El hallazgo de los dos teléfonos celulares en la casa de un supuesto cabecilla de pandilla lo involucran con las desapariciones y homicidios de los dos repartidores de comida china, pero por el momento no será acusado de ninguno de esos delitos, confirmaron fuentes fiscales.
Raúl Erasmo Alfaro Pérez, de 20 años y supuesto cabecilla de pandilla, será acusado por posesión y tenencia de marihuana; así como de receptación, según la Fiscalía General.
Su compañera de vida, Erika Yamileth Pérez Rodríguez, fue capturada por resistencia; mientras que Dora Mirna Pérez Pérez, madre de Alfaro, enfrentará cargos por receptación.
Una fuente fiscal dijo que Alfaro Pérez, su pareja y su madre fueron capturados por tener en su casa los dos teléfonos que andaban las víctimas el día que desaparecieron.
Fuentes fiscales explicaron que por el momento Alfaro Pérez no será acusado ante los tribunales de justicia por la desaparición y asesinato de los jóvenes Wilmer y Diego.
Sin embargo, Alfaro Pérez sigue siendo investigado para determinar si él participó u ordenó los asesinatos, ya que es considerado como cabecilla de pandilla en las colonias Villa Lourdes y Nuevo Lourdes; Colón, La Libertad.
Los jóvenes desaparecieron en noviembre pasado en la referida zona y sus cadáveres fueron hallados enterrados el 24 de enero pasado en un predio baldío del mismo sector. La prueba de ADN permitió confirmar que se trataba de ellos.
Fiscales auxiliados de policías allanaron la tarde de este martes la casa de Alfaro Pérez situada en senda Los Granados de Villa Lourdes, a raíz de que obtuvieron información de que el detenido tenía los celulares de las víctimas.
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Al registrar la vivienda, los fiscales encontraron un teléfono celular en la refrigeradora que Alfaro Pérez había metido minutos antes de que las autoridades entraran a la casa.
También les encontraron otros dos celulares, uno de los cuales le pertenecía a otra de las víctimas.
Con Alfaro Pérez, su pareja y su madre; ya son cuatro personas detenidas que podrían estar vinculadas a los asesinatos de los jóvenes repartidores.
Mónica Michell Carranza Muñoz, de 27 años, es procesada en el juzgado Primero de Instrucción de Santa Tecla, La Libertad, por haberle encontrado la motocicleta de una de las víctimas en su casa.
También le hallaron una pistola que fue enviada al laboratorio de la Policía Técnica y Científica para determinar si fue usada en los asesinatos.
Carranza Muñoz solo fue acusada por la Fiscalía General por receptación; así como, tenencia, portación o conducción ilegal o irresponsable de arma de fuego.
La imputada fue detenida días después de la desaparición de los dos jóvenes y remitida al juzgado Segundo de Paz de Colón que luego de la audiencia inicial ordenó que siguiera detenida.
El proceso pasó a disposición del tribunal Primero de Instrucción de Santa Tecla, informó la oficina de prensa del centro judicial del referido municipio.