Isla de Palmerston, uno de los paraísos más aislados del mundo

La población de la bella isla empezó en 1863 con el inglés William Marsters, quien se instaló en el lugar junto a sus tres esposas. Hoy en día es de los lugares más remotos del mundo y solo dos veces al año llega un barco para proveer de víveres a sus habitantes.

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Para llegar a la isla se debe de navegar durante nueve días desde la isla de Tahití. Foto / Captura de pantalla

Por N. Hernández / Agencias

2019-04-25 8:18:38

Uno de los paraísos más remotos del mundo está situado a 2,000 millas al noroeste de Nueva Zelanda, se trata de la isla Palmerston. La isla comparada con los kilómetros de océano pacífico es diminuta, el acceso al lugar es todo un reto y apto solo para los más intrépidos visitantes.

Palmerston es parte de las islas Cook, una de las pocas conectadas por un arrecife de coral que rodea las tranquilas aguas de una laguna central. El área de arrecifes se encuentra demasiado alto en el agua, esto no permite que aviones marinos puedan aterrizar; también está demasiado lejos de cualquier lugar para que pueda llegar un helicóptero, el único acceso es el océano.

Para llegar hay que embarcarse en un bote y navegar durante nueve días, teniendo en cuenta el movimiento constante, la posibilidad de una tormenta tropical y que en caso de naufragar es muy poco posible un rescate, pues estarás a miles de millas de algún poblado.

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Sin embargo, la belleza, el clima y la acogedora actitud de sus habitantes compensa todo el viaje. Palmerston está poblada por una gran familia, ahí viven 62 personas y 59 de ellas son descendientes de un hombre llamado William Marsters.

En la isla no hay tiendas, mercados y la comunidad no usa dinero, excepto para comprar suministros del mundo exterior, acción que no es tan frecuente. Palmerston suele ser visitado por un barco de suministros dos veces al año, pero a veces pasan hasta 18 meses sin recibir un envío.

A falta de hoteles, los visitantes son acogidos en los hogares de sus habitantes, ellos se encargan de dar a conocer el lugar, compartir sus costumbres y que el viaja valga la pena.

El propósito es disfrutar de las relaciones sociales y la naturaleza, pues en la isla solo existen dos teléfonos, al día solo tienen seis horas de electricidad y cuatro de acceso a Internet.

Un hombre con tres esposas dieron vida a Palmerston

La isla fue descubierta en 1774 por el capitán James Cook, pero fue hasta el 13 de abril de 1777 que Cook la visitó e inspeccionó. La isla estaba deshabitada y su nombre fue asignado en honor a Henry Temple, segundo vizconde de Palmerston y comisionado del Almirantazgo.

En la isla no hay tiendas o centros comerciales, pero sí una escuela y una iglesia. Foto/ Captura de pantalla

Durante más de 80 años estuvo abandonada, pero el 8 de julio de 1863 el inglés William Marsters llegó a la isla. Se supone que Marsters vio la isla tres años antes cuando trabajaba en un barco ballenero, según publicación del sitio Ancient Origins.

Marsters decidió establecerse ahí de forma permanente junto con sus tres esposas, una de ellas era Akakaingar, también conocida como Sarah; las otras dos eran sus primas. Él era carpintero y trabajaba en diversos oficios antes de llegar a Palmerston. Hoy en día, en la población se identifican las tres familias, cada una descendiente de las tres esposas originales.

Las nuevas generaciones tienen acceso a la educación, incluso cuatro horas al día tienen Internet. Foto/ Captura de pantalla

En 1863, la isla pertenecía a un comerciante británico llamado John Brander, cuando él murió Marsters reclamó la isla, pero le fue entregado un contrato de arrendamiento para 21 años. Sin embargo, después de este periodo la isla fue entregada en su totalidad a los descendientes de Marsters recibió un contrato de arrendamiento de 21 años en la isla. Finalmente a los descendientes de Marsters se les otorgó la propiedad total en 1954 cuando el Parlamento de Nueva Zelanda aprobó una enmienda a la Ley de las Islas Cook.

En la isla habitan 62 personas, todas descendientes de William Marsters y sus tres esposas. Foto / Captura de pantalla

Marsters murió el 22 de mayo de 1899 de desnutrición después de que sus cocoteros fueron destruidos por la plaga, antes de su muerte dividió la isla en tres partes, una para cada una de sus esposas y descendientes. Según algunos informes, en el momento de su muerte, Marsters tenía 17 hijos y 54 nietos. Otros informes afirman que esta cifra fue mayor con él siendo padre de al menos 20 hijos. Casi todos los habitantes de Palmerston Island hoy en día descienden de Marsters y hay muchos más Marsters que viven en Rarotonga y Nueva Zelanda.

 

Navegando en Rehua, hasta Palmerston Island, en medio del Océano Pacífico Sur. No hay pista de aterrizaje, solo accesible por barco.