¡Seguirá cantando! Gallo Maurice le gana juicio a sus vecinos y su dueña recibirá pago económico
El caso, aunque anecdótico, ilustra a la vez los temores de que desaparezca el mundo rural en Francia, debido al declive de la actividad agrícola y ganadera y al éxodo de los jóvenes hacia la ciudad.
La justicia francesa dio este jueves la razón a los propietarios de un galloen una localidad turística en la isla francesa de Oleron que se ha convertido en símbolo de la vida rural, a los que habían denunciado unos vecinos que se quejaban de la molestia que les causa el canto del animal.
El Tribunal de Rochefort (oeste) impuso a los denunciantes, una pareja originaria del centro de Francia que tiene una segunda residencia en Saint-Pierre-d’Oléron, el pago de 1,000 euros por daños y perjuicios a la dueña del gallo, Corinne Fesseau, explicó a Efe su abogado, Julien Papineau.
Además, tendrán que abonar los gastos del procedimiento y no hay posibilidad de recurso.
El tribunal consideró que los querellantes no habían presentado pruebas suficientes de que el gallo Maurice hiciera un ruido excesivo y además estimó que un animal doméstico como este puede vivir en una localidad rural cuando no está en el centro.
El gallinero se encuentra a cuatro metros de la habitación de la pareja denunciante en un pueblo que tiene 7,000 habitantes en invierno, pero cuyo número se quintuplica durante las vacaciones de verano.