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¿Es posible rescatar al río Acelhuate de su muerte?

El río Acelhuate es un símbolo de la contaminación de los ríos en El Salvador. Es posible sanearlo, pero según expertos se necesita voluntad política para lograrlo.

Por Francisco Rubio y Mauro Arias | Abr 21, 2023- 21:46

Foto EDH Francisco Rubio
Espuma creada por la contaminación en una cascada del río Acelhuate al sur de San Salvador. Sí fuera un lugar limpio en una montaña, la caída de agua entre rocas sería un lugar turístico. Foto EDH Francisco Rubio

En junio de 2015, la entonces Ministra de Medio Ambiente del gobierno del FMLN, Lina Pohl, presento un proyecto que pretendía descontaminar en diez años al río Acelhuate en un 80%. En los documentos y datos de los estudios que respaldaban la iniciativa, este río es el más contaminado del país y el 68% de sus contaminantes provienen de la descarga sin tratamiento de las aguas residuales domésticas, es decir, el agua usada en todos los baños y cocinas del área metropolitana de San Salvador; que, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, tiene una población de casi dos millones de personas en sus 14 municipios (2021). 

El ambicioso proyecto incluía varias medidas, pero la parte más importante, el principal buque de batalla, era la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales para separar la materia orgánica y devolver al río un agua mucho más aceptable, no potable, pero si más aceptable para que la naturaleza hiciera su trabajo de limpieza, así como se hace en otros países.

En sus primeras declaraciones, la ministra Pohl dijo que serían cuatro plantas ubicadas en puntos estratégicos, una en la quebrada El Piro, otra en el río Las Cañas, otra en el río Tomayate y otra en el río Sumpa de Soyapango, río que, según datos del Medio Ambiente, contribuye con el 50% de la contaminación del Acelhuate.

ANDA sería la encargada del funcionamiento de las plantas de tratamiento.

También se pretendía obligar a todas las fábricas a construir sus propias plantas de tratamiento dentro de sus instalaciones ya que la industria genera el 32% de la contaminación del río. Los constructores también harían lo mismo en las nuevas urbanizaciones y todo acompañado de otras medidas en todo el territorio urbano.

Las presentaciones públicas de la ministra iban acompañadas de renders donde se mostraba que las riveras del Acelhuate se convertirían en parque urbanos para la recreación de los capitalinos.

Pero pasaron cuatro años y en mayo de 2019, antes del traspaso del gobierno de Sanchéz Cerén a Nayib Bukele, la ministra declaró que el plan fracasó porque las plantas de tratamiento son caras y no se recibió el apoyo económico de su mismo gobierno.

Agua contaminada en el río Las Cañas, uno de los afluentes de Acelhuate, en los límites entre Ilopango y Soyapango en la comunidad Las Cañas. En este río se construiría una planta de tratamiento de aguas servidas según la exminista de Medio Ambiente, Lina Pohl. Foto EDH Francisco Rubio

Según el último estudio efectuado en el año 2020, hecho por el Ministerio de Medio Ambiente, alrededor del 90% de las fuentes de agua dulce de El Salvador, tales como ríos y lagos, se encuentran contaminados. Esto a consecuencia de los distintos vertederos de aguas residuales formales e informales que se encuentran a lo largo del país.

Según la Ley General de Recursos Hídricos en El Salvador, el principal encargado por la calidad del agua en los cuerpos de agua es el gobierno. El reglamento exige a ANDA y a la nueva institución gestada por la Asamblea Legislativa, la Autoridad Salvadoreña del Agua, efectuar estudios en alrededor de 122 sitios, es decir, ríos, lagos, pozas, quebradas y más, para medir la cantidad de contaminación y así buscar soluciones.

En las redes sociales de estas dos instituciones hay publicaciones con fotos sobre inspecciones hechas en quebradas, ríos y empresas privadas junto con el hashtag #ElQueContaminaPaga, pero sin publicar nombres de empresas, todo con discreción. Hasta el momento la Autoridad del Agua no se ha procedido legalmente contra nadie, o por lo menos no lo han difundido en redes sociales. Para este reportaje EDH intentó gestionar una entrevista con Jorge Castaneda, presidente de La Autoridad Salvadoreña del Agua, para conocer cuáles son las medidas concretas con las que se pretende descontaminar los ríos del país y si se retomaría la idea de construir plantas de tratamiento de aguas residuales para descontaminar el río Acelhuate. Se intentó contactarlo por medio de sus redes sociales, por medio del correo electrónico a la institución y por medio de Ernesto Sanabria, Secretario de Comunicaciones de la Presidencia, pero no hubo respuesta.

