VIDEO: El arte de ataviar las imágenes de Semana Santa

Juan Carlos Campos y Luis Clímaco se dedican a crear las vestimentas para los santos de la Iglesia Católica, desde las cabelleras hasta las túnicas y la orfebrería, donde todo tiene un significado lleno de devoción.

En el taller La Merced, Juan Carlos Campos crea diferentes diseños para la vestimenta de los santos católicos, donde sus trabajos son cotizados tanto en El Salvador como en Guatem

Por Violeta Rivas

2019-04-16 8:19:44

Juan Carlos Campos, de 36 años, se dedica elaborar ajuares para imágenes religiosas, principalmente para la Semana Santa, en su taller La Merced, en Chinameca, San Miguel, donde ocupa la mayor parte de su tiempo bordando las túnicas y mantos para la Virgen de Dolores y para el Nazareno con la cruz a cuestas.

“Ya tengo 23 años de dedicarme al bordado. El trabajo lo aprendí en Guatemala, con un señor que se llama Ramiro Gálvez, que vive en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla. Comencé cuando estaba bien pequeño, tenía 12 años, y mis trabajos eran pieza sin mucho detalle pero las he ido modificando con el tiempo”, comenta.

Luego se quedó experimentando y poniendo su sello personal a las piezas que llevarían las imágenes católicas de diferentes iglesias, tanto de Guatemala como de El Salvador, ya que Juan Carlos también realiza trabajos por pedidos de Antigua Guatemala.

“Ha sido un proceso largo porque es un trabajo que no se aprende de la noche a la mañana. La técnica del bordado es muy compleja y cada vez se va descubriendo qué más se puede hacer, qué materiales, hilos, colores, formas se van cambiando, ya no solo en bordados de flores sino geométricos o sino utilizando los galones (listón de tela bordada que se ocupa para decorar las orillas de las túnicas)”, dice Juan Carlos. Todo el trabajo que tiene que desarrollar es según el cliente lo decida, ya que pueden ser diseños con flores o geométricos principalmente, ya que no son tan comunes en las vestimentas de las imágenes religiosas.

Durante las fechas cercanas a Semana Santa, Juan Carlos hace túnicas para el Nazareno, ajuares para Virgen de Dolores, vestidos para San Pedro, San Juan, María Magdalena, además de vestimentas para devociones privadas, que son imágenes que tienen familias en sus hogares como la Inmaculada Concepción, Virgen del Carmen, Virgen del Rosario y Divino Niños Jesús.

Foto EDH/Violeta Rivas

“No todas las imágenes visten de la misma forma, los patrones son distintos, en el caso de la túnica de un Nazareno se hace con una cauda, (cola que arrastra el vestido), en el caso de una Virgen de Dolores viste una tunicela con su manto, además lleva un velito alrededor del rostro que se llama rostrillo que incluye un bordado delicado”, explica.

Otras imágenes como la Virgen del Carmen, que no es propia de Semana Santa, utiliza un pectoral más una alba (vestido parecido al que utilizan las órdenes religiosas).

Para poder realizar los bordados, el sastre utiliza hilo dorado especial para dar realce a las prendas y galones, que son traídos de México.

“Hay diferentes técnica de bordado, como el de relleno que es plano, cruceta, punto atrás, puntada de rococó, relieve que es la que más utilizamos con moldes de diferente material, usualmente se utiliza el foami para darle realce”, expone.

En cuanto a los accesorios hay diferentes, entre estos están los lazos en color oro, plata o en tonos desde los pastel, cobrizos o tierra, además de la pedrería brillante y semibrillante, broches que se acomodan al diseño del traje, cuentas, mostacilla, arrocito, canutillo, lentejuelas, estrellas metálicas, elementos que son agregados a los trajes en pequeñas cantidades para evitar la saturación.

