¡Un último paso para una mejor experiencia!

Para brindarte un servicio más ágil y personalizado, necesitamos que completes tu información de facturación.

Actualizar mis datos

Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

  
Suscribirme
EPAPER Especial Derechos Humanos| Ruth López| Donald Trump| Selecta|

Exchofer de Embajada de El Salvador en Costa Rica denuncia despido arbitrario

Manuel Bonilla Carrillo abrió una causa judicial contra la Embajada, tras ser retirado de su labor en la misión diplomática, en la que laboró más de 30 años

Por Carlos López Vides | Mar 19, 2025 - 04:30

Manuel Bonilla Carrillo atiende a una salvadoreña como empleado de la Embajada del país en Costa Rica. El exempleado de la sede diplomática asegura que nunca tuvo problemas en más de 30 años de servicio. / Foto cortesía
Manuel Bonilla Carrillo atiende a una salvadoreña como empleado de la Embajada del país en Costa Rica. El exempleado de la sede diplomática asegura que nunca tuvo problemas en más de 30 años de servicio. / Foto cortesía

Manuel de Jesús Bonilla Carrillo, un ciudadano salvadoreño naturalizado costarricense, de 56 años, ha denunciado ante las autoridades judiciales de Costa Rica una serie de irregularidades y violaciones a sus derechos laborales por parte de la Embajada de El Salvador en dicho país. Bonilla, quien laboró por más de 30 años como chofer en la sede diplomática, asegura que fue despedido de manera arbitraria y sin el reconocimiento de sus derechos adquiridos tras décadas de servicio.

En plática con El Diario de Hoy, Bonilla explicó que lo está asistiendo un defensor público costarricense, ya que él no tiene dinero para pagar una abogado privado. El exchofer acudió al Ministerio de Trabajo de Costa Rica, donde le confirmaron que su despido había sido irregular y que debía iniciarse un proceso, donde él está siendo asistido como ciudadano costarricense, ya que cuenta con doble nacionalidad.

Suscríbete para seguir leyendo

Obtén acceso a todo nuestro contenido exclusivo.Continuar leyendo

El trabajador, quien asegura que "en mis 31 años que estuve en la embajada, nunca tuve ninguna falta, siempre tuve felicitaciones de mis embajadores", añade que él ha identificado que hubo un evento que detonó que personal de la Embajada comenzara a moverse para quitarlo de su cargo.

Bonilla Carrillo no solo trabajaba como chofer, sino que atendía cualquier indicación laboral que le pidieran en la sede diplomática, incluido el atender a población salvadoreña en diversos trámites. / Foto cortesía

"Yo era chofer de la embajada, y los vehículos solamente los podía usar yo y el embajador, excepto que el señor embajador autorizara a alguien más. Un compañero usó un vehículo un fin de semana. Quedó en bitácora. El lunes, no coincidía el kilometraje, y dije no, alguien tocó el carro. Vimos que un compañero había sacado el carro, y me negué a llenar la bitácora", narró Bonilla.

Según explicó, dos meses antes de diciembre de 2023, recibió una llamada de Cancillería desde El Salvador, donde le explicaron que iba a ser trasladado a la India. Él pidió que se lo mandaran por escrito y formalmente, algo que no ocurrió en los días siguientes.

Lea | Costa Rica frena ley que buscaba vuelos económicos a Centroamérica

El 13 de diciembre de 2023, Bonilla recibió un correo electrónico en el que se le notificaba su traslado inmediato como "Asistente Administrativo" a la Representación Diplomática y Consular de El Salvador en la India, con sede en Nueva Delhi. El nombramiento sería efectivo a partir del 15 de diciembre, es decir, en un plazo de solo dos días.

Adicionalmente, el 14 de diciembre, cuando Bonilla se presentó a su puesto en la embajada, el encargado de negocios, Nelson Arévalo, le exigió la devolución de todos sus documentos laborales, incluyendo pasaporte, carné de aeropuerto, carné diplomático, llaves de los vehículos y bitácoras de trabajo. Esto, a pesar de que ese mismo día Bonilla tenía programado un vuelo a la India a las 8:50 p.m.

El extrabajador denuncia que el traslado fue una medida forzada y desproporcionada, ya que, tras residir en Costa Rica por 43 años, su vida personal y familiar estaba completamente establecida en ese país. Además, su hija se encontraba en proceso de graduación de colegio el 15 de diciembre, un evento que Bonilla consideraba de suma importancia y que perdería de aceptar el traslado inmediato.

Después que el 14 de diciembre se formalizó su despido, Bonilla buscó el apoyo en la justicia tica e inició el proceso contra la Embajada en la que por años laboró.

Bonilla mencionó que, durante algunas reuniones iniciales facilitadas por el Ministerio de Trabajo costarricense con personal de la Embjada, ha recibido amenazas: "una licenciada dijo que tenían un proceso contra mí, que ya me iban a notificar; lo que hacen las nuevas generaciones acá es amenazar con que lo van a meter preso a uno. Dijo que por abandono de trabajo".

