Karen Johanna Alvarado Ayala enfrentará este lunes la audiencia inicial en el Juzgado Tercero de Paz de Ciudad Delgado, tras ser acusada por la Fiscalía General de la República del delito de homicidio culposo en perjuicio de Eusebio Palacios Arévalo, el pasado 12 de septiembre.
En el requerimiento (documento de acusación) presentado el pasado lunes, la Fiscalía establece que Alvarado Ayala causó la muerte de Palacios Arévalo, de 90 años, por falta de precaución al hacer una maniobra de retroceso a fin de retornar a la calle L, del Reparto Santa Alegría, en Ciudad Delgado.
La conductora aseguró a la Fiscalía, según el requerimiento, que el anciano se encontraba parado en la vía y que del golpe provocado en esa maniobra, cayó al suelo y quedó debajo del microbús (placas MB-316 953) y que, al iniciar de nuevo la marcha, lo arrastró suspendido en el eje trasero por unos 50 metros.
La joven, de unos 23 años, también declaró que al percatarse de que arrastraba al señor detuvo el automotor y que se quedó en el lugar. Pero Eusebio había muerto ya. De hecho, el escrito presentado por el Ministerio Público al Juzgado dice que el nonagenario falleció al instante.
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Estaba a punto de cumplir 90 años pero aún tenía fuerzas para su rutina diaria: caminar una manzana y comprar el pan francés para el desayuno. Así lo hizo el día de la tragedia.
Según la familia de Eusebio, vecinos les aseguraron haber escuchado los gritos de los escolares que Karen transportaba aquella mañana del 12 de septiembre con los que le advertían: “Seño, seño, lleva un señor abajo”.
Del punto en el que Eusebio fue atropellado, a dos metros del pasaje en el que residía, hasta donde quedó tendido en el pavimento, hay unos 100 metros de distancia.
Según la esquela elaborada por el Instituto de Medicina Legal con fecha 12 de septiembre, Eusebio murió por “politraumatismo por hecho de tránsito”.
Ni orden de captura ni la acusada está ausente
La Jueza Tercero de Paz de Ciudad Delgado, María Mercedes Argüello de De La Cruz, dijo a El Diario de Hoy que la Fiscalía ha acusado a Arévalo Ayala de homicidio culposo y que ha pedido para ella medidas alternas a la detención provisional.
Además aclaró que no se ha pedido orden de captura en contra de la joven y que esta se presentó al Juzgado el pasado jueves, fecha en que había sido citada, en la cual le notificaron de la acusación y se le manifestaron sus derechos también. Por esto mismo, añadió, ella no se encuentra ausente en el proceso.
Según la jueza, no se ha girado ninguna orden de detención porque la Fiscalía no lo ha pedido, y es que en estos casos no aplica porque la presunta responsable del accidente y del homicidio se quedó en el lugar. Además, reitera, ella ya se presentó al Juzgado, donde ha sido intimada (notificada).
Según el requerimiento, dice la juzgadora, la Fiscalía ha presentado prueba testimonial (el hijo de la víctima y el policía que levantó la inspección del hecho), además de otros documentos como actas de inspección técnico y ocular, el acta del levantamiento del cadáver, croquis de cómo sucedió el accidente entre otros.
La juzgadora afirma que en la audiencia prevista para esta mañana, pueden pasar dos cosas: Fiscalía puede pedir un proceso abreviado o se manda a fase de instrucción.
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Pese a que el hecho ocurrió el 12 de septiembre, la Fiscalía presentó la acusación dos meses después, horas antes de que se revelara la historia.
Consultada sobre si era legal o procedente que el padre de Karen, un investigador de la Policía Nacional Civil, tratara de arreglar económicamente con la familia de la víctima en el lugar de la tragedia, la jueza Argüello dice que los arreglos económicos se hacen en presencia de un abogado y se elabora un acta notarial que se presenta luego ante el Juzgado para que el juez valore si lo avala o no.
También explicó que el arreglo en casos como estos se pueden hacer en la Fiscalía y luego seguir el proceso ante el juez.
La familia ha dicho que no quiere conciliar, sino que la joven sea condenada, sea inhabilitada para conducir y se examine la salud mental de los escolares que ella conducía esa mañana fatídica y que le gritaban que llevaba el cuerpo de Eusebio entre las llantas.