La idea de tener su propio taller de forja, como una nueva forma de ganarse la vida, ronda el pensamiento de María Enma Villalta, una madre soltera que se decidió a aprender un oficio para poder sacar adelante a sus dos pequeños hijos y de paso ayudar a su madre.
Hace cuatro meses esta joven de 24 años de edad, residente en una comunidad vulnerable de Zacatecoluca, La Paz, ni siquiera se veía aprendiendo esa actividad, como ahora lo hace en la Escuela de Desarrollo Humano de esa localidad.
Dicha escuela, que es manejada por la alcaldía municipal y funciona gracias al impulso y financiamiento de la Cooperación Española, está enfocada en la enseñanza de oficios con el 20 por ciento de teoría y el 80 por ciento de práctica.
Foto EDH/ Huber RosalesEn la actualidad, la escuela atiende a 57 jóvenes distribuidos en cuatro talleres: forja, en el que está María Enma y albañilería, electricidad y gastronomía.
María Enma, quien asegura que llegó hasta segundo grado porque durante el invierno la escuela regular le quedaba inaccesible, forma parte de lo que será la segunda promoción de la Escuela de Desarrollo Humano, lo que, según dijo, es positivo porque cuando llegaron a promocionar ese centro de enseñanza no estudiaba ni trabajaba.
“A mí me contaron de los tres talleres, y me llamó la atención el de forja… Como verá estamos aprendiendo bastante. Cada vez tenemos conocimientos diferentes. Recibimos teoría y práctica; eso sirve bastante”, comentó.
A María Enma una de las cosas que más le gusta es hacer cortes y soldar, así que en estos días se ha dado gusto porque les han estado enseñando cómo hacer esquineros, maceteros, zapateras, entre otro tipo de mueble de metal.
Con visible satisfacción, la joven explicó que ha logrado mantenerse en las clases porque la comuna le entrega una pequeña ayuda económica para que pague su transporte y su comida, pero que en su caso incluso utiliza para costear el pago de algunas en casa de su madre, quien le cuida a sus dos niños, uno de cuatro años y otro de diez meses de edad.
Embajada de Estados Unidos reúne a jóvenes programadores en el “Cihuahack”
El evento, una competencia de programación, es impulsada por la Embajada de Estados Unidos.
Eva María Gómez Segovia, directora de Desarrollo Humano y jefe de la Unidad de Proyectos de la comuna, explicó que esta escuela es parte de los esfuerzos para dar cumplimiento al plan gubernamental El Salvador Seguro, y de hecho la mayoría de los jóvenes que forman residen en comunidades identificadas como de alta incidencia de violencia.
Gómez Segovia manifestó que en septiembre pasado se graduaron 22 jóvenes, en lo que fue la primera promoción, y tras ello muchos jóvenes se motivaron y han querido ingresar, más ahora que abrieron la modalidad de gastronomía.
“Nosotros les decimos que el perfil que buscamos son jóvenes entre los 16 y 20 años que no estudian ni trabajan, que tengan disponibilidad de tiempo porque el horario de la escuela es de 8:00 a.m. a 4:00 p.m., de lunes a viernes. Entonces requerimos casi todo el tiempo de ellos para que puedan aprender bien el oficio. La duración del curso de esta promoción es de un año”, detalló.
En la nueva hornada de estudiantes hay alrededor de 15 mujeres, entre ellas también está Génesis Yaneth Navarrete López, una joven de 16 años de edad quien, debido a un percance de salud, no pudo coronar su noveno grado este año y se enlistó en esta escuela de oficios para aprender electricidad.
Navarrete López contempla terminar la educación básica, enrolarse en un bachillerato en electricidad y de ser posible seguir una carrera universitaria, con lo que no solo se honraría ella sino también su madre a quien califica como una mujer emprendedora.
Un programa emblemático
Cristina Aldama Calles, coordinadora general de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), sostiene que dentro de las líneas de apoyo que están trabajando con El Salvador está el tema de jóvenes, formación y empleo; y es precisamente como parte de ello que le han apostado a la escuela de oficios.