Condiciones de salud y falta de preparación para el traslado

El afectado también señaló que padece hipertensión arterial y diabetes, condiciones que requieren tratamiento y medicación diaria. Explicó que, debido a la regulación del sistema de salud costarricense, no podría obtener con antelación un suministro de medicamentos suficiente para viajar a un país completamente ajeno, con diferencias culturales, gastronómicas y climáticas significativas.

Desempleado desde ese diciembre de 2023, Bonilla dijo que se sostiene económicamente "a puro milagro. Con la edad que uno tiene y sin tener estudios… ahí la familia me ha ido ayudando, tengo una hermana que está en México, mi mamá, mis sobrinos. He andado haciendo lo que puedo, a veces trabajo en Uber, a veces gente me dice que lleve personas y los llevo, así ha sido mi subsistencia. Mi hija ya no ha podido estudiar".

Bonilla ha interpuesto una demanda ante la justicia costarricense en la que solicita que se le reconozcan y paguen sus derechos laborales, incluyendo: Pago de vacaciones acumuladas, indemnización por preaviso y cesantía, diferencias de aguinaldo correspondientes a toda la relación laboral, pago de las horas extras trabajadas desde 2010, diferencias salariales adeudadas, compensación por los feriados laborados sin pago adicional, intereses e indexación de los montos adeudados hasta la fecha de cancelación, pago de costos procesales y cancelación de cuotas obrero-patronales a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Don Manuel aclaró que no tiene nada contra el presidente Nayib Bukele, a quien conoció durante una visita del mandatario a Costa Rica, cuando Bonilla Carrillo aún era chofer de la embajada. / Foto cortesía

Además, Bonilla ha expresado su profunda afectación emocional y psicológica tras su despido, manifestando sentimientos de desmotivación, ansiedad y preocupación. Actualmente, está a la espera de atención psicológica en la CCSS, pero enfrenta dificultades debido a su situación económica tras la pérdida de empleo.

Según la demanda presentada ante el Juzgado de Trabajo de Primer Circuito Judicial de San José en julio de 2024, las funciones de Bonilla incluían el traslado de personal y otras responsabilidades operativas asignadas por el embajador y el cónsul.

En su declaración, Bonilla relata que su jornada laboral era de lunes a viernes, de 8:00 a. m. a 4:00 p. m., con 45 minutos de almuerzo. Sin embargo, con frecuencia se le solicitaba trabajar horas extra y días feriados sin compensación adecuada.

El conflicto laboral se agravó en enero de 2019, cuando Bonilla fue presionado para firmar contratos anuales renovables, en los cuales se le imponían cláusulas que, según él, limitaban sus derechos laborales. Según su denuncia, la embajada aplicó un "Ius Variandi Abusivo", alterando de manera unilateral sus condiciones de trabajo sin previa liquidación de los derechos adquiridos.

Hasta el momento, ni la Embajada de El Salvador en Costa Rica ni la Cancillería salvadoreña han emitido un pronunciamiento oficial sobre el caso. El Diario de Hoy intentó comunicarse a través de Whatsapp, llamadas telefónicas y correos electrónicos dispuestos por el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero no obtuvo respuesta para conocer la postura gubernamental sobre estos eventos.

Sobre cuánto durará esta situación, Bonilla señaló que "esos procesos pueden durar de cero días a 4 años y medio, según me advirtieron. El proceso tiene que pasar a la Corte Suprema de Justicia (costarricense) para que siga el proceso, que tiene que notificar a la Cancillería de Costa Rica para que continúe. Hay muchos expedientes adelante del mío".

El caso sigue en proceso judicial, mientras Bonilla espera una resolución que le permita obtener el reconocimiento y la compensación por los años de servicio dedicados a la representación diplomática de El Salvador en Costa Rica.

Huida, refugio y trabajo

Manuel Bonilla tenía entre ocho y nueve años cuando mataron a su padre, en San Vicente. "A Costa Rica nos trajeron en 1980 cuando comenzó la guerra, comenzaron a matar gente en Amatitán abajo, mataron a mi papá. Nos sacaron de El Salvador y nos trajeron de refugiados a Costa Rica, donde teníamos algunos familiares. Nos tocó dormir en el monte cuando mataron a mi papá, después el doctor Toño Ruiz nos dio dónde dormir en San Sebastián. Al día siguiente nos llevaron a San Salvador para sacar los pasaportes, después viajamos a La Unión, luego Nicaragua y finalmente llegamos a Costa Rica".

Después de 43 años viviendo en ese país, Manuel ya habla como un costarricense más, pero expresa su satisfacción por haber ayudado a muchos salvadoreños con su trabajo en la Embajada cuscatleca en Costa Rica, donde trabajó como chofer desde mayo de 1993, hasta los eventos que llevaron a su despido arbitrario en diciembre de 2023.

KEYWORDS

Cancillería Costa Rica Despido Despido Improcedente El Salvador Embajadas Sucesos Ver Comentarios

Patrocinado por Taboola

Te puede interesar

Ver más artículos

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad