“Adiós, hijo mío; hice todo lo que pude”, las palabras de José al sepultar a su nieto, víctima en caso Chalchuapa

Alexis, una de las víctimas del ex agente de la Policía Nacional Civil, asesinadas el 7 de mayo anterior, fue sepultado el martes. José albergaba una mínima esperanza de que su nieto estuviera vivo.

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José tuvo que esperar 52 días para que le entregaran los restos de su nieto y poder sepultarlo este martes en el cementerio municipal Santa Isabel, de Santa Ana. Foto: EDH / René Quintanilla.

Por Jorge Beltrán Luna

2021-06-29 5:13:14

“Adiós, hijo mío, hice todo lo que pude”, dijo José Cruz antes de marcharse del cementerio donde este martes sepultó a su nieto, Rodrigo Alexis, asesinado el pasado 7 de mayo en Chalchuapa.

Aquel viernes 7 de mayo salió a media mañana de su casa, juntamente con el hermano del expolicía que está acusado de su asesinato, porque supuestamente lo llevaría a Estados Unidos de forma ilegal y por lo cual le habían pagado 7,000 dólares.

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El cadáver de Rodrigo Alexis Castillo Lima, de 23 años, fue encontrado en el fondo de una fosa de la casa 11 del Callejón Estévez, el 8 de mayo anterior, por agentes policiales que acudieron a verificar llamadas telefónicas de denuncias de violencia contra la mujer.

Aquel mismo día, según José, investigadores policiales le afirmaron que uno de los dos cuerpos que estaban en la fosa era el de Alexis, su nieto, y el del hermano del expolicía.

José afirma que, incluso, le dijeron que le darían el cuerpo junto con el de Mirna y Jacqueline Cristina, su hija y nieta, respectivamente, cuyos cadáveres fueron encontrados también en la misma casa y sepultados el 11 de mayo anterior en el mismo cementerio.

Por esos dos feminicidios, Hugo está siendo procesado judicialmente, pues confesó que él las había matado y, además, fue encontrado en la escena del crimen.

Sin embargo, José tuvo que esperar 52 días para que le entregaran los restos de su nieto y poder sepultarlo este martes en el cementerio municipal Santa Isabel, de Santa Ana.

Fue hasta el viernes pasado que le llamaron de la Fiscalía, indicándole que la prueba de ADN había resultado positiva y se confirmaba que era su nieto. Eso afirma él.

José Cruz sostiene una fotografía de su nieto, Alexis, cuando era solo un niño. El Joven, que tenía 23 años de edad, estudiaba Medicina en la Universidad de El Salvador. Foto EDH / Francisco Rubio / Archivo

Las dudas de José

Alexis es, supuestamente, una de las tantas víctimas del ex miembro de la Policía Nacional Civil (PNC) que ha sido beneficiado por la Fiscalía General de la República (FGR), con criterio de oportunidad (beneficios penales) a cambio de que colabore con las investigaciones contra 10 personas a quienes él ha señalado de haber participado en el asesinato de 13 personas, cuyos cadáveres estaban sepultados en fosas que él había cavado en su casa para enterrar a todas sus víctimas.

Durante 52 días, José se preguntaba por qué no le entregaban el cuerpo de su nieto y por qué tenían que hacerle prueba de ADN para corroborar su identidad, si los mismos policías y fiscales le afirmaron que era el del joven.

“Aquí hay gato encerrado”, decía el anciano de 77 años.

Ayer afirmó que él no vio el cadáver de Alexis en la fosa ni cuando lo extrajeron de la misma porque las autoridades le aseguraron que estaba desfigurado y que le podía afectar mucho su salud, pero, aparentemente, eso no era cierto, dice.

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En el documento que le entregaron para que retirara el cuerpo, se indica que fue asfixiado.

“Si mi nieto fue asfixiado, como dice el papel que me dieron para que sacara el cadáver de la morgue, entonces quiere decir que fue ahorcado y que no estaba desfigurado como me dijeron”, comentó José este martes, momentos después de sepultar a Alexis.

Enterrado en solitario

El anciano tuvo que llorar en solitario, mientras sepultaban el cadáver de su nieto, debido a que en la morgue le dijeron que no podía velarlo y que lo sepultara inmediatamente por medidas de sanidad, sin presencia de familiares, amigos o vecinos.

Esa orden también afectó a José porque él esperaba velarlo una noche y al siguiente día darle sepultura, tal como hizo con su hija y su otra nieta.

Creyó que haría eso porque imaginó que el cuerpo de Alexis estaría en refrigeración para conservarlo.

Pero la realidad fue otra, dijo el anciano sin poder contener las lágrimas. José comentó que el cuerpo de su hijo estaba en el piso de la morgue junto con otros cadáveres, todos en avanzado estado de descomposición.

Una vez que los empleados de la funeraria se retiraron, José se quedó solo, frente a la tumba de su nieto.
“Ya enterré al último de mis hijos. Quedamos solitos”, dijo el anciano mientras recordaba los sueños del joven.