Salvadoreña en una isla del Mar Norte relata que vio cerca el virus

La compatriota estudia una maestría en Islas Feroe, donde vivió la emergencia por la pandemia. Dice que autoridades enfrentaron el COVID-19 sin aplicar la fuerza y sin generar desconfianza entre la gente. Más de 6,000 personas pidieron hacerse la prueba y luego les enviaban los resultados a casa.

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Sylvia Alicia Ramírez dice que tanto en Suecia como en Islas Feroe la atención fue inmediata y precisa. Foto EDH / Cortesía

Por David Marroquín

2020-04-22 9:25:22

Sylvia Alicia Ramírez es salvadoreña y estudia desde abril de 2018, una maestría en Gobernabilidad y el Cambio Climático en los países nórdicos del oeste en la universidad de Islas Feroe.

La emergencia mundial por la pandemia del COVID-19 irrumpió abruptamente los estudios de post grado de Sylvia en la Universidad de Uppsala, en Suecia. Tuvo que regresar de urgencia a las Islas Feroe.

“Esta fue la primera vez que realmente sentí tan cerca el tema del virus y recordé que el Rector de la universidad en Islas Feroe nos había escrito a todos los estudiantes para preguntar por nuestra ubicación”, dijo Sylvia Alicia.
Ella aplicó a la referida maestría que se imparte en inglés, meses después de obtener la Licenciatura en Relaciones Internaciones por la Universidad de El Salvador (UES).

Islas Feroe ya volvió a la normalidad. Hubo 185 contagiados con COVID 19, de los cuales 178 ya se recuperaron. Hay siete activos. Más de 6,100 personas pidieron hacerse la prueba de manera voluntaria. Foto EDH / cortesía

El rector de la universidad en Feroe le llamó para decirle que debía retornar lo más pronto posible, que no se preocupara por las materias, que ya verían otra alternativa de cómo sacarlas adelante.

Sylvia Alicia no tuvo tiempo de empacar y abandonar su pequeña habitación de estudiante, pues tenía que salir lo más rápido posible. “Me despedí de Suecia, y al llegar al aeropuerto de Dinamarca, me sentí completamente frágil, pequeña, humana después de todo”, dijo al describir esos momentos de angustia que se vivía en la terminal aérea.
Sylvia relata que fue testigo del caos que se vivía en ese lugar, vio el llanto de muchas personas porque sus vuelos habían sido cancelados y no tenían otro medio para regresar a sus países. “Otros habían entrado en crisis de pánico, hubo mucha histeria, mucha tristeza que me cuesta ponerla en palabras”.

Para el 13 de marzo, todos los residentes y ciudadanos feroeses tenían que regresar a las islas a petición del primer ministro de ese país, Barour Á Steing Nielsen, debido a que al cerrar sus fronteras, Dinamarca también dejaba restringidos los vuelos aéreos.

Su retorno a las Islas se concretó el 14 de marzo. Había que cumplir con la cuarentena domiciliar de 14 días y acatar las indicaciones de higiene y distanciamiento social recomendadas por el gobierno isleño. Mientras estuvo en cuarentena, Sylvia Alicia dice haber recibido la solidaridad de los feroeses. “Conté con la ayuda de amigas y vecinos que hicieron mis compras en el supermercado”, dijo a modo de ejemplo.

“A pesar de que soy en cierta manera espectadora, he sentido el apoyo de una comunidad que me ha hecho sentir en casa, aunque al final del día tengamos un momento de introspección, el cual es muy solitario y no siempre alentador”, reflexiona.

Sin medidas, ningún fallecido
Mientras en Dinamarca se tomaban otras medidas como restricciones a la movilidad, y multas de hasta 443 euros para quienes violentaran las normas establecidas, en Islas Feroe, el ministro de Salud, Kaj Leo Johannensen, era tajante con su decisión de no asumir ninguna medida legal contra los infractores y apeló a la confianza y cooperación de los ciudadanos. “Nuestras manera de enfrentar esta crisis es a través de la cooperación y la confianza, no por la fuerza y la desconfianza”, expresó el funcionario.

La pandemia contagió a 185 ciudadanos de ese país, de los cuales 178 ya se recuperaron y hay siete contagiadas, pero no están hospitalizadas. No hubo fallecidos hasta ahora y desde la semana pasada la vida en las islas volvió a la normalidad. Sin embargo, las personas que ingresan a las islas, tienen que someterse a cuarentena domiciliar voluntaria durante 14 días.

A lo anterior se suma que 6,171 personas pidieron hacerse la prueba de manera voluntaria. “Cualquiera que presentara síntomas y quería estar seguro podía solicitar la prueba y se acercaba al parque del hospital y ahí era atendido por una enfermera y luego se le enviaban los resultados por correo o por teléfono”, relató Sylvia Alicia.
Según su experiencia, los ciudadanos respondieron de manera positiva a las acciones preventivas ante la COVID-19 y con ello el control social funciona automáticamente.