Esta mañana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció un intento del Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, de restarle autonomía al importante cuerpo de vigilancia de los derechos humanos en el hemisferio.
“Ante la decisión del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de abstenerse de avanzar en el proceso de renovación del mandato de su Secretario Ejecutivo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresa su más enérgica protesta”, expresó la comisión en un comunicado de prensa. Esto, añade, es un “grave embate contra su independencia y autonomía”.
El secretario ejecutivo, Paulo Abrão, fue nombrado por primera vez en este cargo en julio de 2016, y Almagro lo ratificó tan pronto el expediente fue remitido. En enero de este año, la CIDH decidió por unanimidad renovar el mandato a Abrão, y se volvió a enviar a la secretaría generala notificación para su contratación administrativa.
En su comunicado, la Comisión denuncia que “el día 15 de agosto de 2020, último día de la vigencia contractual, el Secretario General de la OEA comunicó a la CIDH, sin consulta previa, su determinación de abstenerse ‘de avanzar en el proceso de nombramiento del Secretario Ejecutivo’”. En la práctica, añade la entidad hemisférica, hay una negativa a extender el contrato laboral.
Sobre este comunicado, Almagro emitió un pronunciamiento en el que manifiesta que “no se ha podido avanzar en el proceso de designación del Secretario Ejecutivo de la CIDH debido a la existencia de decenas de denuncias de carácter funcional que han sido presentadas ante los mecanismos institucionales encargados de garantizar y promover los derechos de las y los funcionarios de la Organización y de procesar en este caso las reiteradas denuncias sobre posibles violaciones de sus derechos”.
Almagro lamenta que no se haya procesado estas denuncias e infiere que esto puede restar credibilidad a la CIDH. Sin embargo, la Comisión rechaza el argumento del secretario general.
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A juicio de José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch y un colaborador cercano de la Comisión, “la decisión de Almagro de objetar el nombramiento del Secretario Ejecutivo de la CIDH constituye un grave retroceso en la práctica de la OEA y socava la autonomía de la Comisión. La decisión de Almagro daña la credibilidad de la CIDH como organismo independiente”.
Esta no es la primera vez que Almagro ha sido criticado por sus posturas al frente de la OEA. De hecho, El secretario general ha estado bajo cuestionamiento por aplicar un rasero diferente a los países del hemisferio y afrentas de sus gobiernos al estado democrático de derecho. Por ejemplo, resalta la ferocidad con la que ha criticado al régimen chavista en Venezuela y sus debilitamiento progresivo del estado derecho y la calidad de vida en este país, lo que contrasta con la pasividad con la que ha tomado embates del gobierno de Nayib Bukele a otros órganos del Estado. Esto incluye un intento de golpe al Congreso el 9 de febrero, al cual Almagro restó importancia, y el desconocimiento explícito de órdenes judiciales de estricto cumplimiento, las cuales parecieron no alcanzar al secretario general de la OEA.
Denuncia atentado a su independencia
“La Comisión anuncia a la comunidad internacional que esa decisión unilateral del Secretario General constituye un franco desconocimiento de su independencia y autonomía, que busca la separación de facto del Secretario Ejecutivo, y dejar sin efectos la decisión de renovación adoptada 8 meses antes por la CIDH,” señala.
Asimismo indica que en ese periodo, Almagro no hizo ningún señalamiento de Abrão o su pertinencia para el cargo.
La CIDH además mostró preocupación por el aparente desconocimiento de sus normas y autonomía interna por parte del secretario general. Esto, pues en su comunicación reciente de que no renovará al secretario ejecutivo de la comisión, asume que la Comisión no es el órgano que debe elegir o renovar a su secretario ejecutivo.
“El informe jurídico desconoce no sólo la Carta de la OEA que creó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como un Órgano Principal de la Organización a la par que la Secretaría General, autónoma e independiente; sino que el propio Estatuto de la CIDH, aprobado por la Asamblea General, le encomienda a la Comisión Interamericana que adopte su propio Reglamento”, añade el comunicado.
Para remover al secretario ejecutivo, Almagro debió haber consultado previamente a la Comisión para informar los motivos en que se fundamenta. Esto, para garantizar que la CIDH pueda tener la autonomía de nombrar y separar personal de su confianza.
“No es primera vez”
El comunicado de la CIDH da cuenta de cómo esta no es primera vez que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) enfrenta amenazas a su autonomía, pero recuerda que los más grandes avances en la denuncia de abusos a derechos fundamentales en las Américas han venido cuando la Comisión tiene mayor autonomía e independencia de los órganos políticos de la OEA.
Además, en su pronunciamiento “la CIDH destaca, respalda, reconoce y agradece el trabajo realizado por el Secretario Abrão durante estos últimos 4 años, a quien le confirma su confianza y reitera su decisión unánime de renovar su mandato”. Es gracias a su liderazgo, prosigue el comunicado, que “la Comisión ha logrado fortalecer el acceso a una justicia interamericana más efectiva y accesible para las víctimas de violaciones de derechos humanos en las Américas, un monitoreo integrado y oportuno, y el fortalecimiento de las acciones de cooperación técnica”.