Sepelio del padre Tojeira: un acto de memoria, fe y justicia en la UCA
La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) fue escenario de una emotiva despedida al sacerdote jesuita José María Tojeira, figura central en la defensa de los derechos humanos en El Salvador. Su legado ético, espiritual y académico quedará para siempre junto a los mártires que dieron su vida en 1989.
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Karla Rodas
Publicado el 11 de septiembre de 2025
El padre José María Tojeira fue despedido con un emotivo sepelio en la Universidad Centroamericana (UCA), donde descansará junto a los mártires jesuitas asesinados en 1989. La ceremonia, presidida por el arzobispo de San Salvador y con homilía del padre Rodolfo Cardenal, resaltó su legado en la defensa de los derechos humanos. Exrector de la UCA y figura clave en la vida académica y pastoral del país, Tojeira fue recordado por su compromiso ético y cercanía con las comunidades. Su entierro reafirma su lugar como referente moral en la historia reciente de El Salvador y en la memoria colectiva.
Este jueves, el polideportivo de la UCA se llenó de estudiantes, docentes, sacerdotes y personas de distintas comunidades para despedir al “padre Chema”. La misa de cuerpo presente fue presidida por el arzobispo José Luis Escobar Alas, mientras que el padre Rodolfo Cardenal ofreció una homilía que evocó tanto la firmeza como la cercanía de Tojeira con las causas justas.
“Chema supo poner en práctica el legado de Ellacuría… su palabra era firme, pero siempre acompañada de una sonrisa que incomodaba a los poderosos”, expresó Cardenal ante una multitud visiblemente conmovida.
El sepelio se realizó en la capilla Jesucristo Liberador, el mismo lugar donde reposan los cuerpos de los mártires jesuitas asesinados en 1989. Ahí fue enterrado con su sotana, en un acto sencillo pero profundamente simbólico. Su descanso final no es sólo un homenaje personal, sino también una reafirmación de su compromiso con la justicia y la memoria histórica del país.
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Un legado que sigue guiando
Tojeira falleció el 5 de septiembre en Guatemala, a los 78 años, pero su influencia permanece viva. Como rector de la UCA entre 1997 y 2011, su liderazgo estuvo marcado por la promoción de los derechos humanos, el trabajo pastoral cercano a los más vulnerables y un pensamiento crítico.
Desde su rol como párroco en El Carmen, San Salvador, hasta sus publicaciones como académico y su activismo en medios de comunicación, Tojeira fue una voz coherente que denunció la injusticia sin renunciar al diálogo.
“Era una brújula ética en tiempos de confusión”, expresó una estudiante de la UCA durante el homenaje, mientras sostenía una flor blanca. Jóvenes de distintas parroquias lo recordaron como un sacerdote que no solo predicaba desde el púlpito, sino que caminaba junto a la gente, sin miedo a ensuciarse los zapatos.
Inspiración para nuevas generaciones
Más allá del reconocimiento institucional, lo que marcó la despedida del padre Tojeira fue el impacto humano que dejó. Desde trabajadores administrativos hasta líderes sociales, muchos coincidieron en que su legado no termina con su muerte, sino que se multiplica en cada persona que decide comprometerse con la dignidad y la justicia.
Su entierro junto a los mártires no sólo honra su memoria, sino que la pone al servicio de una esperanza activa. Porque como decía Ignacio Ellacuría su mentor y amigo, “hay que quitar la cruz del camino, no glorificarla”. Y Tojeira lo hizo, cada día de su vida.
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