Siete policías en su condición de testigos declararon ayer en el tercer día de juicio que el Tribunal Antimafia de Sentencia B realiza contra el exmediador de pandillas, Raúl Mijango, y 11 cabecillas de la MS acusados de extorsión.
Mijango y compañía son acusados de haber extorsionado a una arrocera y originarles pérdidas por $335,000 entre 2010 y 2017.
El representante legal de la empresa relató que fue extorsionada por la MS desde 2010 pero que de 2012 a 2014 (durante la tregua), se dio un cambio, a raíz de que Mijango planificó una reunión entre los gerentes de la empresa y los cabecillas de pandilla para negociar una nueva forma de pagar la extorsión.
Pero los ilícitos que atribuyen a Mijango y los demás pandilleros de la MS no se limitaron a la extorsión, también implicó la planificación de otros delitos que fueron conocidos mediante la intervención de llamadas telefónicas.
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Ayer, los agentes dijeron a la jueza del Tribunal Antimafia que para consumar esos delitos los cabecillas se convocaban, vía celular, a reuniones para lo cual establecían fechas y direcciones.
Para comprobar que los cabecillas realizaban tal y como planificaban reuniones, Policía y Fiscalía se coordinaban y montaba dispositivos de seguimiento y seguridad.
Fue así como diversos grupos policiales se apostaban en las direcciones y horarios que establecían los cabecillas.
Según los testigos, las reuniones se realizaron como habían sido previstas entre fines de 2015 y principios de 2016 en diferentes colonias de San Salvador y La Libertad, siendo algunas la Miramonte, sector de la Terminal del Sur en San Marcos, Ciudad Versalles y Mónaco, en San Juan Opico.
En una de las reuniones, declararon, uno de los cabecillas entregó a su hijo, un menor de edad, a una mujer, sin establecer el propósito; en otra ocasión el objetivo fue planear asesinatos de policías, y en una tercera entregar el dinero captado de la venta de droga.
Según los policías, los diversos operativos se montaban por directrices de la Fiscalía General de la República para verificar que las conversaciones se cumplían en fechas, lugar y propósito; y por el hecho de tratarse de los mismos pandilleros con quien el exmediador de la tregua tenía comunicación directa.
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Según la Fiscalía, Mijango planeaba invertir en un negocio con apariencia lícita y los beneficiarios serían familiares de pandilleros.
En esos dispositivos no había detenciones, solo identificaciones de los sujetos, y luego se dejaban ir, afirmaron los policías.
“Hay pandilleros que están siendo procesados por el delito de extorsión, se intervienen los números para ver si son pandilleros y en este caso, estas mismas personas tenían contacto con el señor Mijango y eran los mismos que exigían las extorsiones a nivel nacional”, afirmó el fiscal del caso.