INFOGRAFÍA: Pandillas elevan homicidios para incidir en elecciones, según la Policía

Autoridades registraron 61 muertes entre el viernes pasado y lunes de esta semana. Otra maniobra de los grupos delincuenciales es atentar contra agentes policiales, soldados y sus familiares.

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El lunes, el agente Carlos Antonio Flores Martínez fue asesinado a balazos cuando salía de su vivienda en el cantón La Cuchilla, de San Luis Talpa, La Paz. Foto EDH/Archivo

Por Diana Escalante

2019-01-15 9:01:10

El alza de homicidios que hubo en El Salvador entre el viernes pasado y el lunes de esta semana -que dejó un saldo total de 61 personas muertas, entre ellas dos policías y un soldado- es una estrategia de las pandillas para presionar a los partidos políticos que competirán en las elecciones presidenciales del próximo 3 de febrero y lo que pretenden es obtener algún beneficio a cambio de votos.

Otra maniobra de los grupos delincuenciales, que han intensificado desde hace tres años, es atentar contra agentes policiales, soldados así como sus familiares con la intención de presionar al Gobierno.

Esa es la conclusión a la que ha llegado la Policía Nacional Civil tomando en cuenta que, en otras ocasiones, los grupos delincuenciales han elevado el número de muertes violentas a pocas semanas de que se realicen elecciones presidenciales o de diputados y alcaldes en el país.

“Siempre ha habido una asociación históricamente del repunte de homicidios previo a un evento electoral. Es una estrategia de las estructuras criminales, la concurrencia de un evento electoral hace que todo nivel de violencia se incremente en esta fecha”, sostuvo Jaime Atilio Chinchilla, subcomisionado de la Policía, durante una conferencia de prensa realizada este martes en el Cuartel General de la Corporación.

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El vocero policial, por su parte, informó que el fin de semana hubo un incremento de muertes violentas en varios departamentos, sobre todo de San Miguel. Entre las víctimas hubo dos parejas de esposos, quienes residían en La Unión y en Usulután. Además, Juan Francisco Morales Guevara, un soldado destacado en la Tercera Brigada de Infantería fue acribillado en San Miguel cuando gozaba de su día libre.

Hasta la mañana del martes, las autoridades estaban indagando cuáles fueron las razones que desataron los hechos de sangre en la zona oriental, manifestó Chinchilla.

Para los jefes policiales de San Miguel, el incremento de homicidios es un “fenómeno no muy común”, mientras que algunos alcaldes de la zona se han mostrado preocupados por el alza.

Lunes 14: el día más sangriento

La cifra más alta de hechos de sangre fue registrada el lunes anterior; hubo 26 homicidios y eso hizo que se posicionara como el día más violento del año.

El 2018, las autoridades reportaron que el promedio diario de muertes violentas era de 9, pero con el recrudecimiento de homicidios en los últimos cuatro días la cifra subió a 10 homicidios.

Entre los muertos del lunes estuvieron los agentes Carlos Antonio Flores Martínez, destacado en la División Élite contra el Crimen Organizado (DECO), quien fue acribillado cerca de su vivienda en el cantón La Cuchilla, de San Luis Talpa, La Paz.

Varias horas después, el agente Omar Adonay Rivas Rivas fue ultimado en el cantón La fuente, de Tonacatepeque, al norte de San Salvador. La víctima también estaba de licencia y laboraba en la Delegación Centro Histórico.

Para las autoridades, la intención de los grupos criminales al atacar a los agentes de seguridad pública es causar “más impacto en el ambiente preelectoral”, explicó el subcomisionado Chinchilla.

A las muertes de estos agentes se sumaron las de un vigilante del mercado La Tiendona, en San Salvador. Un vendedor informal en el centro de Apopa; la de un pescador en Acajutla, Sonsonate. También un taxista en San Miguel; una mujer en San Juan Opico, La Libertad; otra en Conchagua, La Unión y una más en El Tránsito, San Miguel. Las autoridades no revelaron a qué se dedicaban estas tres víctimas ni las circunstancias en las que les quitaron la vida.

Además, la Policía reportó la muerte de varios supuestos pandilleros. Dos de ellos fueron ultimados en Lourdes, Colón, La Libertad. Los cadáveres de otros dos fueron encontrados decapitados en una zona rural de Santiago Nonualco, La Paz.

Los tiroteos entre policías con delincuentes también van en aumento. Este martes, la residencial Los Chorros, en Colón, La Libertad, fue escenario de una balacera entre integrantes de la Mara Salvatrucha (MS) y agentes del Sistema 911 de Lourdes.

Los policías llegaron a la zona tras ser alertados de que en el lugar estaban reunidos unos delincuentes que portaban armas largas. La institución confirmó que hubo un tiroteo en el que no hubo lesionados ni detenidos.

Más tarde, Manuel Armando Sandoval Orellana, un supuesto pandillero de la MS, murió tras enfrentarse con un grupo de agentes en la finca Avilés, del cantón Comecayo de Santa Ana.

Al hombre, apodado “Meme”, de 25 años, le fue hallada un arma de fuego. Sandoval había dos órdenes de arresto giradas por el Juzgado de Instrucción de Sonsonate, donde se le acusaba de homicidio y privación de libertad.

La Policía informó que ninguno de los agentes resultaron heridos en el enfrentamiento.

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Loas agentes fueron acribillados en Tonacatepeque e Ilobasco. Dos colegas fueron lesionados en Suchitoto y El Rosario.

Analizan acuartelar a policías

El incremento de la violencia y los ataques contra los agentes de la policía ha llevado a las autoridades de la Corporación a estudiar diferentes posibilidades para protegerlos. Una de las opciones que contemplan es el acuartelamiento de los policías.

El análisis de aplicar esa medida no es nuevo, según el subcomisionado Jaime Atilio Chinchilla.

Él sostuvo este martes que se ha analizado, desde hace tres o cuatro años, cuando las pandillas empezaron a atentar contra policías y sus familiares, acuartelar a los agentes. No obstante, explicó que antes se debe analizar si existen condiciones financieras y logísticas para llevar a cabo la medida.

“También (hay que estudiar) la parte a la que le hemos apostado: a la salud mental del policía. Estar acuartelado o en carácter de disponible todo el tiempo en una unidad policial también afecta muchísimo la salud mental del policía… Hay contra pesos que hay considerar; obviamente en un momento emergente o de nivel grave, sin desmerecer lo grave que estamos ahorita, creo yo que se tomaría medidas…”, expresó Chinchilla.