En enero pasado, esta institución reservó por siete años todo acuerdo de cooperación con ANDA, es decir, todo tipo de pagos que hagan esos sistemas, ya sean por vertidos, por el uso del agua o la cooperación que se pueda dar entre ANDA y otros sistemas, da como información reservada, tampoco se conocerían los convenios avalados entre las instituciones, las instancias o empresas con quienes se firman convenios, o si existen convenios con entidades públicas; así como datos de la cantidad de agua que explotarán, en qué será utilizado el recurso hídrico y si habrá compensaciones económicas por la autorización para uso y explotación.

Quebrada contaminada con basura y aguas servidas en la cuenca del río Tomayate en el municipio de Apopa. El Tomayate desemboca en el Acelhuate y este en el río Lempa. Foto EDH Francisco Rubio

Los expertos opinan

Existen diversos estudios y análisis sobre la situación de la contaminación los cuerpos de agua. Información técnica existe y se han logrado establecer parámetros y medidas que pueden ser tomados por la población general para contribuir al rescate de ríos y lagos, tales como el reciclaje, compostaje y la trata de los desechos del hogar, pero esto según expertos como Ricardo Navarro, ecologista Cesta, no esto no es suficiente para recuperar las fuentes de agua.

Como ejemplo, según el último estudio de Medio Ambiente, 10 de 122 sitios evaluados cuentan con la calidad de agua para ser utilizada en actividades agrícolas, es decir, el 92% de los sitios no cumplen los valores de calidad, ya que contienen Boro, Arsénico, Magnesio, coliformes fecales y sólidos disueltos. Aun así, mucha del agua contaminada es usada sin restricción alguna para el riego de cultivos, es decir, todos estos químicos y contaminantes terminan siendo parte de las verduras y frutas del consumo diario del salvadoreño, sin contar que de esta misma agua beben los animales de granja, de cuales se consume su carne y productos derivados.

Alberto González, biólogo marino con experticia en temas de calidad del agua, piensa que, a pesar de toda la evidencia de la gran cantidad de la contaminación de los ríos en el país, es posible recuperarlos, pero primero el gobierno de turno de tomar riendas en el asunto, pero no solamente generando leyes, sino corroborando que se cumplan, ya que la calidad de agua del país afecta a todos los habitantes.

Según el biólogo, todos los ríos tienen un nivel grande de resiliencia, es decir, que, a pesar de haber sufrido contaminación, puede sanarse lentamente por sí solos, pero para qué sé dé esto, se deben regular las descargas directas de aguas residuales sin ser tratadas por una planta de filtración, la cual elimina una gran cantidad de los contaminantes que matan la fauna y la flora que son cruciales para el poder de auto recuperación que tienen los cuerpos de agua bien oxigenados. También es importante la reforestación no solo de las riveras de un río, sino también de áreas más extensas que no tienen cobertura boscosa. La vegetación ayuda a absorber los contaminantes.

Decenas de garzas vaqueras buscan alimentos entre los desechos de las aguas negras en el arenal de Monserrat. Es una muestra que la resiliencia de la naturaleza que encuentra nichos donde se supone que no podría prosperar la vida. Foto EDH Francisco Rubio

Pero recalca de nuevo, que este proceso se alcanza solamente a ciertos niveles de químicos contaminantes, por lo que se debe de regular la cantidad que se vierten desde fábricas y aguas provenientes de hogares. Una persona normalmente defeca un promedio de 800 gramos de heces semanalmente, es decir que la población del área metropolitana genera 1,600 toneladas de desechos orgánicos en ese mismo periodo. Todo eso va a parar al embalse del Cerrón Grande, generando un problema severo de contaminación.

Según la página web del Ministerio de Medio Ambiente, en el país existen 195 plantas de tratamiento de aguas residuales ordinarias, de estas, solo 143 están operativas, 42 han sido abandonadas. Estas fueron construidas en la mayoría de casos en urbanizaciones privadas, pero al pasar el manejo a manos de los habitantes, generalmente quedan abandonadas y disfuncionales.

La contaminación creada por las personas que tiran basura y el agua contaminada crean un paisaje desolador en el arenal de Monserrat. Acá fluyen las aguas servidas que provienen de Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán. Foto EDH Francisco Rubio

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