El 23 de diciembre era un día esperado para Katherine y sus compañeras de trabajo en la sede de Ciudad Mujer, localizada en la jurisdicción de Colón. Ese día estaba planificado el convivio de fin de año, para lo cual desde 15 días antes las empleadas se habían organizado para comprar comida, colocar globos, llevar música, intercambiar regalos y pasar un momento de alegría y despedir el año laboral.
Pero la fiesta se convirtió en tristeza, cuando unos minutos antes que iniciara el agasajo, las autoridades del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu) llegaron y comenzaron a informar a casi la mitad de empleadas que su plaza quedaba suprimida a partir de ese momento.
“Su plaza no cuenta con financiamiento por no tener disponibilidad presupuestaria para el ejercicio fiscal 2025, en consecuencia el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer, se encuentra imposibilitado para continuar la relación laboral con su persona a partir del 1 de enero de 2025”, se lee en el documento que fue entregado a cada una de las despedidas, entre ellas Katherine.
Katherine Carolina Escobar Arana es una de las dos mujeres trans que laboran en esa institución, ambas fueron despedidas el mismo día, pese a que ella ostentaba un cargo en la junta directiva del sindicato de esa institución.

El despido de las dos mujeres trans de las sedes de Ciudad Mujer de Colón y San Miguel marca un retroceso en los años de lucha de ese sector históricamente vulnerabilizado desde el Estado y la sociedad.
La afectada relata que inició laborando en 2011 como ordenanza en el proyecto de Ciudad Mujer, una iniciativa impulsada por la entonces primera dama, Vanda Pignato, como parte de la Secretaría de Inclusión Social.
“Yo siempre recuerdo las palabras de la primera dama que decía que nosotras debíamos demostrar que no solo podíamos ejercer trabajo sexual o estar como peluqueras, sino que también podíamos ser parte de una institución de gobierno. Eso siempre lo tuve en mi mente y hasta el último día, desempeñé mi trabajo con el respeto debido”, manifiesta.
Ella recuerda que cuando ella inició a trabajar en esa institución en todos los centros de Ciudad Mujer a nivel nacional fueron empleadas más de 30 personas de la diversidad sexual.
Sin embargo, cuando Nayib Bukele llegó a la presidencia en 2019 sufrieron las primeras vulneraciones al desaparecer del ámbito estatal todo lo relacionado con la diversidad sexual.
Una de las primeras acciones del presidente fue eliminar algunas secretarías heredadas del gobierno anterior, incluyendo la de inclusión social y casi la mitad del personal de Ciudad Mujer fue despedido.
Las empleadas que quedaron pasaron a ser parte del Ministerio de Desarrollo Local, pero con un salario más bajo y les cambiaron las plazas por Ley de Salarios a contratos anuales.
“En todos los centros había personas de la diversidad y las quitaron. En el centro de Colón éramos siete y solo me quedé yo, y la compañera de San Miguel”, explica Katerine.
En noviembre de 2022, las empleadas que estaban destacadas en las sedes de Ciudad Mujer fueron informadas que pasarían a estar bajo la administración de Isdemu.
“Cuando pasamos al Isdemu cambiaron muchas cosas y cuando el presidente dijo que estaba en contra de la ideología de género y que no se iba a permitir también hubo muchos cambios hacia mí dentro de la institución”, asegura.
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Katherine recuerda que desde ese momento ya no se brindó atención en Ciudad Mujer a las mujeres y hombres trans, sino eran transferidas a otras instituciones según el sexo y no la identidad de género y explica que Isdemu ordenó que se quitaran los brochures con información enfocada en la no discriminación a la población LGTBI.
Al llegar a esa institución y ante las vulneraciones que venían enfrentando Katerine tomó la decisión de afiliarse al sindicato y poder defender sus derechos. En noviembre de 2023, fue nombrada como Secretaria Primera de Formación de la Unión Sindical de Trabajadoras y Trabajadores del Isdemu (USTTISDEMU).
“Siempre he sido una mujer de lucha y defendido derechos humanos, y en el ámbito laboral adquirí mucho conocimiento de las leyes, yo veía ciertas vulneraciones y yo le expresaba a la jefa determinadas cosas y comencé a ver los cambios hacia mí”, señala.
Para Sonia Viñerta, secretaria de USTTISDEMU, el despido de Katherine constituye una doble vulneración de derechos, en primer lugar, por ser parte de una población que enfrenta múltiples discriminaciones y vulneraciones de derechos y el marco internacional establece garantías de mayor protección. En segundo lugar, por ser parte de la directiva del sindicato goza de fuero sindical.

El 3 de febrero Katherine presentó una denuncia ante la Procuraduría de Derechos Humanos (PDD) para denunciar que no se ha respetado su estabilidad laboral y alega haber sido víctima de discriminación por su identidad de género. Asimismo su caso ha sido presentado ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con sede en Costa Rica.
“Isdemu no puede decir que yo he tenido faltas, a no ser que quieran llamar a defender mis derechos o los de otras compañeras”, dice Katherine.