Como una forma de agradecimiento, de autoevaluación y compromiso para no volver a cometer algunas faltas (perdón de pecados), o por una petición especial, feligreses católicos realizan desde este jueves sus penitencias, una de las prácticas tradicionales de Semana Santa.
Los católicos comenzaron con sus penitencias esta mañana de jueves Santo desde el predio la iglesia San Esteban, del centro de San Salvador, recorriendo 11 cuadras sobre la calle de la amargura hasta llegar a la iglesia el Calvario, en el Centro Histórico.
Descalzos, vendados o de rodillas y en compañía de sus familiares, decenas de penitentes llegan desde temprano hasta la imagen de Jesús cautivo en la iglesia El Calvario para hacer sus oraciones de acción de gracias, un padre nuestro, Ave María o rezo del Rosario y culminar con su recorrido.
Al terminar su penitencia, la cual dura entre 20 y 45 minutos, algunos deciden quedarse y se retiran hasta la noche cuando acompañan a Jesús cautivo en la procesión del silencio, la cual se hace en la calle de la amargura.
En Semana Santa son frecuentes los actos ceremoniosos que se llevan a cabo para reflexionar y para conmemorar la pasión y muerte de Jesucristo.
La tradición de las penitencias hacia la iglesia de El Calvario se realiza desde hace varios años y es considerado como uno de los recorridos más largos, ya que tienen una distancia de más de mil metros lineales. Sin embargo, el trayecto no es impedimento para que cumplan la promesa bajo el ardiente sol que caracteriza en esta época.
Penitentes recorren con sacrificios la calle de la Amargura en San Salvador
Hombres y mujeres recorren vendados e hincados varias cuadras hasta llegar a la iglesia El Calvario como acción de gracias por milagros recibidos o para ser favorecidos con uno.