“Nadie me quería atender porque todos pensaban que estaba embarazada”. Eso recuerda Nahomi Michelle Serrano Ortiz, una niña que hoy está llegando a sus 14 años de edad en plena batalla contra un cáncer que le ha hecho perder su ovario derecho pero no sus ganas de vivir, ni sus sueños de convertirse en la primera de su familia en obtener un título universitario.
Estudia octavo grado en el Centro Escolar Católico “Santa Luisa”, ubicado por el Mercado Central de esta capital, y es gracias a la gestión de una de sus maestras, a quien de cariño llama “Seño” Claudia, que logró que la operaran en el Hospital Nacional de la Mujer, mismo donde desde el pasado 9 de enero recibe tratamiento de quimioterapia, con el esfuerzo económico de sus familiares y el apoyo de la comunidad educativa.
Si bien a su corta edad fue diagnosticada con cáncer de ovario, y esta enfermedad le dificulta asistir a clases algunos días de la semana, ella no renuncia a sus estudios.
La situación para Nahomi se comenzó a tornar difícil a fines de noviembre pasado, cuando al llegar el fin del año escolar se presentaron los primeros signos de la enfermedad, entre ellos fuertes dolores, náuseas, vómitos y crecimiento del vientre.
“Yo venía (un día) súper contenta (a la casa) porque me había ganado el primer lugar en la escuela. Le dije a mi abuela que le iba a ayudar a lavar la pila y ahí me apreté el vientre y dicen que lo desperté (el tumor), porque estaba ahí pero no me molestaba”, explica.
Nahomi y Gregoria de Jesús Ortiz de Orellana, su abuela, relatan que el 4 de diciembre, como ella sentía mucho dolor, tocaron las puertas del Hospital de Niños Benjamín Bloom, en donde no la atendieron porque ya había pasado los 12 años de edad. Luego marcharon al Hospital Nacional Zacamil en donde, tras una larga espera, solamente le dieron una pastilla y tuvieron que regresar a su casa.
Tres días después, el 7 de diciembre, fue duro y les resultó muy largo. Ese día Gregoria, gracias a que su hija había logrado conseguir prestados $10, salió muy temprano con Nahomi a la Cínica Parroquial María Auxiliadora, y una doctora que atendió a la niña le indicó que le realizara una ultrasonografía porque detectó que había algo que no era normal.
Debido a que no les alcanzaba el dinero la profesional las ayudó con el pago del examen, y una vez con los resultados en mano las mandó para el Hospital Zacamil, en Mejicanos, de donde las enviaron al Hospital de la Mujer, en el barrio Santa Anita.
La abuela explica que, después del mediodía, tras un largo y doloroso caminar, incluso sin probar bocado, llegaron al Hospital de la Mujer en donde a Nahomi le hicieron varios exámenes, incluido el de embarazo. Como era viernes les dijeron que llegaran el lunes a sacar una cita, misma que le otorgaron para el 10 de enero, una fecha que ante el sufrimiento resultó muy lejana.