Juan Carlos asegura que siempre escucha las sugerencias de sus clientes, y que muchas veces son quienes llevan ideas que toma en cuenta para lo que desean para sus santos, pero cada traje que él diseña es distinto, con el objetivo de mantener originalidad en los trabajos, donde los precios van de $400 hasta $1,000.

Foto EDH/Violeta Rivas

Aparte de las piezas en tela también elabora orfebrería que trabaja con la técnica de repujado en lámina de aluminio, o en latón que es traído de México. Este último es martillado y se utilizan moldes para las creaciones de las piezas.

“Algunos trabajos son coronas de espinas, resplandores para la virgen, aureolas, dagas, incluso para las túnicas mezclamos este material con la técnica del repujado y el bordado, esto más que todo en la elaboración de estandartes o medallones, y guiones procesionales (representativos de hermandades o asociaciones)”, cuenta.

Como parte social del taller de bordado, Juan Carlos desarrollan talleres gratuitos para las hermandades del país, con el objetivo de que aprendan cómo vestir a las imágenes religiosas, donde no se trata de imponer una técnica sino de cómo ataviarlos de la mejor manera, entre estos el uso de los diferentes tipos de tela, matizar colores para dar la dignidad que se merece cada imagen, saber combinar las telas y cómo se elaboran los ajuares.

Foto EDH/Violeta Rivas

Para poder contactar al taller La Merced, conocer más del trabajo y la información sobre los talleres el teléfono es el 7194-6512.

Del baile al taller de bordado
Luis Alberto Clímaco, de 34 años, trabaja con Juan Carlos en su taller de bordado desde hace tres años, quien se ha hecho especialista en elaborar las cabelleras de las imágenes.

Luis se dedicó por seis años a ser bailarín del ballet de Mauricio Bonilla, pero el baile le gustó desde niño, y antes fue llevado por un tío a la academia de danza de Alcira Alonso.

Por invitación de Juan Carlos comenzó a aprender cómo hacer las cabelleras y la orfebrería de las imágenes, y actualmente se ha hecho un especialista en estos accesorios.

Foto EDH/Violeta Rivas

“Para poder hacer las cabelleras, lo principal es tomar la medida de la circunferencia y la diadema de la cabeza de la imagen. Lleva una tela base y depende de lo largo del cabello que quiera el cliente, si quiere que sea natural, sintético, o ambos que se utiliza con las personas que han tenido una enfermedad y desean que la imagen lleve parte de su cabellera como agradecimiento al santo”, dice.

Las cabelleras pueden tardar en crearse entre dos meses si es de una capa, o tres meses si llevan tres capas, todo depende también del largo y si son canelones los que llevarán o solo serán ondulabas, comenta Luis.

En cuanto al precio, las cabelleras pequeñas pueden costar entre $45, que tardan en elaborarse 15 días, y si es para una imagen grande $350, tres meses.

“Nunca me imaginé antes dedicarme a trabajar en esto, la verdad, es un cambio súper drástico en mi vida, aunque yo siempre he sido muy diestro para hacer manualidades y curioso, y eso me llevó a conocer cómo es ataviar una imagen, siempre lo había visto pero no lo había vivido. Igual, para trabajar la orfebrería yo comencé haciendo artículos para la casa”, cuenta Luis.

Explica que es un cambio en su vida también por el ritmo de trabajo que antes vivía con el baile, donde practicaba durante horas y llevaba una dieta rígida, cuando ahora, debido a lo minucioso del trabajo de las cabelleras o de la orfebrería, tiene que pasar mucho tiempo sentado tejiendo el cabello.

“Yo, quizás por el ritmo de vida que llevaba soy hiperactivo, no tengo mucha paciencia, pero al elaborar las cabelleras es de tener cuidado y hacerlo de forma minuciosa, ir haciendo una cortina de mechones cosiendo a mano me cuesta, pero también me gusta lo que hago, es una disciplina que se adquiere con el tiempo”, asegura.

Foto EDH/Violeta Rivas