La situación de desabastecimiento de insumos médicos en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) ha alcanzado niveles críticos, según denunció el médico especialista, Rafael Aguirre, secretario general del Sindicato de Médicos Trabajadores del ISSS (SIMETRISSS). En una reciente declaración, Aguirre expuso la dramática realidad que enfrentan cientos de pacientes con colostomía.
“¿Cuántas veces al día se cambian esas bolsas? Mínimamente, porque ahí no pueden controlar ellos en el momento que hacen sus necesidades. Por lo menos tres veces al día se deben cambiar, por lo menos, dependiendo de lo que ha comido, el estado de salud, si está con diarrea crónica. Hoy les están dando bolsitas una cada dos días”, denunció Aguirre.
Los pacientes con colostomía comúnmente han pasado por cirugías debido a obstrucciones intestinales o cáncer de colon, y dependen de este insumo para poder llevar una vida con dignidad.
“Estamos hablando de unos 100 a 150 pacientes dentro del Seguro Social que dependen de estas bolsas porque defecan por la parte abdominal”, explicó Aguirre.
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La imposibilidad de cambiar la bolsa con la frecuencia necesaria implica no solo un riesgo sanitario, sino también una afectación psicológica y severa.
El dirigente sindical subrayó que esta es solo una muestra de la crisis más amplia que vive el ISSS en cuanto al desabastecimiento de insumos y medicamentos.
“Si esto ocurre con un grupo reducido de pacientes, ni siquiera estamos hablando aún de los pacientes diabéticos o hipertensos, que representan el 20% y el 40% de los derechohabientes respectivamente”, señaló el médico especialista.
Uno de los ejemplos más alarmantes es la escasez de irbesartán, el segundo medicamento más utilizado por los pacientes con hipertensión dentro del ISSS.
“Hoy por hoy, al menos 18 de las 32 unidades médicas no tienen irbesartán y el resto tiene existencia limitada. Eso sin contar otros medicamentos como la terazosina, que es fundamental para pacientes prostáticos o con hipertensión resistente, y la hipromelosa, para pacientes con enfermedades oculares”, detalló.
A finales de febrero el sindicato expuso que el ISSS estaba en un momento crítico al no tener medicamentos indispensables como la insulina en sus almacenes, por lo que son referidos a farmacias privadas.
Esta situación se había observado principalmente en la Unidad Médica Santa Anita en San Salvador y en Ilobasco.
Los problemas de desabastecimiento de medicamentos, marcada reducción del personal y pacientes sin acceso siquiera a una camilla para recibir sus tratamientos se volvieron más visibles desde febrero de 2023 cuando SIMETRISSS denunció que faltaban más de 80 códigos o tipos de medicamentos.
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Sin negociar el contrato colectivo
Además de la falta de medicamentos, Aguirre recordó que la institución aún no ha negociado el contrato colectivo de los trabajadores de salud, pese a que debió haberse discutido desde diciembre de 2023.
“No estamos pidiendo aumentos salariales, entendemos la situación económica del país. Pero al menos que se nos garantice estabilidad laboral y se respete el contrato colectivo”, exigió SIMETRISSS.
Aguirre también criticó la falta de prioridades con las que se realizan los gastos, señalando que “es inconcebible que se destinen $6 o $7 millones de dólares para seguros privados de funcionarios, mientras no hay dinero para honrar siquiera $50 para los 20 mil trabajadores del Seguro Social que han estado activos desde la pandemia”.
La crisis del ISSS no solo afecta al personal médico, sino también a los más de 1.2 millones de derechohabientes que dependen del sistema para recibir atención adecuada.
La falta de insumos básicos como bolsas de colostomía no es un asunto menor, sino un síntoma grave de una institución que, según SIMETRISSS, está siendo debilitada desde adentro por falta de inversión y compromiso.
“Lo único que pedimos es que se negocie un contrato colectivo, que se garantice la estabilidad y que se respete el derecho de los pacientes a una atención digna”, concluyó el secretario general.