Con total hermetismo y en un hecho poco usual los diputados de la bancada oficialista aprobaron el dictamen que contiene el presupuesto general de la Asamblea el mismo día en que avalaron el gasto nacional. El argumento es que fue conocido por el presidente Nayib Bukele y éste dio su venia para disponer de los fondos solicitados.
“El primer mandatario respondió en forma afirmativa a dicha propuesta, y de esa manera se ha cumplido ese procedimiento que establece la Constitución y el Reglamento Interior de la Asamblea Legislativa para que esta pueda aprobar su propio presupuesto”, reza el dictamen aprobado.
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Solo tres montos fueron dados a conocer: que el gasto asciende a $57.6 millones; de los cuales $45.2 millones son para administración, que incluye salarios; para legislación $12 millones y $300 mil para infraestructura.
El monto no coincide con la reducción que prometió el presidente de la Asamblea, Ernesto Castro, cuando tomó posesión del cargo, de que estarían reduciendo en $7 millones por año el presupuesto de la Asamblea.
El gasto para funcionamiento del Órgano Legislativo para 2021 fue de $58.3 millones, lo que implica una reducción apenas de $700,000, al comparar la cifra aprobada anoche de $57.6 millones.
“Hicimos una reasignación presupuestaria, la administración pasada tenía asignación global de más de $21 millones y la hemos reducido en $7 millones al año”, aseguró Castro el pasado 12 de mayo del presente año, haciendo hincapié en que la disminución se daría en la contratación de plazas.
“Habían más de dos mil empleados y podemos trabajar con la mitad de ese personal, los contratos ya se acabaron, son 1019 los que finalizaron y se han dado de baja. Además, se quedará claro el tema de plazas fantasmas”, apuntó Castro en mayo pasado.
Sin embargo, en el documento leído en el pleno no se detallan las plazas contratadas por la nueva legislatura, un aspecto que ha sido denunciado por el Sindicato de Trabajadores de la Asamblea (Sitral), de un engrosamiento de la planilla de personas afines al gobierno.
El diputado William Soriano, de Nuevas Ideas, hizo alarde de que anularon las “plazas fantasmas” y que se ha hecho un manejo adecuado del gasto legislativo con racionalidad y austeridad, reduciendo el gasto en 1.2% en comparación con lo aprobado en años anteriores.
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La denuncia de Sitral es que si bien las autoridades de la Asamblea han despedido a más de 1,500 personas que laboraban en la Asamblea; han contratado a decenas de personas para trabajar con cada uno de los diputados de la bancada de Nuevas Ideas.
Según fuentes internas de la Asamblea, se estima que por cada legislador del oficialismo, 56 en total, hay por lo menos entre 4 a 8 personas contratadas para atenderlos.
En el dictamen se ocultaron los gastos en viáticos, viajes, gasolina, telefonía celular, transporte, compra de bienes y servicios, entre otros, así como la asignación presupuestaria de funcionamiento para cada partido político, mucho menos se conoce la tabla salarial de los empleados.
De hecho en el portal de Transparencia de la Asamblea, el dato de los viajes sigue sin ser revelado, pese a que es una información oficiosa según la Ley de Acceso a la Información Pública.