Oscarito ha celebrado sus tres cumpleaños en el Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom, fue internado a los cuatro meses de haber nacido y desde entonces no ha dejado la cama, los cables y sondas a las que fue conectado desde bebé.
Ahora, el mayor deseo de su familia es celebrar su próximo cumpleaños en su casa, para ello necesitan 15 mil dólares para comprar un ventilador artificial, ya que Óscarito no puede respirar por sí solo.
Óscarito padece distrofia muscular progresiva, esta enfermedad impide que el bebé tenga movilidad voluntaria, ya que sus músculos no se fortalecen porque las células que forman la fibra muscular mueren y en su lugar se acumula grasa.
Cuando el niño cumplió un año las enfermeras hicieron una pequeña celebración y El Diario de Hoy publicó su historia, para esa época él podía mover sus brazos y piernas, ahora solo mueve sus ojos, según declaró Williams Marínez, padre de Óscarito.
“Nuestra esperanza no se desvanece, tenemos el anhelo de llevarlo (a Oscarito) a la casa y que estemos todos juntos como familia. Desde que él fue internado no estamos juntos porque mi esposa lo cuida en el hospital y yo me quedo a cargo de nuestro otro hijo, a veces la relevo, pero nunca podemos estar los cuatro juntos”, lamentó.
Ana Rivas, mamá del niño, es una de las muchas madres que prácticamente viven en el Hospital junto a sus hijos. Ella está las 24 horas del día cuidando a Oscarito, ahora ya aprendió a bañarlo, aspirarlo, cambiarle las sondas y darle los medicamentos que necesita.
Para ella ya es costumbre dormir en una silla junto a la cama de su hijo, en un pasillo e incluso a veces en los albergues que están al rededor del Hospital; comer se ha convertido en un necesidad que es poco satisfecha porque a veces no tiene dinero ni para comprar un pan y en ocasiones depende de la bondad de las personas altruistas que llegan a dar alimentos a las madres que tiene internados sus hijos en el Bloom.
“Ella a veces se deprime, me dice que no puede más porque es difícil estar en el Hospital en esas condiciones. Casi no ve al otro niño. Al principio seguido se enfermaba, ahora ya tiene resistencia contra las enfermedades, pero también padece de gastritis, del colon y otras enfermedades que le han surgido por el descuido a ella misma”, comentó Williams.
El ventilador artificial, la esperanza
Williams asegura que al tener el ventilador podrían llevar a casa a Óscarito y así poder estar juntos como familia. Sin embargo, sabe que no es tarea fácil porque el costo del aparato es demasiado elevado para la economía de la familia. Sobre todo ahora que él tiene dos meses de estar desempleado.
No obstante, asegura que Dios siempre ha puesto ángeles en su camino y en el de su familia y confía que esta vez no será la excepción, por ello pide a personas altruista puedan colaborar para reunir el dinero y poder comprar el aparato.
Una de las opciones que han cotizado es el ventilador estático, este no permite el movimiento del paciente. El costo es de $14,791.70 y por este se inclina el matrimonio, pues el aparato que incluye el carro de movimiento tiene un precio de $17,327.42.
“No pedimos a las personas que nos ayuden con grandes cantidades, pedimos un dólar al menos por cada uno. Solo necesitamos que Dios toque el corazón de 15,000 personas, acá en El Salvador somo más de seis millones de salvadoreños y sabemos que es posible”.
“Solo queremos tener a nuestro hijo con nosotros en la casa y que salga del cuarto del hospital, solo así podemos estar juntos de nuevo”, agregó.
Si desea ayudar a la familia de Óscarito puede comunicarse con Ana al número 7321 1711 o depositar al número de cuenta 00304 – 063798 – 1 al nombre de Ana Deysi Rivas en el Banco Agrícola.
