Conoce al artesano de los farolitos de Ataco

José Manuel Martínez combina su trabajo como sacristán con el de carpintero; cada año elabora decenas de farolitos que son usados la noche del 7 de septiembre.

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Por Cristian Díaz

2018-09-03 10:11:15

José Manuel Martínez Jiménez, de 54 años, además de cuidar las pertenencias de la parroquia y santuario de la Inmaculada Concepción de María, en Concepción de Ataco, en Ahuachapán, también es el que ilumina con cientos de farolitos, que el mismo elabora, las calles del municipio, cada 7 de septiembre.

Pocos feligreses saben que antes de convertirse en sacristán, en el 2008, se dedicó a la carpintería y a la construcción.

De hecho, participó en los trabajos de remodelación de la iglesia luego que sufriera daños durante los terremotos que sacudieron al país en el 2001.

Dichas obras terminaron en el 2003; sin embargo, él se quedó realizando trabajos que eran requeridos en el área de la carpintería.

Eso le permitió ganarse la confianza de las autoridades de la iglesia hasta llegar a convertirse en el sacristán Manuel, como es conocido entre la feligresía.

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La colocación del arbolito adornado es una tradición heredada y que sigue reuniendo a las familias ahuachapanecas.

Desde entonces, el poco tiempo libre que tiene lo dedica a la elaboración de los farolitos, a partir de inicios de agosto.

Comenzó a elaborar dichas estructuras en 1978, cuando fue a aprender el oficio a una carpintería del municipio.

Para entonces, recién había terminado sus estudios de séptimo grado y no pudo continuar asistiendo a clases por ser de una familia de escasos recursos económicos.

Él fue el primero de siete hijos, por lo que tuvo que dejar de lado el aprendizaje escolar para darle oportunidad que sí lo hicieran sus demás hermanos.

El sacristán relató que antes era más difícil la elaboración de las estructuras, que eran vendidas cada una, entre 15, 20 y 25 centavos de colón.

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En el municipio de Ahuachapán la celebración será del 6 al 9 de septiembre y en San Francisco Menéndez está programada para el 7. Ambos prometen mucha diversión.

Actualmente, las personas que se dedican a la comercialización de farolitos los venden entre $0.75 y $1.

Además, muchos carpinteros utilizan para cortar y tallar cada parte, la máquina conocida como sierra circular, contrario a antiguamente que era a base de serrucho.

El sacristán cuenta con una de estas máquinas, en el taller que tiene en el costado norte de la iglesia. Ahí no sólo elabora los farolitos para la iglesia; sino que también en ocasiones se dedica a hacer carrozas y reparar los detalles de madera de algunos cuadros del templo, relató Manuel; quien se caracteriza porque siempre anda una sonrisa amable.

“Hacemos de todo”, dice el sacristán de la iglesia. Este año fabricará 400 farolitos , son 200 menos a los confeccionados el año pasado, cuando tuvo más tiempo para dedicarse a dicha devoción
“Lo que cuesta es la preparación de cada una de las piezas. Armar lleva menos tiempo. Yo solo pongo la mano de obra, el padre pone todo”, dijo el sacristán José Manuel.