuste también se tradujo en una disminución en la inversión desde el sector público en temas como nueva infraestructura. De allí, por ejemplo, el bajo crecimiento del sector industria, fue de un poco más del 1%.
También se registró un desacople de la cifra de crecimiento del PIB con respecto a indicadores como el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE), el Valor Agregado Bruto, el consumo privado y la formación bruta de capital fijo, es decir, la inversión.
En ese sentido, Choussy expresó que la cifra de crecimiento tampoco le cierra del todo, pero consideró que no es un fenómeno infrecuente que en el mundo se dé ese tipo de desacoples.
"Luego se hacen ajustes. Solo hay que ver que se ajustaron las cifras de crecimiento de 2023", ilustró el experto.
Los aranceles de Estados Unidos, ¿una oportunidad?
Todos los bienes que El Salvador exporte a Estados Unidos pagarán un 10% en aranceles desde el 5 de abril, a pesar de que existe un Tratado de Libre Comercio (TLC).
Esta nueva condición ha puesto en alerta a los empresarios salvadoreños, quienes tendrán que aumentar sus costos.
Sin embargo, Choussy, que se dirigía a un grupo de empresarios, los instó a ver a los aranceles como una oportunidad, como en el caso de la manufactura textil.
Para él, hay que considerar que algunos competidores directos de El Salvador en ese rubro, como Vietnam, cuentan con porcentajes mucho más altos que El Salvador, en ese caso, del 46%.
"Yo soy de los que piensan que los aranceles van a generar oportunidades para las exportaciones salvadoreñas y para la atracción de la inversión extranjera. Tenemos aranceles más pequeños y estamos más cerca del mercado estadounidense, lo que nos coloca en una situación ventajosa", remarcó.
Choussy recomendó a los empresarios repensar en sus cadenas logísticas, a fin de minimizar los efectos negativos de lo que, para él, son medidas que transformarán todo el comercio mundial.