Robo al Louvre: una pareja con hijos entre los sospechosos detenidos
La fiscal de París reveló que el espectacular robo al Louvre podría haber sido cometido por delincuentes comunes y no por redes criminales organizadas.
Por
AFP
Publicado el 02 de noviembre de 2025
La fiscal de París, Laure Beccuau, afirmó que el espectacular robo de joyas de la corona francesa en el Museo del Louvre, valorado en 102 millones de dólares, podría haber sido cometido por delincuentes comunes y no por redes organizadas. Entre los detenidos figura una pareja con hijos, cuyo ADN fue hallado en el montacargas usado durante el atraco. El hombre, con antecedentes por robo, y su pareja niegan implicación. Al menos siete personas han sido arrestadas, aunque varias fueron liberadas. Las joyas, entre ellas piezas de la emperatriz Eugenia y la reina María Amelia, siguen desaparecidas.
El misterioso robo de joyas de la corona francesa, ocurrido hace dos semanas en el Museo del Louvre, ha dado un giro inesperado. La fiscal de París, Laure Beccuau, aseguró este domingo que los detenidos por el asalto no corresponden a los perfiles típicos de la delincuencia organizada. Según las autoridades, entre los sospechosos se encuentra una pareja con hijos, lo que ha sorprendido a los investigadores y a la opinión pública francesa.
El atraco, valorado en unos 102 millones de dólares, fue ejecutado en plena luz del día por un comando de cuatro hombres que ingresó al museo a través de un montacargas instalado en la vía pública. En cuestión de minutos, los asaltantes forzaron con una sierra de disco las vitrinas que contenían piezas históricas, como una diadema de perlas de la emperatriz Eugenia y un conjunto de zafiros de la reina María Amelia, antes de escapar en motocicletas conducidas por cómplices.
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Una pareja en el centro del caso
La fiscal Beccuau confirmó que un hombre de 37 años y su pareja, de 38, fueron acusados formalmente y encarcelados tras hallarse rastros de ADN en el montacargas utilizado durante el atraco. El principal sospechoso enfrenta cargos por robo organizado y conspiración criminal, mientras que su pareja fue imputada por complicidad y conspiración.
"Negaron cualquier implicación", declaró la fiscal a la cadena France Info, precisando que el hombre se negó a declarar y que la mujer compareció entre lágrimas ante el tribunal, expresando temor por su seguridad y la de sus hijos.
Aunque el ADN del hombre se considera una evidencia “significativa”, las autoridades aún analizan la posibilidad de que el de la mujer haya sido transferido indirectamente, tal como advirtió Beccuau: “Todo esto deberá ser investigado”.
El detenido cuenta con un amplio historial delictivo: once condenas anteriores, la mayoría por robo. Según la fiscalía, habría participado en un asalto previo junto a otro de los implicados encarcelados días antes, por el cual ambos fueron condenados en 2015.
Un golpe de alto riesgo y un botín desaparecido
Hasta el momento, al menos siete personas han sido detenidas en relación con el robo. Tres de ellas fueron liberadas el sábado, mientras que otras dos, la pareja señalada, permanecen bajo prisión preventiva. Las autoridades creen que aún hay uno o más sospechosos prófugos, posiblemente involucrados en tareas de apoyo logístico mediante “vehículos de relevo”.
El caso ha generado gran atención en Francia y en el extranjero, no solo por la magnitud del robo y el valor histórico del botín, sino también por la aparente falta de sofisticación de los implicados. “Los perfiles no se corresponden con los niveles más altos de la delincuencia organizada”, insistió la fiscal, aunque advirtió que algunos individuos poco conocidos pueden “ascender rápidamente hacia delitos extremadamente graves”.
El espectacular golpe, ejecutado con precisión pero sin violencia, ha puesto a prueba los sistemas de seguridad del museo más visitado del mundo. Mientras las joyas continúan desaparecidas, la Fiscalía de París mantiene activa la búsqueda del resto de los responsables y no descarta que el botín haya salido ya del país.
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Un robo que reaviva la memoria de otros grandes atracos
El robo al Louvre recuerda otros golpes célebres contra instituciones culturales en Europa, donde el valor simbólico y patrimonial de las piezas robadas supera al económico. A diferencia de los robos planificados por redes criminales internacionales, el perfil de los detenidos en este caso apunta a un grupo local, posiblemente motivado por la oportunidad más que por una operación de alto nivel.
Mientras el museo y las autoridades refuerzan sus medidas de seguridad, la atención pública se centra ahora en la posibilidad de recuperar las joyas intactas. Su desaparición representa una pérdida significativa para el patrimonio francés, pero también un recordatorio de que, incluso en los entornos más vigilados, la audacia y el azar pueden alterar la historia en cuestión de minutos.