Vicente pasó de constructor a vendedor de cajas para tomates en la cuarentena

Antes de marzo, Vicente se dedicaba a la construcción, pero la emergencia por COVID-19 lo dejó sin trabajo. Su alivio financiero llegó haciendo una labor que ya había hecho antes: cargar bultos en la Tiendona y vender cajas de tomate para su reutilización.

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Vicente antes trabajaba en la construcción, durante la cuarentena se quedó sin empleo. Ahora se dedica a cargar bultos y vender cajas de madera en La Tiendona. Foto Eduardo Alvarenga.

Por Eduardo Alvarenga

2020-09-29 9:48:41

José Vicente Roque recorre varios mercados municipales del Área Metropolitana de San Salvador con su carreta, donde compra las cajas de madera para luego venderlas en La Tiendona. En un día bueno, llega a recolectar unas 170, esto le permiten ganar aproximadamente $15.

Vicente está acostumbrado al trabajo pesado. En la construcción, pasaba todo el día bajo el sol, colgado con arneses en las alturas y pegando bloques. La ventaja de la construcción, según describe, es la estabilidad de tener un ingreso fijo. Por jornada, Vicente ganaba $14 diarios, menos descuentos, con los cuales terminaba recibiendo casi $12.

A veces, la venta de caja le deja $15 al día, más de su salario en la construcción. Foto Eduardo Alvarenga.

“Tuve un año que me descontaron $1,100 de renta, pero cuando declaré sólo me devolvieron $300”, recuerda con indignación. En La Tiendona no tiene ese problema, su pago por descargar camiones lo recibe sin descuentos, aunque el esfuerzo físico es mayor.

Las jornadas en el nuevo oficio de Vicente son extenuantes, pero con sacrificio logra alcanzar su meta diaria de los $15. Todos los días viaja de madrugada desde Tonacatepeque a San Salvador.

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“Cuando me toca venir a trabajar a los camiones, me vengo a las 2:00 de la mañana en un Uber, luego me quedo trabajando en la recolección de las cajas y me voy a las 5:00 de la tarde”.

Cada día camina cerca de 5 km para recolectar cajas vacías y venderlas. Foto Eduardo Alvarenga.

A diario, Vicente hace dos o tres viajes para recoger las cajas, en los mercados de Ciudad Delgado, San Miguelito y el Mercado Central. Bajo el sol, sale de La Tiendona con su carreta vacía y recorre hasta 5 kilómetros en busca de los contenedores de madera y cartón.

Los compra por unos pocos centavos y regresa a La Tiendona, donde las vende a un precio mayor, de allí saca una ganancia mínima que sólo cuando logra grandes volúmenes se traducen en un ingreso significativo.

Vicente espera que sus antiguos patrones le llamen por teléfono de nuevo para volver a la construcción. Sin embargo, es consciente de que eso podría tardar debido a que el sector de la construcción ha reducido su actividad por la pandemia.

Vicente sale de su casa a las 2:00 de la madrugada para trabajar en La Tiendona. Foto Eduardo Alvarenga.