La Fundación Rafael Meza Ayau (FRMA) junto con la Embajada de Estados Unidos, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y al alcaldía de San Salvador, lanzaron el proyecto Alto impacto La Escalón, con el cual pretenden generar desarrollo social en cinco comunidades de la zona de influencia del sector y que son vulnerable a la violencia y desastres naturales.
El evento fue presidido por el sacerdote Jaime Paredes, de la parroquia de Cristo Redentor; Roberto Murray Meza, presidente de la FRMA; Jean Manes, embajadora de Estados Unidos en el país; y Ernesto Muyshondt, alcalde de San Salvador.
“Estamos tratando que las comunidades mejoren su nivel de vida, de seguridad, sus capacidades y desarrollo”, expresó Murray.
Las comunidades en las que se realizarán los proyectos son Cristo Redentor I, Cristo Redentor II, Cristo Paz, San Pablo y José Cecilio del Valle.
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El ganador es un joven arquitecto, originario del municipio de Cuscatancingo.
De acuerdo con Muyshondt, edil de San Salvador, serán más de 2 mil habitantes los que estarán siendo beneficiados con la recuperación, renovación y equipamiento de los espacios públicos.
Parte de las obras serán la rehabilitación de las cinco casas comunales, el equipamiento de la casa parroquial Cristo Redentor y el Centro de Atención Integral; el fortalecimiento de Las Asociaciones de Desarrollo Comunal (Adescos), construcción de canchas y espacios donde se desarrollarán talleres para los niños y jóvenes.
“Trabajamos en equipo para hacer obras de infraestructuras y de prevención de riesgo que le van a cambiar la vida a las comunidades”, dijo Muyshondt.
El edil detalló que en el caso de la comunidad Cristo Redentor II edificarán una bóveda con muros de contención, implementarán un sistema de drenaje de aguas negras y crearán una plaza de encuentro comunitario que brinde seguridad a los pobladores ante una emergencia de desastres naturales.
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Debido al calentamiento de las aguas, los pescados y moluscos se trasladan a aguas más frías. Según los pescadores, el costo de los mariscos en el mercado comenzó a incrementarse.
Uno de los motivos por lo que fueron seleccionadas las comunidades es porque se están ubicadas entre las zonas que más que resultan afectadas durante el invierno u otro fenómeno natural porque están a la orilla de una quebrada.
“Queremos hacer de nuestras comunidades lugares más seguros y prósperos, esa es nuestra meta y por ello vamos a trabajar”, dijo Jean Manes.
El proyecto también creará oportunidades educativas, de empleo y de desarrollo para todos sus miembros.
Aproximadamente 300 jóvenes serán parte de actividades para la prevención de violencia a través de talleres artísticos y de computación; además, se crearán oportunidades laborales para 50 personas y se impulsará una red de emprendedores que contribuya con los ingresos del grupo familiar.
“De 40 años de vivir en la comunidad, nunca había visto una obra que nos beneficiara en todos los sentidos”, aseguró Rafael Rosales, residente de la comunidad Cristo Redentor II.
El proyecto contará con la contribución de organizaciones aliadas como la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad), Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima (Fundasal), Techo El Salvador, Fundación para la Acción Social, entre otras.