Crece 6.9% el uso de billeteras digitales para recibir remesas en El Salvador
Los salvadoreños apuestan por la tecnología: las billeteras digitales ganan terreno como opción rápida y segura para recibir remesas.
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elsalvador.com
Publicado el 14 de octubre de 2025
Cada vez más salvadoreños usan billeteras digitales para recibir remesas, desplazando poco a poco a bancos y remesadoras. Según el BCR, entre julio y agosto de 2025 su uso creció 6.9%, y entre enero y agosto sumaron $35.4 millones, más del 50% más que en 2024. En marzo se recibieron $6.92 millones y en agosto $5.18 millones. Sin embargo, los bancos aún dominan, con $6,535.1 millones en remesas hasta agosto. EE. UU. sigue siendo el principal origen, aunque un nuevo impuesto del 1% y más deportaciones podrían reducir el flujo, afectando la economía salvadoreña.
Cada vez son más los salvadoreños que están cambiando la forma de recibir el dinero que les mandan sus familiares desde el extranjero. Las billeteras digitales, que hasta hace poco eran una opción poco usada, comienzan a ganar terreno como una alternativa moderna, rápida y económica frente a los canales tradicionales como los bancos o las casas remesadoras.
Según el Banco Central de Reserva (BCR), solo entre julio y agosto de 2025, el uso de billeteras digitales para la recepción de remesas creció un 6.9%. Y entre enero y agosto de 2025, las remesas familiares que llegaron al país a través de billeteras digitales y criptomonedas sumaron $35.4 millones, una cifra que representa un incremento superior al 50% respecto al mismo período del año pasado.

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El auge se ha mantenido durante todo el año: agosto fue el segundo mes con más movimiento, con $5.18 millones recibidos mediante estas plataformas, solo superado por marzo, cuando ingresaron $6.92 millones.
Para ponerlo en perspectiva, en enero de 2025 las billeteras digitales movieron $2.44 millones. En apenas ocho meses, desde enero a agosto el monto aumentó más del doble.
Los bancos siguen dominando, pero el crecimiento es moderado
Aun así, las instituciones bancarias y las empresas remesadoras privadas siguen siendo las preferidas por la mayoría de los salvadoreños.
Entre enero y agosto de 2025, las remesas familiares que ingresaron al país sumaron $6,535.1 millones, según el Banco Central de Reserva (BCR). Solo en agosto, los salvadoreños recibieron $824.1 millones, una leve baja de $47 millones en comparación con julio. Aun así, el acumulado del año mantiene un crecimiento superior al 18% respecto al mismo período de 2024.

Las empresas remesadoras privadas continúan concentrando la mayor parte del flujo de dinero enviado desde el exterior, seguidas por las instituciones bancarias. Solo en agosto, las remesadoras procesaron $461.52 millones en envíos, lo que representa más del doble del monto registrado en el mismo mes del año pasado y un crecimiento interanual del 14.8%.
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El crecimiento de las plataformas digitales refleja un cambio gradual en los hábitos de los salvadoreños.
Cada vez más personas —tanto en el país como en el exterior— eligen estas herramientas porque son fáciles de usar, reducen los costos de envío y permiten recibir el dinero de forma inmediata en el teléfono, sin necesidad de hacer largas filas o esperar horarios bancarios.
También influye la desconfianza hacia los canales tradicionales, así como el crecimiento del ecosistema financiero digital en El Salvador, donde ya operan varias plataformas locales e internacionales que permiten manejar dólares y criptomonedas con facilidad.
Estados Unidos sigue siendo el principal origen de remesas
Hasta agosto de este año, las remesas enviadas desde Estados Unidos —donde vive la mayor parte de la diáspora salvadoreña— crecieron un 19.3%, mientras que las provenientes de España subieron un 16.4% y las de Italia, un 11.6%.
Estos tres países concentran la mayor parte del dinero que llega al país y muestran que la comunidad salvadoreña en el exterior sigue siendo un motor importante para la economía nacional.
En total, el 99.3% del dinero recibido en agosto, unos $819 millones, fue destinado al consumo diario: alimentación, vivienda, educación y gastos familiares. Mientras tanto, $5.6 millones se usaron para inversión, principalmente en pequeños negocios o mejoras de vivienda.
Sin embargo, en agosto pasado, el grupo financiero colombiano Cibest destacó que uno de los mayores impactos de las políticas estadounidenses en El Salvador tiene que ver precisamente con el tema de las remesas familiares.
De acuerdo con esta entidad, el flujo de remesas hacia El Salvador podría verse afectado por dos factores principales: el aumento de las deportaciones y la aplicación de un nuevo impuesto del 1% a las transferencias internacionales desde Estados Unidos.
Según datos de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), entre enero y junio de este año se registraron al menos 5,551 retornos de salvadoreños desde Estados Unidos, lo que podría impactar directamente la cantidad de dinero enviada al país.
A esto se suma el nuevo impuesto del 1% aprobado por el Senado de Estados Unidos el pasado 1 de julio, como parte de su plan fiscal. Este gravamen se aplicaría a las remesas enviadas desde ese país hacia el extranjero a partir del 31 de diciembre de 2025.
Cibest estima que, de entrar en vigor, este impuesto provocaría una caída del 0.35% en el total de remesas recibidas por El Salvador, lo que equivaldría a unos $30.1 millones menos en ingresos para el país.
La economista Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del grupo Cibest, explicó que la alta dependencia de El Salvador respecto a las remesas es un aspecto que requiere especial atención.
Clavijo señaló que, en países como El Salvador y Guatemala, las divisas enviadas por sus ciudadanos en el exterior son clave para el sostenimiento de la economía, pero advirtió que El Salvador sería el más afectado por estos cambios debido al peso que tienen las remesas en el Producto Interno Bruto (PIB) y en el flujo general de divisas.
La experta también alertó sobre otro fenómeno: el temor de algunos migrantes a ser rastreados a través de los canales formales de envío de dinero, lo que podría llevarlos a cambiar de método por miedo a ser deportados.
“No se sorprendan si empiezan a observarse flujos de remesas por otros canales, como por ejemplo los de activos digitales u otras vías alternativas para hacer llegar el dinero a sus familias”, enfatizó Clavijo.
*Con reportaje de El Diario de Hoy.
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